El lunes 14 de agosto, Mendoza marcó un feliz récord en lo que a conservación de fauna silvestre se refiere: se convirtió en la primera provincia de Argentina en llegar a la marca de 12 censos simultáneos de cóndor andino. El primero se hizo el 21 de septiembre de 2020 y, desde entonces, se han concretado a un ritmo de 4 censos por año, repitiéndose en distintos momentos claves dentro de cada una de las estaciones.
“Es una noticia muy importante, porque Mendoza es la primera provincia que realiza este censo simultáneo tantas veces consecutivas. Y es fundamental para poder garantizar el estudio de la especie de manera comparativa y tomando como parámetro cada una de las temporadas”, destacó a Los Andes el director de Recursos Naturales Renovables de la Secretaría de Ambiente de la Provincia, Sebastián Melchor.
En ese sentido, resaltó que esta herramienta que se lleva adelante dentro del Programa de Conservación de Cóndor Andino es fundamental para construir una línea de base. “Anteriormente se habían hecho algunas observaciones, pero no existían datos concretos ni un registro”, agregó el funcionario.
Entre la madrugada (minutos antes del amanecer) y el mediodía del lunes pasado, guardaparques, guardafaunas y voluntarios de distintas organizaciones hicieron un impactante despliegue en 12 áreas protegidas de Mendoza. Ya sea en zonas de dormideros o condoreras, o bien de vuelo, el trabajo implicó un destacable trabajo de contemplación y registro.
Si bien las cifras exactas de la cantidad de avistajes registrados en las observaciones se están procesando y se conocerán durante los próximos días, el panorama es alentador en Mendoza. Y es que -si de tendencias hablamos- en los últimos meses se ha notado un incremento de ejemplares observados en primavera en laz áreas protegidas, lo que no necesariamente significa que creció la población, aunque evidencia que se los ve con mayor frecuencia.
En noviembre de 2022, por ejemplo -y en lo que fue la novena edición del censo en las áreas provinciales- se dejó constancia de 111 avistajes de cóndor andino observados en el firmamento y locaciones mendocinas. Ese número marcó uno de los registros de avistaje más altos de los últimos años, únicamente superados por los 147 que se consignaron durante la primavera de 2022.
Así se hace el censo simultáneo de cóndores en Mendoza
Eduardo Furlán es el presidente de la ONG SOS Acción Salvaje, que -además- cuenta con un refugio y centro de rehabilitación para fauna silvestre en San Carlos. Una vez más, él y algunos voluntarios de la ONG participaron y brindaron su asistencia en esta nueva edición del censo simultáneo de cóndores andinos en Mendoza, la número 12. Se trata de una de las tantas organizaciones y entidades que participan de este procedimiento y quienes hacen un invaluable aporte al medio ambiente con su accionar.
“Fuimos, junto al cuerpo de Guardaparques, a las áreas de observación en la reserva Manzano - Portillo de Piuquenes y en la Laguna del Diamante. Comenzamos durante la madrugada del lunes y estuvimos trabajando hasta el mediodía”, cuenta Furlán sobre su más reciente intervención.
En el caso de la Reserva Natural Manzano - Portillo de Piuquenes, Furlán y sus compañeros debían llegar -junto a los guardaparques- antes del amanecer ya que en el lugar hay dormideros -también llamadas condoreras- y en las que estas majestuosas aves pernoctan.
Por ello mismo partieron desde San Carlos cerca de las 5 de la mañana. Pero en otros sitios hay censistas que hasta acampan desde la noche anterior.
“La premisa es llegar antes del amanecer, pero los horarios los vamos manejando nosotros. En esta época del año y en esa zona (NdA: cordillera tunuyanina) amanece entre las 7:30 y las 7:40, por lo que a esa hora ya teníamos que estar apostados en el lugar”, cuenta el referente de SOS Acción Salvaje.
La importancia de estar antes de que despunte el alba en el sitio tiene que ver con que el amanecer propiamente dicho es la hora en que mayor cantidad de cóndores se ve, ya que salen al sol de sus refugios. Ya pasadas las 8, cuando levantan vuelo, se diseminan y cada uno toma su propio rumbo.
En la Laguna del Diamante -otra área protegida-, en tanto, se encuentra lo que se denomina una de las “áreas de vuelo”, por lo que no parten del lugar los cóndores, aunque comienzan a avistarse en el lugar a partir de las 8:30 o las 9. Pero no es zona en la que acostumbren a dormir,
“Las observaciones se hacen, en momentos y con conteos simultáneos en todas las reservas y áreas, cada 30 minutos. Durante períodos de 5 minutos de observación, se registran los avistajes. Y, de esa manera, uno se garantiza que no se repitan los mismos ejemplares avistados en las distintas zonas”, destaca Furlán.
Esto último es fundamental para evitar el conteo doble de un mismo ejemplar, sobre todo si se tiene en cuenta que un cóndor vuela cerca de 300 kilómetros diarios.
Por cada estación del año se realiza una edición del censo en Mendoza. Por esto mismo es que la del pasado lunes fue la número 12 desde septiembre de 2020, mientras que la anterior se había desarrollado en abril (otoño).
“El censo es muy importante, ya que te permite ir teniendo un valor relativo sobre la especie, la cantidad de ejemplares y la evolución. La principal amenaza para el cóndor andino son los cebos envenenados y el censo es una acción fundamental para trabajar en la preservación y conservación de las poblaciones silvestres”, agregó Furlán.
Dónde se hace el censo simultáneo de cóndores andinos en Mendoza
Las locaciones de avistaje para realizar el censo simultáneo de cóndores andinos en Mendoza son 12 en todo el territorio mendocino. Estos son:
1) Mirador de la Reserva Villavicencio.
2) Parque Provincial Aconcagua (Horcones).
3) Puente del Inca.
4) Parque Provincial Cordón del Plata (Cerro San Bernardo).
5) Parque Provincial Cordón del Plata (Quebrada de los Cóndores).
6) Reserva Natural Manzano - Portillo de Piuquenes (Los Oscuros).
7) Mirador del Manzano Histórico.
8) Laguna del Diamante (Mirador del Yaucha).
9) Payunia (Cerro el Zaino).
10) Caverna de las Brujas (Mirador).
11) Cañón del Atuel (San Rafael).
12) Las Loicas (Malargüe).
La importancia del cóndor
El cóndor andino es una majestuosa especie, con un valor ecosistémico, simbólico, cultural y ancestral. Su hábitat se extiende a lo largo de toda la Cordillera de los Andes, desde Venezuela y hasta Tierra del Fuego, y ha sido declarado monumento natural y especie protegida en la mayoría de las regiones donde vive.
Desde que se comenzó a realizar el censo simultáneo de cóndor andino en Mendoza, entre las principales conclusiones se destaca que –aunque no es no es algo constante ni fijo- los cóndores prefieren cada vez más las áreas en la época de primavera y que es cuando más hacen uso de las áreas protegidas
El cóndor es una especie sagrada, que fue honrada y se sigue honrando por los pueblos originarios. Además, cumple un rol fundamental: el de limpiar los campos de los focos de infección que se generan en los animales que mueren.
Se trata de una especie carroñera, que no caza presas, sino que se alimenta de los restos de los animales muertos. Y es en este rol, precisamente, que facilita la limpieza de focos de infección. Además, con sus fuertes picos atraviesan cueros grandes de los animales muertos, lo que permite que lleguen otros carroñeros y, no solo se alimenten, sino también se acelere todo el proceso de limpieza.
La desinformación y el desconocimiento suele llevar a que muchos productores los ataquen, creyendo que son aves de rapiña y cazan a sus animales para convertirlos en sus presas. Por ello es que otra de las amenazas para los cóndores tiene que ver con los cebos (animales muertos) que los propios productores envenenan y dejan tirados en el campo para eliminar a otros predadores mayores (como pumas, por ejemplo). Y es que los cóndores, al ver a estos animales muertos convertidos en carroña, bajan a alimentarse de ellos y terminan envenenados con estas trampas.
Así fue como, por ejemplo, en enero de 2018 fallecieron envenenados 34 cóndores en Los Molles (Malargüe). El detalle es que el veneno que se suele utilizar es letal incluso para las personas y se puede trasladar por el agua de los cauces.
A los centros de rescate de todo el país, en tanto, también llegan cóndores a los que se les ha disparado. Llegan con heridas y con el plomo que se va expandiendo por su sangre, lo que puede ocasionarles la muerte.