La Sociedad Argentina de Retina y Vitreo advirtió sobre los riesgos de falta de controles médicos de pacientes en tratamientos oftalmológicos debido al aislamiento. La entidad ha manifestado que en algunos casos puede implicar disminución de la visión momentánea o permanente. Además destacó que quienes están más en riesgo son los adultos mayores por el tipo de patología que presentan y porque son quienes más han estado impedidos de salir de sus domicilios.
“A raíz del contexto actual de aislamiento, muchos pacientes en tratamiento oftalmológico no están asistiendo a las consultas de manera habitual, lo que puede provocar que su salud visual se vea severamente afectada”, manifestó en un comunicado.
Destacan particularmente el caso de la degeneración macular relacionada con la edad, la causa más frecuente de ceguera permanente (legal) o pérdida irreversible de la visión central en pacientes adultos mayores. Se trata a través de la aplicación de inyecciones en los ojos y requiere visitas al oftalmólogo con cierta periodicidad.
La disminución de las consultas médicas desde la implementación del aislamiento el 20 de marzo es un tema sobre el que se viene advirtiendo con hincapié en los riesgos que conlleva.
José Lodovico, Presidente del Círculo Médico de Mendoza y de la Federación Médica de Mendoza dijo a Los Andes que según la especialidad y las regiones, la actividad ha bajado entre 65% y 75%.
En tanto, la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) ya venía advirtiendo sobre los riesgos de infartos y otras complicaciones ante la falta de consulta.
“Según comentarios de profesionales el control de patologías crónicas y clínicas podría haber estado más afectado, una colega comentaba que llegan patologías crónicas más graves, porque esperan para ir, quizás empiezan con alguna molestia y van cuando ven que no pueden esperar más”, señaló Isabel del Pópolo, titular de la Asociación Mendocina de Profesionales de la Salud (Ampros).
Más discapacidad visual
En el comunicado, los especialistas destacan que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en los últimos años han aumentando las causas de discapacidad visual y ceguera legal (disminución de la agudeza visual de forma irreversible) relacionadas con la edad, al igual que la pérdida de la visión por la diabetes no controlada. Sin embargo, el 80% del total mundial de casos de discapacidad visual se puede evitar o tratar.
“Nosotros recomendamos que los pacientes que se encuentran en tratamiento no lo abandonen y por lo tanto se contacten con los médicos tratantes para evaluar los pasos a seguir. Asimismo, en personas que notan cambios abruptos en la agudeza visual o en la calidad de la visión (cambio en los colores o deformación de las imágenes que uno mira) se contacte en forma inmediata con su oftalmólogo de cabecera o servicio de urgencia oftalmológica”, afirmó el doctor Andrés Bastien, médico oftalmólogo del servicio de retina del Hospital Italiano de la Ciudad de Buenos Aires y presidente de la Sociedad Argentina de Retina y Vitreo.
Las maculopatías
En particular subrayan que es clave continuar el tratamiento de Maculopatías en época de pandemia.
El edema macular diabético o maculopatía diabética es una de las complicaciones en la visión que pueden tener los pacientes con diabetes.
Se trata de una enfermedad causada por la diabetes que produce daño en la retina y aumenta la permeabilidad de los vasos sanguíneos del ojo. Este deterioro provoca acumulación de líquidos en el área macular y la filtración de fluidos y sangre a la retina, produciendo edema en la mácula, responsable de la visión central y detallada, e impidiendo que el paciente pueda ver correctamente.
Según informa la entidad, es una de las principales causas de ceguera legal en personas diabéticas de entre 40 y 65 años a nivel mundial y la principal causa de pérdida de la visión en la población en edad laboral en países desarrollados.
Hay que tener en cuenta que según datos del Ministerio de Salud de La Nación, uno de cada 10 argentinos sufre diabetes.
Por otra parte, hay que considerar también las maculopatías relacionadas con la edad. Son patologías que afectan a gran parte de la población de más de 60 años promedio y se diagnostican mediante estudios oftalmológicos.
La doctora Beatriz Arteaga, médica de la Sección de Baja Visión y Rehabilitación Visual del Hospital Italiano de San Justo, Buenos Aires detalló la incidencia. “Se presenta con una incidencia del 2,5% a los 65 años, de 6,7% entre los 66 y los 74 años, y del 10,8% en mayores de 75 años”, expresó. En tanto, la prevalencia de esta enfermedad es del 1,5% en mayores de 52 años y el 90% de estos casos corresponde a formas secas.
Lo que ocurre cuando se presentan es que restringen el funcionamiento de la mácula, parte central de la retina, generando pérdida de la visión central. Si bien no conduce a la ceguera absoluta, impide visualizar los detalles con precisión, lo cual repercute directamente en las actividades de la vida diaria de una persona generando incapacidad para la lectura o para ver nítidamente los objetos y los colores.
La degeneración macular relacionada con la edad se clasifica en húmeda - una enfermedad oftalmológica crónica que afecta la visión central del 20% de los adultos mayores de 60 años que la padecen; y la degeneración macular seca que representa el 80% restante.
