La aparición de organismos marinos con altos niveles de toxicidad preocupa a las localidades costeras, ya que pueden causar hasta la muerte de las mascotas de quienes asistan a la playa, según casos ya registrados. Las autoridades ya encendieron las alarmas, quienes junto a científicos pidieron extremar los recaudos, especialmente con los niños, al momento de jugar y distenderse en la orilla de las playas donde haya arribazones.
Nahuel Farías, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) en el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (IIMyC) y en la Universidad Nacional de Mar del Plata, explicó que las toxinas están presentes en “casi todos los invertebrados que aparecen varados en la playa por los arribazones”. Este fenómeno consiste en el arrastre y acumulación de algas y otros organismos en las inmediaciones de las playas.
En diálogo con 0223, Farías aseguró que las toxinas, ya sea la tetrodotoxina (TTX) o la saxitoxina (STX), causante de la marea roja, está presente no solo en las babosas, sino también en otros organismos como lombrices de mar, esponjas o estrellas.
Debido a esto, el profesional llamó a la población del lugar y a turistas a tomar los recaudos necesarios para evitar que los animales y también bebés o niños entren en contacto con los arribazones y estos organismos. “Es riesgoso para los perros porque van y muerden cosas en la playa, pero también con los bebés. No hay que dejarlos jugar con las algas porque ahí se pueden llevar algo a la boca y sería una tragedia”, señaló Farías, a lo que prosiguió: “Hay que estar atentos”.
Además, Farías explicó que, en un futuro, es probable que estos eventos se desarrollen con mayor frecuencia producto del cambio climático, por lo que habrá que redoblar los esfuerzos para evitar intoxicaciones. Al respecto, el profesional aseguró: “Las especies invasoras van a hacer que la toxina esté más disponible en el ambiente”.
Los estudios realizados indican que las babosas moteadas almacenan tetrodotoxina (TTX), una neurotoxina altamente peligrosa, y por eso se considera a la Pleurobranchaea maculata como una especie “invasora”. Cabe recalcar que la ingestión de tan solo 1-2 miligramos de TTX puede ser mortal para los humanos.
En Argentina, el primer registro de una babosa “mataperros”, se dio en octubre del 2009, en el puerto de Mar del Plata. Aunque también hubo reportes de su presencia en la zona del Golfo San Matías, Golfo San José y el Golfo Nuevo.
El pequeño animal mortal, de entre 2 y 15 centímetros, es originario del sudeste de Australia y de Nueva Zelanda. En ese país, hace poco más de una década, las babosas causaron la muerte de varios perros, lo que puso en alarma a las autoridades neozelandesas.
En lo que va de esta temporada veraniega en nuestro país, ya se notificaron en Villa Gesell tres muertes de perros que murieron intoxicados por la ingesta de estos pequeños animales marinos. En Pinamar también hubo otros cuadros similares, aunque afortunadamente no fueron mortales. En Mar del Plata no se han reportado oficialmente fallecimientos pero la preocupación está instalada.
