El departamento general de Irrigación publicó su pronóstico 2021-2022 y el panorama es muy desalentador en lo que se refiere a la disponibilidad de agua para Mendoza. De hecho, señalaron que debido a que nevó 2.5 veces más en el 2020, comparado con el 2021 y que durante el invierno 2021 nevó la tercera parte de un año medio el pronóstico para la próxima temporada es que se tendrá un 50% del derrame histórico de los 5 ríos más importantes de la provincia.
De esta manera, para el río Mendoza, se pronostica un año con sequía moderada, para el Grande se ha determinado un año con sequía extrema y para los ríos Tunuyán, Diamante, Atuel y Malargüe, el pronóstico es de sequía severa.
Por esta razón, desde diversos sectores hay preocupación y alerta respecto de lo que se deberá hacer de cara al futuro para que tanto el sector del agro como la gente en sus domicilios no sufra el impacto de la falta de agua. Principalmente, destacaron que lo que se impone es la inversión en infraestructura para evitar que este recurso sea desperdiciado por no contar con las obras adecuadas para su aprovechamiento.
Un trabajo de varios años
Rubén Villodas del Departamento General de Irrigación dijo que para paliar esta situación se están llevando adelante gran cantidad de acciones, como consecuencia de una situación que no es nueva. En particular dijo que se está trabajando mucho en mejorar la eficiencia de uso para que la misma cantidad de agua alcance un poco más.
“Se trabaja en eficiencia en lo que corresponde a la parte que gestiona Irrigación. En la distribución primaria, por ejemplo, y hemos usado un presupuesto de obras grande, unos 800 millones de pesos, que salieron del propio Departamento. También se compró maquinaria para trabajar en las zonas donde hay canales no impermeabilizados, en drenajes y desagües en los bajos de varias cuencas”, informó.
Por otro lado, Villodas remarcó que se insiste en la eficiencia dentro de la distribución secundaria y dentro de las parcelas. “Estamos tratando de implementar el uso conjunto del agua subterránea con superficial para que se pueda dotar a los canales y reforzarlos. También en reconocer la demanda y qué tipo de demanda para mejorar la eficiencia. Los regantes ya riegan mejor pero mas allá de eso queremos que esto se replique aguas arriba”, dijo Villodas.
Por otra parte, agregó que se implementó la disminución de agua a entregar a los usuarios que no son productivos – los recreativos- sin perjudicar a la parte productiva. Según el especialista, esta será una primavera complicada ya que se depende completamente del agua de los embalses que no están en su capacidad máxima. “El control de esta primavera va a ser muy estricto y ajustado. Esperamos que los caudales que pronosticamos para diciembre, enero y febrero mejoren, porque es cuando las plantas necesitan mucha agua. Lo vamos a poder sobrellevar con el agua de los embalses y la que vendrá en los ríos”, confió.
Falta una política hídrica
José Pozzoli subgerente del Instituto Nacional del Agua indicó que este es un tema que ya no puede sorprender porque hace 10 años que en la provincia se vive una situación similar. “No es algo puntual sino que se ha estabilizado en el tiempo. “Lo preocupante no es lo climático sino las medidas de fondo que deberían tomar los gobiernos provinciales. Y lo que uno percibe es que no hay una política hídrica de acuerdo a lo que requiere la realidad del cambio climático”, indicó Pozzoli.
Continuando indicó que esta falta es contundente porque lo que se proponen son convenios, acciones relacionadas con la educación o con la comunicación pero que, por ejemplo, la inversión en medidores de agua es de 5% en relación a la cantidad de hogares que tienen conexión a la red de agua potable. “Se necesita un abordaje de política integral de fondo”, mencionó. Recordemos que Pozzoli, entrevistado por Los Andes ya había asegurado que en Mendoza se desperdicia 45% del agua potable.
“Hacen falta inversiones en fincas, en canales secundarios y terciarios. También obras intrafinca que nos permitan dejar de perder 50% del recurso hídrico. Porque a pesar de tener un problema de escasez. Seguimos perdiendo por falta de infraestructura. Lo único que queda es un gran acuerdo por el agua e ir a buscar recursos para infraestructura para hacer uso eficiente”, destacó.
Pozzoli indicó que cada persona debe utilizar de manera más eficiente el recurso, porque consume 4 veces más de agua – unos 800 litros- de lo que se debería. Lamentablemente, esto se manifiesta en la falta de presión de cada verano que afecta a Dorrego, Villanueva o Godoy Cruz durante esta cada temporada estival.
“Pero esto no se da solo por escasez sino por la poca infraestructura. Porque a pesar de que no haber suficientes inspectores el porcentaje de derroche se da porque no se invierte. Podés salir a multar, pero eso no es todo. Cuando en Mendoza se rompe un caño de agua Aysam tarda entre 25 a 30 días en repararlo y en AYSA, en Buenos Aires, solo 24 horas. Por eso antes que multar el estado tiene que dar el ejemplo”, remarcó.
Ineficiencia en la distribución
Nicolás Vicchi de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas indicó que están muy preocupados por el pronóstico de escurrimiento, ya que esto confirmó la grave situación de crisis, que va a ser peor que el año pasado. “Creemos que es un panorama muy complejo para el sector productivo. Lo que dice DGI y especialistas es que esto vino para quedarse y a incrementarse”, resaltó.
Por esta razón, Vicchi señaló que se debe otorgar agua a demanda y que es un tema del que ya vienen hablando con Irrigación. También mencionó la posibilidad de construir reservorios en las cabeceras de hijuelas para un mejor aprovechamiento del recurso. Por otra parte, dijo que hay una línea de microcréditos que otorga Acovi de 5 millones de pesos, para incrementar la eficiencia intrafinca.
“Pero seguimos notando la ausencia de un plan de inversión que mejore la distribución. Tenemos mucha perdida por la ineficiencia. Se deben hacer impermeabilizaciones y más infraestructura. Porque si la oferta disminuye en lo que hay que poner atención es en la eficiencia. Si no hay un plan que establezca una hoja de ruta con la incorporación de financiamiento, vemos que estamos teniendo un diagnóstico pero no una solución”, aseguró.
Respecto de las multas por derroche, en tanto, dijo que debe continuar porque eso hace a la gestión y a la utilización del recurso, pero insistió en que se necesitan obras de mayor magnitud que implican proyecciones a largo plazo.
Obras urgentes
Para Pozzoli, es urgente pensar en un acueducto metropolitano, de Potrerillos a la planta potabilizadora. “No se puede cortar el agua por dos días. Es una obra que hay que hacer. Tenemos 4 mil km aproximados de cañería de agua potable entre las cuales mil kilómetros están en mal estado. Estas son las grandes obras. También hay que entubar canales, como el San Francisco, con sistemas de esclusas para evitar la basura en los cauces. Se debe hablar de inversión como un gran acuerdo por el agua y buscar recursos en el tiempo. Debe ser una política de estado de acá a diez años porque sino todos los años va a haber el mismo problema”, remarcó.
Continuando, dijo que hoy hay recursos en Nación gracias al pacto federal del agua con organismos multilaterales. Y que en este sentido, la provincia no debería endeudarse para llevarlo adelante. “Consensuados los proyectos, se pueden ir a buscar los fondos nacionales que a su vez vienen del Banco Interamericano de Desarrollo o del Banco Mundial. Pero hay que gestionar proyectos. Por ejemplo, hoy hay pequeños operadores que tienen medidores para el 50% de las casas a las que proveen. En Aysam no llega a 10%. Fondos hay, lo que hay que hacer es priorizarlos e ir a buscarlos”, cerró.