Desde hace 8 años que alumnos de una escuela rural de Pasman, un pequeño pueblo del sur de la provincia de Buenos Aires, construye una bandera argentina en honor a una vecina que hizo mucho por el lugar. Cada año le agregan 40 metros, pero en esta ocasión, decidieron agregarle 400.
Se trata de la escuela “Mari Wisner”, asisten 74 alumnos entre jardín, primaria y secundaria. Cabe destacar que el pueblo, cuenta con 200 habitantes.
Desde el 2014, decidieron que cada 20 de junio salgan a pasear por las calles del pueblo con la famosa bandera, para honrar a la Patria. A la iniciativa se suman los vecinos que colaboran también con los materiales. En la escuela hay máquinas de coser y fueron los propios alumnos los encargados de unir los paños celestes y blancos.
Gustavo Delgado tiene 50 años y desde 2012 es el director de la escuela. Cada día recorre 120 kilómetros para llegar al colegio, al igual que muchos chicos que viven en las afueras de Pasman.
La Secundaria EES N°11 “Mari Wisner” tiene 15 alumnos en jardín, 36 en primaria y 23 en secundaria. Todos trabajaron en equipo para hacer la bandera. “Cada uno puso su granito de arena. Cuando propusimos la idea se prendieron enseguida y sus papás nos ayudaron mucho. Al igual que los vecinos”, contó el director en conversación con TN.
Lo cierto que en Pasman, se destaca la solidaridad y respeto. Todos los habitantes quieren superarse y mostrarle al mundo, que con un pequeño acto, pueden conseguir grandes cosas.
Además, el director contó que no solo la bandera fue lo que eligieron para conmemorar la fecha patria, sino que los alumnos pusieron una consigna: cada vecino que se acercara a la escuela debía llevar algo celeste o blanco. Por supuesto que muchos se sumaron y este jueves, desde temprano, los habitantes comenzaron a llegar con los colores argentinos en sus manos.
La escuela abre a las 7, y el director es el encargado de abrirla y ponerla a tono para recibir a los estudiantes y a los docentes. Los alumnos llegan media hora después y estudian hasta las 14. Muchos de ellos viven en el pueblo, pero hay otros que van desde lejos y tienen que caminar kilómetros para poder estudiar.
Ahora, lo único que quieren los habitantes de Pasman, es que su bandera siga creciendo y que todo el mundo los reconozca por su labor.