Equipos 100% de plástico -para evitar la tentación del metal, que los convierten en frecuentes blancos de robos-, con transmisión en tiempo real que indica el consumo para que no sea necesaria la medición presencial e, incluso, con apps tecnológicas incorporadas para advertir a los usuarios de un consumo desmedido. Así con los nuevos medidores que Agua y Saneamiento de Mendoza (Aysam) está instalando en las casas mendocinas.
Según destacó su presidente. Humberto Mingorance, ya se han instalado en la provincia cerca de 4.000 medidores modernos (la primera licitación fue para adquirir 20.000 de estos equipos), mientras que en los próximos días saldrá el llamado a licitación para adquirir 70.000 más.
Y si bien los mencionados medidores se comprarán con los fondos de resarcimiento (aquellos que tenían como destino inicial la obra de Portezuelo del Viento y hoy se están redirigiendo), desde Aguas Mendocinas aclararon que estos medidores -así como otras obras vinculadas a aguas y cloacas- terminarán siendo costeadas por los propios usuarios en sus facturas. Aunque prorrateados en entre 10 y 15 años.
“Los medidores y muchas de las obras que se van a empezar hacer son con fondos del resarcimiento, pero se van a incluir en las facturas del servicio de los usuarios. Se van a prorratear para que los propios usuarios sean quienes costeen las obras en 10, 12 o 15 años. Y se van a ir incorporando los montos de acuerdo a cómo se vayan incorporando las obras”, destacó Mingorance.
En ese sentido, el funcionario resaltó que, una vez que las obras se terminen de pagar -algo que harán los propios usuarios en esa década-, la tarifa del servicio de Aysam quedará en un monto estándar.
Si bien el costo aproximado del medidor en sí -el equipo solo- es de 100 dólares, hay que tener en cuenta que todo el proceso del cambio del medidor incluye cambio de caja y renovación de toda la conexión. Además, al mutar la medición al plano remoto y digital -ya no hará falta que vaya presencialmente alguien a registrar los datos-, esto también implica un gasto más considerable.
“La mayor parte del problema al hacer el cambio es la conexión del medidor al caño madre. Toda esa obra se va haciendo y tiene un costo de entre 400 y 450 dólares por casa, conexión y medidor. De acuerdo a los cálculos que hemos hecho, estamos hablando de una inversión total de más de 50 millones de dólares en dejar los medidores conectados con cambios de conexión e implementación”, detalló Mingorance.
“No le vamos a cobrar de forma directa a cada vecino el medidor, sino que vamos a prorratear ese gasto -y el de otras obras- en la factura para que se puedan seguir haciendo frente a los cambios. Y cuando recién terminemos todas esas obras, lo va a empezar a pagar”, insistió el presidente de Aysam.
SE PIERDEN 45 DE CADA 100 LITROS DE AGUA QUE SE PRODUCEN
El bronce y los otros componentes de metal que componen los medidores de agua los convierten en objetos preciados por los ladrones. En este contexto, entonces, es cada vez más común encontrar medidores rotos en la vía pública, así como también considerables pérdidas de agua. En una provincia donde la crisis hídrica es parte de la “nueva normalidad” y donde la sequía cada vez pisa con mayor fuerza.
Por esto mismo es que, con miras a desalentar los robos, los nuevos medidores son completamente de plástico y no hay nada metálico que pueda tentar a los amigos de lo ajeno.
“Es todo parte del programa integral de Macro y Micromedición, Detección y Reparación de Fugas. Hasta principio de año, no había caudalímetros en las plantas ni en las redes de distribución. Entonces, no había información concreta de cuánta agua recibimos de Irrigación, cuánto producimos, cuánto enviamos a las redes domiciliaras y cuánto les llega”, destacó Mingorance.
En ese sentido, el presidente de Aysam resaltó que es clave tener todos estos datos con exactitud si el objetivo es comenzar a cobrar por volumen.
Más allá de la falta de datos exactos, se estima que el porcentaje de agua que se pierde en Mendoza por fugas equivale a 45% de lo que se produce, teniendo en cuenta lo que sale de Aguas Mendocinas a la red y lo que llega a las casas de los usuarios. O sea, de cada 100 litros que se producen, 45 se pierden en fugas.
Por esto mismo es que, entre las obras que se han encarado, también se priorizó la instalación de caudalímetros que permitirá conocer cuánta agua llega a las plantas, cuánta se distribuye, cuánto llegan a los usuarios y cuánto consumen. De 12 caudalímetros que se ha previsto instalar, ya se han colocado 6; y cuando estén todos se va a lograr identificar dónde están todas las pérdidas.
“Calculamos que de 100 litros que disponemos en la red, se va recuperar 40 litros de acá a unos años y con las obras. Ello, sumado a que el usuario va a pagar lo que consume, nos va a permitir alcanzar el objetivo de que, con la misma capacidad de producción, se va a abastecer a más familias”, pronosticó Mingorance.
CADA PERSONA PAGA 10 CENTAVOS POR LITRO DE AGUA CONSUMIDO
La necesidad de trasladar al cobro del servicio el costo de las obras -medidores y otras- responde a una ecuación en particular en la que se detiene Mingorance. “En una familia tipo, se estima que se consumen 500 litros por persona y por día. Con lo que hoy se está cobrando, equivale a 10 centavos por litro por persona que se pagan”, resumió el presidente de Aysam.
En cuanto a los medidores modernos, ya son 20.000 los que se han adquirido y Aguas Mendocinas ha comenzado a instalar. El objetivo es que en el transcurso del segundo semestre de 2025 ya estén todos instalados. A ellos se sumarán los 70.000 próximos a licitarse.
“El área de concesión de Aysam incluye 370.000 conexiones. Nuestra idea es, en los próximos 2 años, poder llegar a un tercio o la mitad de esos medidores ya instalados. Y priorizando las áreas de mayor consumo, que son Godoy Cruz, Capital, Guaymallén, Las Heras, parte de San Rafael, parte de Tunuyán y parte de San Martín”, insistió.
