Un estudio publicado el 17 de enero en la revista Nature Communications reveló que la famosa herramienta utilizada para el secado de uñas en gel ocasionaría cambios en el ADN. Como consecuencia de esto, el usuario sufriría mutaciones en sus células que pueden llevar al diagnóstico de cáncer.
Respecto de esta investigación, varios dermatólogos han expresado que los hallazgos sobre los rayos UV no son para nada nuevos. Diferentes estudios han revelado, además, el daño que las camas solares infligen en las personas y cómo estas aumentan el riesgo de cáncer de piel.
En esta línea, la doctora Julia Curtis, docente de Dermatología en la Universidad de Utah explicó: “los hallazgos contribuyen a los datos ya publicados sobre los efectos nocivos de la radiación (ultravioleta) y muestran la muerte celular directa y el daño al tejido que puede provocar cáncer de piel”.
Y, si bien no participó del estudio, agregó: “las camas de bronceado están catalogadas como cancerígenas. Las lámparas UV para uñas son como mini camas de bronceado cuyo fin es el de endurecer las uñas de gel”.
Tanto las camas bronceadoras como los aparatos secadores de uñas emiten rayos ultravioletas A, los mismos que provienen de la luz solar. Estos rayos tienen una longitud de onda que va entre los 315 a 400 nanómetros y, a diferencia de los rayos UVB, penetran a mayor profundidad en la piel.
Las camas de bronceado utilizan 280 a 400 nanómetros, mientras que los secadores van desde los 340 a los 395 nanómetros. Esto es parte de la información que fue revelada en un comunicado de prensa del estudio.
Sobre esto también se pronunció la doctora y profesora asociada de dermatología clínica, Shari Lipner, al asegurar que “definitivamente deberíamos pensar más al exponer nuestras manos y nuestros dedos a la luz UVA sin ninguna protección”.
En el mencionado comunicado, se expresó en contra de las lámparas de uñas Ludmil Alexandrov, profesor de bioingeniería y medicina celular y molecular en la Universidad de California. El autor del comunicado, afirmó: “si observan la forma en que se presentan estos dispositivos, se comercializan como seguros, sin nada de qué preocuparse”.
“Pero hasta donde sabemos”, continuó, “nadie los ha estudiado, ni cómo afectan a las células humanas a nivel molecular y celular hasta ahora”.
Para demostrar el peligro que representan estos aparatos, los investigadores expusieron células humanas y animales, provenientes de roedores, al efecto de la luz UV. Allí, verificaron que tras una sesión de 20 minutos, del 20% al 30% de las células murieron.
Acto seguido, procedieron a aumentar el tiempo de exposición a tres sesiones consecutivas de 20 minutos. Así, constataron la muerte de entre un 65% y 70% de las células de prueba. Mientras que las restantes presentaron cambios irreparables, como daño mitocondrial y de ADN. Esto derivaría en mutaciones que presentan patrones similares a los encontrados en humanos con cáncer de piel.
RECOMENDACIONES DE LOS PROFESIONALES
Si bien se recomienda abandonar paulatinamente el uso de secadores con luces UV, los dermatólogos ofrecen alternativas para quienes quieran continuar aplicándose uñas de gel.
“Aplica bloqueador solar de amplio espectro que contenga zinc y titanio alrededor de las uñas, y usa guantes UV con las yemas de los dedos cortadas cuando sea el momento de endurecer las uñas” detalló Curtis. A la vez que recomendó el uso de uñas postizas como una alternativa más saludable a las uñas en gel.
Por su parte, la dermatóloga Lipner ofreció la opción de manicuras regulares o de utilizar secadores con luces LED, puesto que se cree que emiten cantidades menores de luz UV. Y agregó: “Las manicuras regulares simplemente se secan al aire. “Las manicuras en gel deben endurecerse o sellarse, y los polímeros en el esmalte deben activarse, por lo que solo se puede hacer con las luces UV”.
Por su parte, dermatólogos consultados por el medio CNN recomiendan abandonar por completo el uso de los secadores, puesto que ninguna alternativa ofrece una protección total.