A ocho kilómetros del hotel Lahuen-có, Los Molles, Malargüe, y a la vera del camino que vincula a esta localidad con el Portezuelo del Planchón, se ubican los “Pozos de las Animas”, dos depresiones, que alojan en su fondo sendos espejos de agua cuyas dimensiones y colorido les confieren un singular atractivo. La realidad y la leyenda del “Pozo de las Ánimas” despiertan la fantasía de quienes han tenido la oportunidad de contemplarlo. La imponencia del lugar, el misterio que entraña el espejo de agua del fondo y su inaccesibilidad, han generado creencias y leyendas. Estas abarcan la clásica designación de “ojo de mar comunicado con el océano”; o el “afloramiento” de un río subterráneo que atrae y arrastra todo cuerpo que se introduce en su seno”; o lo señalan como lugar de sacrificio de pueblos originarios o más recientemente como probable sitio utilizado para la desaparición de personas.
Ubicado en el sector sur de los Andes áridos, el paraje “Pozo de las Animas” se localiza en el ambiente de la Cordillera Principal, en el valle del río Salado, a los 2.020 msm. Exactamente sobre el meridiano de 70° longitud Oeste, se abren dos depresiones, de sección cercana a la circular, separadas entre sí por una estrecha cresta de erosión. Son los denominados “Pozos de las Animas” 1 y 2 (figura 1). El pozo 1 se localiza justamente en el borde meridional del ancho valle del río Salado y el 2 se recuesta sobre la vertiente septentrional de las Sierras de las Aguadas (4017 msm), que delimita el valle por el Sur.
La confluencia de los arroyos “Las Leñas” y “El Deshecho”, dan origen al río Salado, principal colector de la zona: a partir de este punto, el río ha elaborado un ancho valle con dirección al este, que secciona transversalmente altas serranías de pendientes abruptas. En la zona domina el clima árido de montaña, sin verano térmico, frío y nival. Los vientos que entran al valle son orientados en su recorrido por las altas cumbres.
Según datos aportados por Fabricaciones Militares, el ambiente geológico de esta zona corresponde a sedimentos del Mesozoico. Este está representado por calcáreos del Mendociano, margas y yeso del Witriniano, y areniscas en parte conglomerádicas del Diamantiano. Todos estos sedimentos están frecuentemente intruídos por rocas ígneas del Terciario y cubiertos por material suelto del Cuaternario.
Un intenso tectonismo actuó en varias fases durante la orogenia andina. Estos movimientos elaboraron un sistema de pliegues traducidos en sinclinales y anticlinales, cuyos ejes se orientan en forma general de N. a S. (un anticlinal es la parte positiva de un pliegue, o sea que presenta un levantamiento de los estratos en forma de bóveda. Por oposición, un sinclinal es la parte cóncava del pliegue). Posteriormente -durante el segundo movimiento andino- este sistema plegado se fractura y se forman potentes fallas. Finalmente, se produjo una intensa actividad ígnea que afectó profundamente la región, bien por los filones o mantos de las intrusiones andesíticas terciarias o posteriormente por los mantos del basalto cuaternario que cubren amplios sectores.
La estructuración del relieve en la zona responde fundamentalmente a dos elementos: a) el eje fluvial del Salado y su valle (con dirección aproximada 0-E) con un potente relleno aluvional moderno y b) un juego de anticlinales y sinclinales, formados en las calizas jurásico-cretásicas que lo atraviesan transversalmente con rumbo NE-SE. En algunos sectores estas estructuras están acompañadas por núcleos intrusivos que siguen las líneas de debilidad. Las fallas han seccionado los pliegues a lo largo de sus capas, o bien transversalmente. En las cercanías del área en estudio hay importantes asociaciones extrusivas.
Pozo de las Animas 1: desde los 2020 msm, con aproximadamente 260 m de diámetro mayor, esta cavidad desciende abruptamente hasta los 1940 msm-80 m de desnivel- donde, con un diámetro de 160 m se extiende un espejo de agua. Se comprobó, por el trabajo de los buzos, que el fondo del lago no excede los 20 m de profundidad.
Excavado en el extremo sur de la planicie aluvial del Salado, las paredes muestran un característico depósito de ambiente fluvial, con estratificación de materiales sueltos donde alternan bloques, rodados, gravas y arenas. La excepción a esta secuencia está dada en la pared sur -limítrofe con el Pozo 2- por la presencia de un importante sector (20 m de potencia aproximadamente), donde aparece un estrato de material fino (limo, arenas, arcillas y probablemente cenizas volcánicas.
En la base de este estrato, a los 1970 msm, aflora una vertiente que propicia la presencia de un tipo de vegetación característico de vegas. El resto del pozo carece prácticamente de vegetación. Se comprobó, al descender al Pozo 2, que el agua aflora a la misma cota del nivel del espejo de agua de dicho pozo, por lo tanto, es altamente probable que se trate de una filtración. En esta zona de material fino, donde aflora el agua, se observan microformas elaboradas por surcos de barro, en la ruptura de pendiente, parte superior del talud, constituida por material de menor granulometría, seleccionado por gravedad.
Las paredes presentan un tramo de aproximadamente 35 m prácticamente vertical (120% de pendiente) en donde sobresalen grandes bloques en equilibrio inestable. A continuación, y con una extensión de aproximadamente 45 m se desarrolla un gran talud de derrubios (45% pendiente media). La importancia de este talud varía según se trate de la sección occidental u oriental. En esta última, la erosión trabaja un poco más lentamente, así, el tramo vertical de la vertiente es más largo y está mejor conservado, y la ruptura de pendiente del talud de escombros comienza más abajo. Bajo el nivel de agua, se pudo comprobar que el declive continúa en progresión lógica al acarreo -que presenta bloques cada vez mayores por acción de la gravedad- hasta llegar, aproximadamente a los 20 m, a una sección más o menos plana, con una sedimentación que no pudo medirse, pero se estima no muy profunda, de material fino, gris blancuzco. En este sector los buzos observaron pequeños orificios, del orden del centímetro por donde, intermitentemente, salían burbujas.
Algas y musgos existen en escasa cantidad, fijos a las rocas de la ribera y formando parte de las comunidades bentónicas y del fitoplancton.
Pozo de las Ánimas 2: las características de esta segunda depresión difieren de las del Pozo 1. En primer lugar, se halla al pie de un importante afloramiento de material calcáreo. El diámetro mayor es de aproximadamente 300 m, en tanto que el menor, que corresponde al espejo de agua, sólo alcanza 100 m. Las pendientes (40 % de media) se hallan mucho más estabilizadas. Prueba de ello, es que presenta una buena cubierta de vegetación. Desde el nivel superficial (2.020 msm) hasta el agua (1.970 msm) hay un desnivel de 5O m. A partir de aquí, el fondo del lago aparece a los 21 m. Gran parte de las vertientes de la mitad S y SE de la depresión están elaboradas sobre los estratos de calizas que forman los flancos del sinclinal ya mencionado. En la sección sur, estos estratos aparecen formando una alternancia de capas duras (calizas) y blandas (lutitas calcáreas). Al desaparecer por erosión la capa más deleznable de las lutitas, se formó una verdadera pared (en el sector SE con una pendiente del 40%) donde las calizas se presentan totalmente diaclasadas, en bloques ortogonales del orden de los 30 a 40 cm3. En ese mismo sector aparece un pequeño curso temporario, cuya potencia se manifiesta en la margen del lago por la formación de un cono aluvial. Este pequeño torrente pudo ser el vehículo que contribuyó a trasladar al lago organismos cómo cangrejos, que no se encuentran en el Pozo 1. Al mismo tiempo, puede llegar a producir una variación estacional del nivel del agua del espejo. Se observa sobre la superficie actual del agua una franja de entre 4 a 6 metros de ancho, de fragmentos de roca cubiertos por una gruesa costra calcárea. El hecho de que esta variación del nivel del agua pueda ser –aunque sea en parte- estacional, está apoyado por la presencia de raíces recientes de Myriophyllum elatinoides. Esta es una planta sumergida y sus restos aparecen hasta los dos metros de esta franja con costra calcárea. Con respecto al fondo del lago, este es irregular, presentando la mayor profundidad en la zona de contacto de las rocas calcáreas. También aparecen orificios de los que se desprenden burbujas, pero sólo en la sección vecina al Pozo 1. Uno de los buzos calculó que salían en cinco minutos 250 cm3 de gas, a la presión de cuatro metros. El sedimento que cubre el fondo no tiene gran espesor (algunos centímetros) y sería mayormente “barro podrido”. Tanto en este pozo como en el 1, todos los participantes estuvieron de acuerdo en percibir un “olor a huevo podrido” identificado como gas sulfhídrico. Existe una zona de vegetación constituida por plantas de raíz o fijas. Estas están completamente, o en gran parte, sumergidas.
*La autora es Investigadora principal del Conicet.
Este trabajo sólo muestra los resultados geomorfológicos del tema, a cargo de la autora. Participaron también Margarita González Loyarte, Luis Del Vitto (vegetación) y Beatriz Peñafort (fauna terrestre y flora y fauna acuática).
Producción y edición: Miguel Títiro - mtitiro@losandes.com.ar