Alerta en la oficina: cuando el trabajo afecta la salud mental y la calidad de vida

Los entornos laborales negativos, la falta de valoración o los malos vínculos, llevan a las personas a sentirse mal en el lugar e incluso impulsan el ausentismo. La insatisfacción de los empleados y la sobreexigencia también se vuelven en contra de las empresas porque afectan el desempeño y el compromiso. Hoy es el Día Internacional de la Salud Mental que tiene como lema: “Es tiempo de priorizar la salud mental en el lugar de trabajo”.

Alerta en la oficina: cuando el trabajo afecta la salud mental y la calidad de vida
Los entornos laborales negativos, la falta de valoración o los malos vínculos, llevan a las personas a sentirse mal en el lugar e incluso impulsan el ausentismo. La insatisfacción de los empleados y la sobreexigencia también se vuelven en contra de las empresas porque afectan el desempeño y el compromiso.

El trabajo puede ser un ámbito que favorezca el desarrollo de las potencialidades de las personas y quizás una forma de realización cuando se obtienen logros. Pero también puede ser algo que afecte la salud, la calidad de vida y hasta enferme. Si hay que hablar de Salud Mental es un aspecto que claramente tiene impacto cuando las condiciones no son adecuadas, puede interferir en la forma en que se afronta el día a día, la manera en que nos vinculamos y hasta las relaciones familiares.

El entorno laboral, las relaciones que allí se establecen, la forma de trabajo, la valoración, las exigencias y el aspecto salarial, por mencionar algunos, pueden ser elementos que tornen el trabajo algo negativo.

Ataques de pánico al tener que volver al lugar de trabajo luego de las vacaciones, sentirse mal cada día porque hay que ir o estando allí, que sea una carga cada vez más pesada, mal humor hasta incluso cuadros de salud mental como ansiedad, pueden ser algunos signos. También pueden presentarse consecuencias físicas como dolores de cabeza, contracturas o problemas gástricos.

El trabajo puede ser un ámbito que favorezca el desarrollo de las potencialidades de las personas y quizás una forma de realización cuando se obtienen logros. Pero también puede ser algo que afecte la salud, la calidad de vida y hasta enferme.
El trabajo puede ser un ámbito que favorezca el desarrollo de las potencialidades de las personas y quizás una forma de realización cuando se obtienen logros. Pero también puede ser algo que afecte la salud, la calidad de vida y hasta enferme.

Pero además, puede tener consecuencias en el desempeño, en la calidad y el compromiso con el trabajo. En definitiva, aunque muchas empresas no se ocupen demasiado del asunto, lo cierto es que se les puede volver en contra.

Tras la puerta de ingreso se dan situaciones como malos tratos, menosprecio o falta de valoración, violencia laboral, maltrato de los jefes, entornos altamente competitivos o mala relación con los compañeros. Pero el contexto actual ha sumado condicionantes. Empresas que se achican e implica sobrecargas, bajos salarios que desaniman y desgastan, pluriempleo y un estado anímico que agobia.

Malestar en el trabajo

A Daniel comenzó a faltarle el aire cuando llegaba a su lugar de trabajo, lo cual desaparecía cuando salía. Gimena no alcanza a cumplir los objetivos que determina la empresa durante su horario de trabajo, por eso se lleva a su casa. Duerme menos, claro, porque se acuesta tarde, y lo hace ansiosa porque siempre falta, lo cual afecta su descanso. Además ha comenzado a tener problemas gastrointestinales.

“Creo que las condiciones laborales claramente influyen muchísimo en la salud mental, sobre todo cuando uno no trabaja de lo que soñó, estudió o le gustaría”, opinó Gabriel, quien acaba de dejar un trabajo en el que ya no se sentía cómodo y recibía destratos. “Es decir -continua- si uno no trabaja de lo que le gusta y las condiciones laborales no son buenas difícilmente no te hagan bolsa la cabeza”.

El 10 de octubre es el Día Internacional de la Salud Mental, un tema que sin dudas muchas veces se menosprecia, nos acostumbramos a seguir y desconocer los signos que advierten que algo no está del todo bien. Esta iniciativa, promovida por la Organización Mundial de la Salud, tiene este año como lema “Es tiempo de priorizar la salud mental en el lugar de trabajo”.
El 10 de octubre es el Día Internacional de la Salud Mental, un tema que sin dudas muchas veces se menosprecia, nos acostumbramos a seguir y desconocer los signos que advierten que algo no está del todo bien. Esta iniciativa, promovida por la Organización Mundial de la Salud, tiene este año como lema “Es tiempo de priorizar la salud mental en el lugar de trabajo”.

“Lamentablemente pasamos mucho tiempo trabajando, si en ese tiempo uno no tiene un buen trato, si no es escuchado, si te sentís ninguneado, degradado, si te hacen sentir inferior o ellos se sienten superiores, eso va calando en la actitud que le pones al trabajo e influye en desempeño, sumado a la presión y rutina diaria del trabajo hacen un cóctel tremendo que termina en frustración”.

“Si por el contrario -asegura- uno tiene todo lo opuesto, y el grupo humano de la empresa es adecuado, todo cambia para bien. A pesar que sigue siendo en el fondo una esclavitud edulcorada, por lo menos a nivel humano uno se siente contenido y puede hacer sus tareas con mejor predisposición y claro, eso a la larga genera que uno sienta la causa de la empresa como propia”, agregó.

Impacto

Rolando Salinas, Jefe de Salud Mental del Hospital Alemán y profesor de Psicología de la Salud en la UCA, explicó que la relación de salud mental y trabajo es doble: por un lado, los entornos de trabajo saludables promueven la salud mental, mientras que las condiciones insalubres son un importante factor de riesgo. Por otro lado, el estigma asociado a los padecimientos mentales es una barrera para el empleo, dificultando la rehabilitación social de las personas que los padecen.

En cuanto al impacto, detalló: “Se estima que el 15% de los adultos en edad laboral padece un trastorno mental en algún momento de la vida. En Argentina, nuestra experiencia ha arrojado un incremento del 50% del promedio de días laborales perdidos a lo largo de los últimos 10 años asociado principalmente a depresión, ansiedad y somatizaciones. En el mundo, se calcula que estos padecimientos ocasionan la pérdida de 12 mil millones de días laborales por año”.

Luego se refirió a las consecuencias versus la prevención: “La carga de enfermedad asociada a salud mental y consumos problemáticos representan alrededor del 30% del total de los años perdidos por discapacidad en general. Se ha demostrado que la inversión en prevención, tratamiento y rehabilitación resulta muy beneficiosa, ya que los costos asociados a la misma tienen un retorno en ahorros y productividad cercano a 4 veces lo invertido; sin embargo la mayor parte de los países le destinan apenas un 2% del total de su presupuesto de salud. Solo una pequeña proporción de las personas necesitadas accede al diagnóstico y tratamiento, por lo que se habla de una gran brecha entre las necesidades y los recursos que se disponen”.

Cómo es un entorno laboral negativo

El 10 de octubre es el Día Internacional de la Salud Mental, un tema que sin dudas muchas veces se menosprecia, nos acostumbramos a seguir y desconocer los signos que advierten que algo no está del todo bien. Esta iniciativa, promovida por la Organización Mundial de la Salud, tiene este año como lema “Es tiempo de priorizar la salud mental en el lugar de trabajo”.

Para describir cómo es un entorno laboral negativo, Celia del Canto, médica psiquiatra y magister en psiconeuroinmunoendocrinología explicó que “tienen alta demanda, escaso soporte, pobre capacidad de decisión, autoexigencia, competitividad, necesidad de eficiencia que produce mayor desgaste profesional mientras más alejados estén los ideales de la realidad”. Además suelen implicar pocas posibilidades de capacitación y falta de confianza en los superiores.

“El estrés crónico en entornos laborales produce estrés crónico y carga alostática, que es el precio que paga el organismo por estar estresado; determinan presencia de emociones negativas, predisposición a enfermedades cardiovasculares, diabetes, enfermedades autoinmunes, cáncer, depresión, ansiedad, abuso de sustancias”, enumeró. En tanto, dijo que a veces las personas pueden presentar síntomas fóbicos hacia el ámbito laboral y otras continúan trabajando aún percibiendo que están altamente estresados.

Nilda Bautista, psicóloga social y laboral señaló en cuanto al contexto actual que la incertidumbre, el contexto socioeconómico y hasta los miedos, por ejemplo de perder el trabajo están afectando a las personas y lo que sucede en el trabajo suele trasladarse al entorno familiar. De hecho, hay un incremento notorio de cuadros de ansiedad en los consultorios.

El 10 de octubre es el Día Internacional de la Salud Mental, un tema que sin dudas muchas veces se menosprecia, nos acostumbramos a seguir y desconocer los signos que advierten que algo no está del todo bien. Esta iniciativa, promovida por la Organización Mundial de la Salud, tiene este año como lema “Es tiempo de priorizar la salud mental en el lugar de trabajo”. / Sanatorio Allende
El 10 de octubre es el Día Internacional de la Salud Mental, un tema que sin dudas muchas veces se menosprecia, nos acostumbramos a seguir y desconocer los signos que advierten que algo no está del todo bien. Esta iniciativa, promovida por la Organización Mundial de la Salud, tiene este año como lema “Es tiempo de priorizar la salud mental en el lugar de trabajo”. / Sanatorio Allende

“También desde la parte patronal, el nivel de exigencia que ponen lógicamente en las ventas repercute mucho en el empleado, ya sea desde la presión verbal, presión psicológica que ejercen en los empleados”, agregó la especialista. “Estas conductas que siente el empleado realmente van generando todas estas consecuencias que van enfermándolo; en realidad su salud mental se va poniendo en riesgo y todo esto afecta negativamente ya sea a la familia como el desempeño laboral”, agregó.

Empiezan entonces a aparecer situaciones como el ausentismo, “no querer ir a trabajar por el pánico, la falta de voluntad, no estar cómodo dentro del empleo, lógicamente afecta también la productividad y al rendimiento de la persona, también en lo económico; la víctima no puede desarrollar sus tareas, los efectos caen sobre su salud y sobre la familia, psíquicamente y psicológicamente”, describió.

Pueden aparecer deseos de no ir más al trabajo o síntomas como dolor de estómago, diarrea, dolor de cabeza, no tener ganas de levantarse, contracturas. “Por otra parte, a veces hacen un esfuerzo sobrehumano por quedarse y las consecuencias después son mucho más graves”, subrayó.

Bautista detalló las fases que se presentan dentro de las organizaciones. Primero hay una fase de conflicto, segunda, una fase de estigmatización, tercera la fase de cómo se va a actuar para que la víctima, el empleado, no quiera ir, no tenga rendimiento en el trabajo. La cuarta es cuando el empleado se siente muy hostigado y se siente muy mal cuando llega a pedir ayuda, “a esta altura, en la quinta fase, realmente llega en un estado tan crítico que hay que darle licencia laboral porque el empleado no está en condiciones de asistir a su ámbito laboral”.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA