Una expedición de científicos de todo el mundo que se encuentra en la Antártida alertó sobre el brote del virus de la gripe aviar en el continente blanco. Los investigadores, que han recorrido en un velero durante un mes el mar de Weddell y la península antártica, encontraron cadáveres de págalos antárticos —aves migratorias parecidas a gaviotas— con gripe en cuatro de las 10 áreas analizadas.
El investigador español Antonio Alcamí, que participó del viaje, explicó al diario El País que en la isla Beak fueron testigos de “un brote masivo” en una colonia de págalos. “Vimos 80 vivos y 50 muertos. Eso es una locura”, detalló el virólogo que ahora está en Ushuaia.
Un nuevo virus dentro de la gripe aviar
Según lo detalla el medio español, en 2021 se detectó un nuevo subtipo de gripe aviar denominado H5N1 2.3.4.4b, que amenaza con convertirse en la peor crisis de su tipo jamás registrada. Es que desde su aparición, H5N1 2.2.24b ha provocado el sacrificio de cientos de millones de aves de granja y la muerte de millones de aves silvestres.
La enfermedad se expandió a todos los continentes, con la salvedad de la Antártida, y la comunidad científica aguardaba que el patógeno no afectara al continente blanco. Sin embargo, los peores pronósticos se cumplieron luego de que el 24 de febrero pasado, cuando Alcamí y su colega Ángela Vázquez confirmaron por primera vez la presencia del virus en la Antártida, en dos págalos muertos hallados por científicos argentinos y analizados en la base antártica española Gabriel de Castilla, en la Isla Decepción.
La expedición, formada por 11 personas, encontró algunos cadáveres de págalos en Bahía Esperanza y en las islas del Diablo y Paulet, además del medio centenar observado en el brote masivo de la isla Beak. Los investigadores analizaron 10 de los 50 y todos ellos dieron positivo. Científicos del Instituto Antártico Chileno (INACH) también anunciaron el 14 de marzo que habían detectado el virus en cinco págalos en la isla Ross.
Mortalidad masiva de pingüinos y lobos marinos y el temor de que salte a los humanos
El equipo de científicos internacionales desembarcó en la isla Heroína, habitada por una colonia de pingüinos de Adelia y encontró “una mortalidad masiva” de aves. “Contamos 500 cadáveres y dejamos de contar”, recuerda el virólogo, que calcula que podría haber miles. Su equipo, sin embargo, no detectó virus de la gripe aviar altamente patogénico, pese a analizar incluso el cerebro y los pulmones de los pingüinos muertos.
Pero entre los animales afectados también están los lobos marinos, que arrojaron pruebas positivas a la gripe aviar. Estos especímenes comenzaron a aparecer muertos o agonizando en las playas de Perú en enero de 2023, desatando el miedo a que el virus aprendiese a pasar eficazmente de mamífero a mamífero. Esa posibilidad terrorífica no se ha cumplido, al menos de momento.