Alerta retos virales: qué hace más vulnerables a los adolescentes

Los desafíos en las redes sociales son la cara oscura de estos espacios, los tienen como víctimas e incluso los llevan a perder la vida. Desde hace años, aparecen en diferentes formatos pero con los mismos recursos y consecuencias. Por qué no ven los riesgos y qué se puede hacer para prevenir

Alerta retos virales: qué hace más vulnerables a los adolescentes
Alerta retos virales: qué hace más vulnerables a los adolescentes.

El caso de Milagros conmocionó al país. La niña de 12 años murió tras realizar un reto viral de TikTok conocido como “Blackout Challenge”, o “desafío del desmayo”. Lo más difícil es que no es la primera vez que golpea una muerte así golpea, sobre por lo casi incomprensible. Cada tanto llega el sacudón a través de las noticias, para muchos demasiado más de cerca: son varios los chicos que han perdido la vida por este reto y tantos otros anteriores. Las víctimas suelen ser púberes o adolescentes, usuarios de las redes sociales, canales de este tipo de propuestas.

El “Blackout Challenge” consiste en aguantar la respiración el máximo tiempo posible hasta perder la conciencia, quien lo logra pasa de nivel. Para ello se utilizan objetos que interrumpen el paso del aire y la situación se transmite a través de la red social.

Tras una puerta, en su propia habitación, su familia la encontró sin vida. Ocurrió el domingo en la localidad santafesina de Capitán Bermúdez, 15 kilómetros al norte de Rosario.

Uno tras otro estos que se proponen como “juegos” han llegado desde hace años para llevarse vidas tras la búsqueda de un instante de fama, aceptación o acariciar el placer del logro por la “valentía”. Quizás es difícil entender. ¿Que los lleva a un acto así sin percibir el riesgo?

La Psicóloga Clínica Eva Rodríguez explicó que los empuja la necesidad imperiosa de ser aceptados: “Todos tenemos esa necesidad, pero el adolescente puede reflexionarlo menos, el factor emocional es más fuerte en ellos que la capacidad de reflexionar o hacer una evaluación crítica”.

En definitiva: se reúne el impulso emocional y la necesidad de querer ser parte.

Refirió que la adolescencia es una explosion de hormonas “y nuestras emociones son hormonas, por eso les cuesta frenar a reflexionar antes de actuar, son impulsivos por naturaleza (algunos más que otros) pero en el caso de los adolescentes esa impulsividad es un riesgo”.

El impulso

Quizás uno de los retos más recordados es el famoso “Ballena Azul”: proponía confeccionar una lista de 50 pasos, desde algunos inocentes hasta otros más riesgosos e ir cumpliéndolos. El reto final consistía en tirarse desde algún edificio para quitarse la vida o algo por el estilo.

También se supo del ‘abecedario del diablo’ o el rompebocas. En el primero alguien pinchaba con un objeto o las uñas al “participante” mientras recitaba el abecedario mientras que en el segundo este era enganchado con una soga o prenda por lo tobillos mientras caminaba para que cayera hacia adelante. Otros son ‘48 horas desaparecido’, que implica desaparecer durante dos días y ‘el cascarón’, que propone comer alimentos con cáscara o envoltorio con el riesgo de ahogo.

Una joven marplatense perdió casi toda la audición por una detonación que formaba parte de un reto de TikTok. / Foto: Instagram de Azul
Una joven marplatense perdió casi toda la audición por una detonación que formaba parte de un reto de TikTok. / Foto: Instagram de Azul

Más complicado es el ‘carbon challenge’, que desafía a meter la cabeza en una bolsa de carbón o el mataleón que implica que alguien es estrangulado hasta quedar sin oxígeno con una llave de artes marciales.

La psicóloga explica que los púberes y adolescentes son más vulnerables en parte por lo ya señalado pero además por otros factores. A partir de esa edad, que llega desde los 9 años o más según el individuo, deja de tener a sus padres como modelo como en la infancia y comienza a buscar su propia identidad, a querer romper con esa estructura que los definía y a buscar afuera otros parámetros.

Es entonces que los grupos de referencia comienzan a tener peso y en este punto la necesidad de pertenencia los lleva a buscar aceptación. Las redes, que proponen una realidad no tan real es donde se mueven y es allí que un like, seguidores y el minuto de fama les da la aceptación que necesitan.

“Ser parte de un grupo , ya sea la familia o los pares es un chip biológico que tenemos en nuestro cerebro, así estamos más seguros”, apuntó Rodríguez.

Además, puede haber ciertos factores predisponentes como la soledad, la ausencia de contención familiar, la depresión, la frustración, el bullying, algún tipo de acoso o dificultad que el adolecnete esté atravesando y no está pudiendo resolver.

“Cualquier situación de estrés, malestar, tensión emocional, no encausada genera en todos las personas, pero sobre todo en el adolecente, un efecto de olla a presión”, explicó la profesional. En este sentido, procesarlo significa poder sacarlo para conversar o expresarlo a través de una actividad para reelaborarlo.

Si el adolescente no puede hacer bien este proceso porque no tiene los recursos, o no hay un contexto propicio, todo eso es una presión emocional en aumento y genera una predisposición a una mayor impulsividad.

Esto es lo que puede llevarlos a buscar situaciones de bienestar transitorio, como este de recompensa inmediata, justamente lo que ofrecen las redes sociales.

Juan Manuel Machimbarrena, profesor adjunto del departamento de Psicología Clínica y de la Salud de la Universidad del País Vasco publicó en un informe de junio pasado algunos datos que muestran el impacto. “Según datos de Statista (2021), en TikTok, la plataforma online más prominente en la visualización y realización de retos virales en internet, un 25 % de los usuarios tiene entre 10 y 19 años”. Es una de las de mayor descarga.

Además, cita un estudio realizado por el Grupo de Ciberpsicología de la Universidad Internacional de la Rioja (España) que señala que los retos más frecuentes son los sociales (80,3 %), seguidos de los solidarios (20,6 %). Advierte que casi un 8 % reconoce haber realizado retos peligrosos poniendo en riesgo su propia integridad o la de otra persona.

Como medida de prevención la psicóloga sugiere alguna herramienta de control parental sobre el consumo de redes, en particular en la pubertad y que luego, en la adolescencia, se los acompañe a adquirir recursos de autocuidado. Pero fundamentalmente, es esencial que haya un contexto familiar de diálogo abierto y sin juicios donde pueda sentirse cómodo para expresar lo que le pasa en vez de cuestionado, lo que lo llevará a buscar respuestas afuera.

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