Desde el inicio de la pandemia, la mayor incidencia de casos de Covid-19 ha recaído sobre los adultos jóvenes, mientras que la letalidad se incrementa notoriamente en quienes superan los 70 años.
Este escenario no ha cambiado con la segunda ola que se está atravesando, sin embargo, se observan nuevos escenarios y ciertas particularidades llevan a poner el foco en el segmento de entre 40 y 59 años. Estos grupos presentan un incremento en la incidencia respecto del año anterior mientras que además se aprecian más cuadros que requieren hospitalización por Covid-19.
Son sectores económicamente activos y han sido poco alcanzados aún por la campaña de vacunación.
Divididos por décadas, estas dos franjas etarias (entre 40 y 49 y 50 y 59 años) son 2 de las 4 que muestran este año un incremento en la incidencia, tal cual expresa el informe epidemiológico semanal que elabora la Asociación de Clínicas y Sanatorios de Mendoza (Aclisa) con datos oficiales.
En Mendoza, entre los 50 y 59 años, el año pasado la incidencia de casos nuevos sobre el total era de 13,77% y este año es de 14,33%, es decir 4,01% más. Entre los 40 y 49 pasó de 19,91% a 20,23%, lo que implica un incremento de 1,57%.
Pero lo que lleva a poner el foco en este grupo es que en este segundo embate del virus, a diferencia del 2020, hay más casos de menores de 60 años que evolucionan a cuadros graves.
El Ministerio de Salud de la Nación coincidió con un panorama que mostró la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva en un estudio: casi la mitad de los internados en UTI y terapia intermedia tienen entre 40 y 60 años. Luego de un abordaje transversal informó a fines de abril que 56,3% de los internados en terapia intensiva en hospitales nacionales de Argentina eran menores de 60 años,
“De ese porcentaje, el 43,8 % corresponde a mayores de 60 años, el 44,8 % al grupo de entre 40 a 60 y el 11,5 % al grupo entre 15 y 40 años. Además, en terapia intermedia la situación se repite con un 40 % de ocupación de mayores de 60; un 50,7 % correspondiente al grupo etario de entre 40 y 60 y 9,3 % al grupo entre 15 y 40 años”, detalló.
Está en línea con la tendencia que se viene registrando en otros países de la región durante 2021, tal como ha informado la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Entre los 60 y 69 años el aumento en la incidencia fue de 7 puntos pero en ese grupo ya hay más alcance de la vacunación mientras que muchos ya están jubilados.
Hasta el 27 de mayo en Mendoza, 27,15% de quienes tienen entre 50 y 59 años habían recibido al menos una dosis de vacuna Covid, que disminuye las chances de presentar una cuadro grave. Del total 4,63% había recibido una dosis. En peores condiciones está la franja etaria de entre 40 y 49 años, que ha sido inoculada en 18,52% y 4,9% con dos dosis. Muchos de ellos la han recibido por ser parte de grupos priorizados como trabajadores de la salud, docentes o efectivos policiales. Recientemente Salud de la provincia los habilitó a ser vacunados si presentan ciertas comorbilidades.
En actividad
En este contexto hay que tener en cuenta que este grupo se encuentra entre la población económicamente activa y por lo cual se desempeñan laboralmente, exponiéndose al virus, transformándose en posibles vectores pero además, con consecuencias en cuanto a sus condiciones económicas si no pueden trabajar por estar aislados o con la infección. A esas edades hay más probabilidades que en los más jóvenes de tener alguna comorbilidad, especialmente asociadas a un desorden metabólico como diabetes o hipertensión.
Si el número de casos aumenta en esas franjas y hay más chances de desarrollar cuadros que requieran atención hospitalaria, esto también tendrá impacto en la ocupación de camas, valioso recurso en estos tiempos. Y no sólo eso, según aprecian los médicos las personas más jóvenes tienen además, más tiempo de permanencia en la internación.
Los primeros días de mayo, Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud de México, destacó la importancia de llegar con la vacunación a quienes transitan la década de los 40 años.” Cuando ya vacunemos a personas de 40 a 49 (...) aparecen también otros impactos muy positivos, como el hecho de facilitar la reactivación de la vida social y económica”.
Guillermo Chiappero, vicepresidente de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI), dijo a CNN Radio Argentina. “Estamos viendo que aquellos que están ocupando las camas de terapia intensiva están por debajo de los 50. Este tipo de pacientes requiere una asistencia y una internación mucho más prolongada (...) pueden extenderse hasta un mes”.