¿La hipnosis puede reemplazar a la anestesia convencional? Y antes aun: ¿la hipnosis es algo más que una maravilla más propia de una historia fantástica que de la realidad? Pues, al parecer, a ambas preguntas —atravesadas por un sano escepticismo— se puede contestar que sí. Y de esto bien puede dar cuenta el odontólogo mendocino Adrián Ghiraudo, docente de la UNCuyo y especialista en hipnosis clínica, quien dará este jueves un curso de hipnoanestesia en la Facultad de Odontología de esa alta casa de estudios.
Ghinaudo tiene una amplia experiencia en esta clase de terapias anestésicas. De hecho, lleva realizadas no menos de 600 intervenciones odontológicas en Mendoza sin apelar a la inyección para el adormecimiento, sino utilizando, justamente, la hipnosis. Pero el campo de esta práctica no se reduce sólo a la salud bucal, sino que se expande hacia otras especialidades quirúrgicas y, también, a la analgesia (el combate contra el dolor).
De todos estos temas habla Ghinaudo, quien en su currículum cuenta el haber presidido la Asociación Argentina de Hipnosis Clínica, Experimental y Aplicada.
–Empecemos con algo básico, ¿qué es la hipnoanestesia y cómo se relaciona con la hipnosis tradicional?
–Es el tratamiento del dolor a través de la hipnosis. Es sabido que la mente puede controlar el dolor como lo hacen los anestésicos que se utilizan actualmente. Es necesario recordar que la anestesia, tal como la conocemos, fue descubierta hace menos de 200 años (exactamente en 1884). Antes de este descubrimiento tan importante para el avance de la medicina, algunas personas utilizaban hipnosis para inducir a un estado muy parecido al sueño. Ya que la palabra (griega) hypnos significa “sueño o sopor”, la hipnosis es un estado diferente que se asemeja más al “soñar despierto”. Entonces nosotros podemos controlar el dolor al desviar el foco de atención hacia otra cosa o hacia otra situación. Por ejemplo: un paciente al que se le debe realizar una extracción dentaria por dolor, puede realizársele sin anestesia y sin dolor. Y sobre todo cuando el paciente es alérgico a los anestésicos locales. Hoy en día, la medicina moderna viene utilizando la hipnoanestesia cada vez que necesita realizar procedimientos quirúrgicos en pacientes con impedimentos para el uso de anestésicos convencionales, por intolerancia a los medicamentos o en casos de pacientes con diabetes, ancianos u otras causas limitantes. El uso de la hipnosis también puede beneficiar a algunos pacientes en anestesias locales y bloqueos regionales.
–¿Y es siempre eficaz?
–La conocida revista médica The Lancet ha publicado en abril del año 2000 el resultado de un estudio de investigación realizado bajo la dirección de la Dra Elvira V. Lang (Harvard Medical School, Boston, EE. UU.) sobre la utilización de la hipnosis como analgésico eficaz en intervenciones quirúrgicas. Es importante recalcar que el uso de esta técnica es cada vez más frecuente, debido a los efectos beneficiosos de la hipnosis, que van mucho más allá del simple alivio del dolor. La hipnoanestesia tiene efecto en el rápido proceso de cicatrización, reduce el sangrado durante el proceso quirúrgico, actúa sobre el sistema inmunológico reduciendo el riesgo de infecciones, alivia el efecto traumático al reducir la formación de hematomas y edemas, además de tener un corto y confortable postoperatorio, aliviando el dolor en las primeras horas después del procedimiento.
–¿Esta terapia es sólo para tratamientos odontológicos?
–No, la hipnoterapia tiene un campo de acción muy amplio en el terreno de la medicina y la psicología moderna. También en el tratamiento de fobias o miedos exagerados incontrolables se realizan estas técnicas para el control de las emociones teniendo una efectividad asombrosa. En la actualidad miles de médicos y profesionales de la salud en el mundo combinan la hipnosis con los tratamientos tradicionales de sus especialidades. La hipnosis forma parte de los tratamientos médicos en obstetricia, oftalmología, dermatología, traumatología, oncología, gastroenterología, psiquiatría, cuidados paliativos, medicina del dolor, entre muchas otras disciplinas. También muchos psicólogos utilizan la hipnosis en sus abordajes, así como también los kinesiólogos.
–En Mendoza, ¿se han hecho muchas intervenciones con una hipnoanestesia previa?
–Entre mis actividades clínicas en odontosalud y las realizadas en psicosalud por psicólogos e hipnoterapeutas formados en el instituto, calculo que son más de 600 casos. Algunos de ellos fueron documentados con videos para poder seguir enseñando esta disciplina tan útil para la salud.
–¿Cualquier paciente puede recibir hipnoanestesia?
–Sí, ya que es un estado natural de nuestra mente, donde no se introduce en el cuerpo ninguna sustancia química, por lo cual no genera otras complicaciones ni efectos secundarios. Es tan natural la hipnosis, que en muchos momentos de nuestras vidas entramos espontáneamente en ese estado de conciencia diferente. Ejemplo de ello es cuando estamos muy compenetrados mirando una película o manejando en una ruta y no percibimos detalles provenientes del exterior o hay una distorsión del tiempo y el espacio, o sea no nos damos cuenta de lo que hicimos en el trayecto ni cuánto tiempo pasó, porque íbamos con nuestra mente abstraída. Entonces en odontología, cuando debemos realizar algo que puede producir dolor, utilizamos la desviación de la conciencia para que el paciente no sienta nada, disminuyendo las sensaciones desagradables.
–¿Cómo es el proceso para hipnotizar a una persona en un consultorio antes de una cirugía?
–El proceso es paulatino. El primer paso es la inducción, con una relajación física y mental. Luego viene la profundización, donde llegamos al máximo nivel hipnótico. Posteriormente viene la utilización, donde se realiza la intervención terapéutica. Y, por último, el despertar. Esos son los pasos simplificados de esta técnica.
– Además de la hipnosis, existe la hipnoanalgesia, ¿qué es?
–La hipnoanalgesia se refiere a la reducción de las sensaciones dolorosas a través de nuestra mente, permitiendo, al mismo tiempo, la percepción de otras sensaciones asociadas que orientan al paciente hacia su cuerpo (como presión, temperatura, posición). La hipnoanestesia, en cambio, se refiere a una eliminación completa o casi completa de las sensaciones de una parte del cuerpo o de todo este, bajo un estado alterado de conciencia en un tiempo reducido. En cuanto a la investigación internacional, el Dr. Sharav & Tal (2006) encontraron que la hipnoanalgesia es efectiva para reducir la intensidad del dolor y la incomodidad del dolor provocado en un punto específico del cuerpo, en personas altamente hipnotizables, de acuerdo a la escala de susceptibilidad hipnótica de la Universidad de Stanford. En otro estudio científico se ha demostrado que las respuestas del cerebro durante el proceso de inducción de la hipnosis analgésica, muestran una reducción notable de la sensibilidad a un estímulo doloroso o aversivo. En consecuencia, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que la hipnoanalgesia es un procedimiento altamente eficaz para abordar el dolor agudo o crónico, colaborando a la reducción de medicamentos analgésicos, como también los efectos secundarios de los mismos.
–¿Es posible tratar con esta práctica, por ejemplo, dolores crónicos por lesiones?
–Durante siglos, los analgésicos opioides se han utilizado para controlar tanto el dolor moderado como el crónico, en especial en pacientes con cáncer. Sin embargo, no es viable en todos los casos, como tampoco en otras dolencias que implican dolor. Los opioides suelen ser adictivos; además, en ocasiones su eficiencia falla y producen efectos adversos como: alteraciones de sueño; fatiga, vómito, picazón; ansiedad y depresión; cambios endócrinos; deficiencia neurocognitiva, y problemas cardiovasculares. Según estudios científicos recientes se ha demostrado que la hipnoanalgesia logra reducir hasta en un 40% los niveles de dolor crónico en la generalidad de los casos, como también logra resultados aún mejores en sujetos altamente sensibles a la hipnosis.
–¿Dónde se forma un especialista en hipnosis?
–Si bien existen numerosas instituciones y profesionales que ofrecen programas de formación en hipnosis, no todos cuentan con la suficiente seriedad que merece esta compleja práctica. Se recomienda formarse en instituciones que posean formadores con titulaciones en profesiones de la salud, tales como médicos, odontólogos, psicólogos y otras profesiones afines, además de la capacitación específica en hipnosis. En el Instituto Psicosalud de Mendoza impartimos cursos junto a Walter Motilla, reconocido psicólogo e hipnoterapeuta integrativo. Yo personalmente, comencé cuando realizaba una pasantía en el año 1994 en la Universidad de Valparaíso Chile, donde conocí al Profesor Dr. Ricardo Voss Zuazola, y luego dictamos varios cursos con él en Argentina.