La causa penal que se desprendió de la denuncia de 10 ex alumnos del Colegio del Salvador (CABA), quienes fueron abusados sexualmente por un religioso de la orden jesuita (César Fabián Fretes) en ese colegio porteño, avanza en la Justicia. Y el viernes pasado hubo un allanamiento en el establecimiento educativo ubicado en calle Callao.
En las últimas semanas, el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional 59 dio curso a la presentación de las víctimas, quienes acusan a 6 autoridades y ex autoridades de la institución como “participes necesarios de los delitos de abuso sexual, corrupción de menores y encubrimiento agravado”. Por esto mismo, personal judicial participó a fines de la semana pasada de un procedimiento en la institución donde se pretendió recabar toda la documentación que pudiera ser de utilidad para corroborar -o no- este segundo delito (el de encubrimiento de los abusos perpetrados por el hermano jesuita).
En 2003, luego de que se conocieran en el Colegio del Salvador -puertas adentro- las primeras denuncias, Fretes fue trasladado a Mendoza, aunque siguió perteneciendo a la orden de los jesuitas (como hermano, ya que nunca se ordenó como sacerdote). Pero en 2007, tras confirmarse los episodios entre los miembros de la orden y las autoridades del colegio, el acusado fue expulsado por las autoridades de la Compañía de Jesús. Durante la investigación interna se constató que Fretes había cometido, al menos, una decena de abusos sexuales contra alumnos en el colegio. Sin embargo, los episodios de abuso nunca llegaron a la Justicia Penal.
“El ver que la causa está avanzando y que se ha hecho este allanamiento lleva a que nos surja una felicidad absoluta. Es un paso inmenso y casi inesperado. La verdad es que teníamos algo de desesperanza por lo que suelen ser los tiempos de la Justicia y por lo que significa la Iglesia, pero este gran primer paso es muy importante. Y fundamental para empezar, de a poco, a sanar, encontrando justicia y sintiéndonos escuchados”, destacó Pablo Vío (32), uno de los denunciantes, a Los Andes.
En junio del año pasado, Vío y Gonzalo Elizondo fueron las primeras víctimas que pudieron contar públicamente lo que vivieron en el Colegio del Salvador, en manos de Fretes (quien era consejero para los chicos de sexto grado -de entre 10 y 12 años-). Y a raíz de ello, llegaron a sumar más de 40 testimonios de chicos (el colegio es solo para alumnos varones) que relataron haber sufrido lo mismo.
“Una vez que uno habla, desnuda su verdad, ya sea en público, con los amigos o la familia. Yo sentí que me pude sacar un peso de encima, y nos sentimos más livianos al contarlo. Después de tantos años de silencio, es importante encontrar una luz, algo de justicia. Lo único que buscamos es justicia, poder sanar un dolor, poder hablarlo. Y ayudar a que no vuelva a ocurrir. O, si sucede, que haya otras herramientas”, agregó Pablo Vío, quien confirmó que son 10 denunciantes los que avanzan con esta nueva causa penal.
Los abogados que acompañan a los denunciantes son el mendocino Carlos Lombardi, Pablo Mayer y César Mayer.
El comunidado de la Compañía de Jesús
Mediante un comunicado de prensa, desde la Compañía de Jesús se refirieron al procedimiento que tuvo lugar el pasado viernes 10 de marzo en las instalaciones del Colegio del Salvador, ante la presentación de personal judicial que llegó con el objetivo de “requerir documentación referida a César Fretes”.
“La Compañía prestó toda su colaboración para que los oficiales intervinientes pudiesen desarrollar el procedimiento a fin de que se puedan aclarar los hechos bajo investigación. A pesar de la sorpresiva medida, inmediatamente el primer día hábil siguiente (13/03/23), la Compañía de Jesús hizo llegar de modo espontáneo al Juzgado mayor información que la existente en las sedes educativas, ya que la misma se encontraba en la Sede Curial donde no se dispuso allanar”, detallaron en el comunicado.
“La Compañía de Jesús recordó que Cesar Fretes falleció en el año 2015 y que no era más religioso de la Compañía por haberlo dimitido mediante el decreto del 20 de junio de 2007, que le fuera anoticiado al fallecido ex religioso el día 22 de junio de aquel año. Asimismo, que la persona acusada de los hechos, y ya fallecida, fue separado de inmediato de sus funciones en el Colegio del Salvador al conocerse la primera denuncia hacia finales del año 2003. Lamentablemente, en aquellos años, la Ley vigente no facultaba a las autoridades educativas para denunciar ante delitos dependientes de instancia privada, aunque se dejó en libertad de hacerlo a los padres, quienes evidentemente optaron por no hacerlo por razones no comunicadas”, concluyeron.
Los abusos de Fretes
César Fabián Fretes falleció en Mendoza en 2015 como consecuencia de un cáncer. Había llegado a la provincia 14 años antes, en 2003 y luego de que a las autoridades del Colegio del Salvador (Ciudad de Buenos Aires) llegaran las primeras denuncias de abusos.
En Mendoza, Fretes se desempeñó en el templo central de los Jesuitas (San Martín y Colón) y en una parroquia del Barrio San Martín. Pero recién en 2007, 4 años después del traslado a Mendoza y 5 años después de que se denunciaran los primeros abusos en Buenos Aires, el religioso fue expulsado de la comunidad y suspendido desde el propio Vaticano.
Según consta en la reciente resolución judicial, César Fretes se desempeñó como tutor de los alumnos de sexto grado del Colegio del Salvador entre los años 1997 y 2003.
“Con relación al modo de comisión de dichas agresiones sexuales, se destacó -como patrón común- que César Fretes construía un vínculo de confianza con los niños, quienes veían en él una figura de acompañante por su rol de tutor, además de que era el encargado de impartir la ‘Educación para el amor’, una suerte de educación sexual que lo habilitaba para indagar en cuestiones relativas al desarrollo y la sexualidad de los estudiantes”, se destaca, además, en el expediente.
De acuerdo a la resolución del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correcional 59, en el despacho de Fretes, ubicado en el tercer piso del edificio del colegio -y que, además, tenía las ventanas cubiertas por cartulinas-, el entonces tutor mantenía charlas con los alumnos, y que siempre giraban en torno a temas relativos a la sexualidad. Incluso, les preguntaba a los niños si ya se habían masturbado, o -con la excusa de mostrarles el funcionamiento y anatomía de sus genitales- hacía que se bajaran los pantalones, que le mostraran sus partes íntimas y a algunos los tocaba.
Siempre de acuerdo a las denuncias -detalladas en la resolución judicial de la causa que avanza en los tribunales- Fretes solía además acompañar a los alumnos en las actividades extracurriculares, como campamentos o retiros espirituales. Y en ese momento, aprovechando que los niños se quedaban a dormir sin la supervisión de sus padres, el religioso entraba a las carpas o a las habitaciones y les tocaba los genitales mientras dormían. Y si alguno se despertaba, Fretes inventaba alguna excusa para justificar este accionar.
Todos estos episodios fueron relatados oportunamente (hace más de 20 años) por los propios niños a las autoridades escolares, pero los responsables no recurrieron a la Justicia a hacer la denuncia por entonces, sino que simplemente trasladaron a Fretes a Mendoza (y luego lo expulsaron). Y por eso mismo es que actualmente estos directivos han sido denunciados por encubrimiento de los abusos sexuales.
“Estas personas que nos fuimos uniendo somos el grupo que conformamos ahora de 10 denunciantes. La mayoría son más gandes, más chicos, de distintas edades, y casi no teníamos idea de la existencia del otro, más allá de -quizás- habernos cruzado alguna vez en el colegio. Siempre recuerdo que, cuando empecé a hablar de lo que había vivido, al principio creí que era algo que tenía en mi cabeza. Hasta que, hablando, me encontré con historias exactamente iguales de gente a la que no conocía, y sin que yo les haya contado nada”, resumió Vío.
Recién a comienzos de junio del año pasado se conocieron públicamente los aberrantes episodios. Fue luego de que Pablo Vío y Gonzalo Elizondo dieran detalles a los medios sobre los ataques que sufrieron de parte del religioso Fretes (no había llegado a ordenarse como sacerdote, pero completó el seminario).
Fretes en Mendoza
Luego de que las primeras denuncias internas llegaran a oídos de las autoridades del Colegio del Salvador, Fretes fue investigado y trasladado a Mendoza en 2003 con una “orden de restricción de acercarse a menores” -aunque no se acompañó con una medida ni denuncia judicial, sino directamente fue una decisión administrativa e interna.
En Mendoza, según constató Los Andes en 2022, Fretes cumplió tareas administrativas y de mantenimiento en el templo central de la Compañía de Jesús (en la manzana comprendida entre calles San Martín, Colón, 9 de julio y San Lorenzo, del centro) y en una parroquia del Barrio San Martín.
Más allá de la restricción de acercarse a menores mientras siguió siendo “hermano” en Mendoza -hasta que lo expulsaron en 2007-, un exalumno del Colegio del Salvador confirmó a Los Andes -también el añlo pasado- que en un campamento del que participaron en San Rafael (habían viajado desde Buenos Aires), Fretes fue a visitar al contingente y estuvo con los chicos. Fue en 2005, en plena investigación interna del colegio y cuando el religioso ya había sido trasladado a Mendoza y tenía prohibición de acercarse a menores dentro de la orden.
