Una reciente disposición de Aerolíneas Argentinas, la línea aérea nacional, dispuso que no se permita a partir de la fecha el traslado de “trofeos de caza” (animales muertos embalsamados o taxidermias) en ninguno de sus vuelos, ya sea nacionales o internacionales. Según especificaron desde la firma, la iniciativa apunta a “proteger la vida de los animales silvestres que habitan el país” y tiene su sustento en los estándares de conservación internacionales, como son la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).
“Este tipo de políticas son importantes, significan un progreso y tienen por objetivo avanzar hacia un mundo más consciente en el cuidado de la fauna y flora”, destacó al respecto el presidente de Aerolíneas Argentinas, Pablo Ceriani. Con este anuncio, la empresa nacional se suma a la lista compuesta por otras 40 aerolíneas de todo el mundo que han prohibido hasta el momento estos traslados.
Próximo paso: el puma
La Fundación Cullunche, de Mendoza, es una de las entidades que promovió esta campaña a nivel regional e impulsó el pedido que fue oficializado por Aerolíneas en las últimas horas. “Es un gran paso, un notición. Pero es apenas el primer paso, porque toda la campaña apunta finalmente a la prohibición de la caza del puma como trofeo, de la exportación de caza de especie autóctonas (que quieran sacar del país) y de la importación de trofeos de afuera (como, por ejemplo, alguien que caza un elefante de afuera y lo quiere traer al país) por ley. Estamos felices, exultantes”, destacó entusiasmada la presidenta de Cullunche, Jennifer Ibarra.
Respecto a la situación actual del puma en Argentina, la Fundación Cullunche, la organización Pumakawa (orientada a la protección del puma), la Red Argentina Contra el Tráfico de Especies Silvestres (RACTES) y la ONG Humane Society International son quienes impulsan la campaña para que se impida la cacería de esta especie por ley.
“En La Pampa hay cuatro criaderos de pumas para cotos de caza que son legales y están habilitados por la Nación. El turista extranjero que llega paga por lo que se conoce como cacería enlatada (el ejemplar queda limitado a un predio y entregado para que se lo cace). Y los coleccionistas de cadáveres pagan hasta 5.000 dólares para venir a cazar”, destacó Ibarra a Los Andes.
Lo que preocupa a quienes encabezan esta campaña (que también tiene su correlato en la plataforma Change.org) es que, detrás de este circuito legal -permitido por el decreto 666/97 de la Ley Nacional 2.2421 de Conservación de la Fauna- hay todo un circuito clandestino y que encuentra su puerta de entrada en el mencionado decreto. “Existen fundadas sospechas de que, como parte del circuito de cacería enlatada autorizada, se extraen pumas del espacio silvestre que ya son adultos (porque en los cotos se trabaja con crías y no son tan atractivas para los cazadores). De hecho, los responsables suelen tener guardado a otro puma muerto que se entrega al cazador, ya convertido en trofeo. Muchas veces, incluso, los responsables de los cotos agregan un puma muerto en el lugar y, en la noche, le hacen creer a los cazadores que acaban de matarlo. Por esto mismo estamos trabajando en esa campaña para la prohibición de la caza del puma como trofeo”, destacó Ibarra.
De hecho, y más allá de la reciente disposición de Aerolíneas Argentinas, las organizaciones que encabezan esta campaña solicitan al propio Congreso de la Nación que el traslado de trofeos se prohíba por ley, para que no quede solamente a consideración de una u otra línea aérea en particular.
“En Río Negro, Chubut y Santa Cruz se paga por puma muerto, justamente por el problema ganadero que hay en la Patagonia y la amenaza que significa el puma para estos animales. El problema es que hace 50 años está autorizado y se avanza con este exterminio masivo. El puma es un emblema nacional, que cultural y simbólicamente une el cielo (el cóndor) con la tierra (la serpiente). Y si bien en Mendoza está protegido, en la Patagonia se lo extermina hace 50 años y por eso se necesita una ley nacional que prohíba su caza”, concluyó Ibarra.