La transformación digital en salud está generando cambios sustanciales en este nuevo escenario y en las próximas décadas las nuevas herramientas abrirán un fuerte dilema en cuanto a la accesibilidad en pos de que todos resulten beneficiados.
Así lo manifestó el doctor Adolfo Rubinstein, exministro de Salud de la Nación (2017-2018) y actual director del Centro de Implementación e Innovación en Políticas de Salud (CIIPS), durante un nuevo encuentro del ciclo “Pilares para el desarrollo sustentable de la región”, organizado por Los Andes Diario y mediado por la periodista y editora Alejandra Vargas.
“La salud está sufriendo cambios dramáticos en función de la tecnología y el dilema, más allá de este avance, es no solo el financiamiento, sino en el hecho de poder alcanzar a todos, es decir, que toda la sociedad, no solo los más ricos, se vean beneficiados”, advirtió.
En ese sentido, sintetizó con que un buen sistema de salud debe funcionar bajo dos grandes ejes: el avance tecnológico y digital y el alcance equitativo.
“En este mundo individualista, lo que se viene en cuanto a inteligencia artificial, nuevos medicamentos biológicos, dispositivos modernos, robótica y reemplazos artificiales de órganos hacen que el paradigma cambie de manera significativa. Desde que el hombre es hombre, hace seis millones de años a hoy, el motor fundamental de la evolución humana fue la selección natural, fundamental para adaptarse y sobrevivir”, advirtió.
Por eso, diferenció, lo que ocurre hoy y de manera exponencial es la selección artificial, teniendo en cuenta que las nuevas tecnologías digitales hacen que el hombre “persiga la vida eterna y la inmortalidad”.
“Claro que suelen acceder los más pudientes, los más privilegiados, por eso digo que el desafío de la salud pública es armar una estrategia de cobertura que sea universal. Lo más importante es que los cambios lleguen a todos por igual”, sostuvo. Y completó: “Cualquier progreso genera inequidad, se beneficia el más rico; el que más vida saludable practique y el que más cobertura posee”.
De todos modos, Rubinstein adelantó que, tarde o temprano los avances llegarán para todos y, de ese modo, la brecha existente dejará de acrecentarse. Dijo, además, que la inteligencia artificial y los grandes cambios que protagoniza la salud, más allá de los errores de las primeras etapas, resultan “maravillosos”. “Incluso da algo de ‘miedito’. Uno no deja de pensar hasta dónde vamos a llegar”, reflexionó.
Por lo pronto, lo que está planteado y lo que viene es el nuevo escenario basado en una transformación “brutal” que va desde la atención primaria, internación, medicamentos, historias clínicas digitales e intervenciones. “Los sistemas de información conllevan herramientas importantes que van conduciendo a una mejor calidad de servicios” añadió.
Recordó que durante su gestión al frente de Salud se enfocó en objetivos tales como ampliar la cobertura efectiva; avanzar en la transformación digital y en los nuevos dispositivos electrónicos para facilitar la interoperabilidad. “Mendoza fue un ejemplo claro y entiendo que se sigue en esa senda. Claro que no en todos los lugares se avanza a la misma velocidad, pero todo esto es irrefrenable, prácticamente resulta inconcebible un sistema de salud que no esté fuertemente apoyado en dispositivos que permitan la transformación digital”, apuntó.
El empujón de la pandemia
Frente a la pregunta sobre cómo influyó la pandemia en estos cambios, Rubinstein consideró que fue un antes y un después. “Obligó al cambio. Si bien ya veníamos con el uso de la tecnología, el hecho de estar confinados aceleró el proceso y todas las plataformas resultaron fundamentales para hacer frente a ese nuevo escenario”, recordó.
Ejemplificó con que antes del Covid-19 la plataforma de comunicaciones Zoom se usaba poco, salvo para alguna reunión esporádica o fuera del país. “No estaba incorporado a nuestros hábitos y hoy las reuniones cotidianas son virtuales. En lo personal, me generan algo de incomodidad, aunque entiendo que se ahorre una enorme cantidad de tiempo”.
Advirtió en ese sentido que las teleconsultas impiden la interacción cara a cara y que, si bien permiten canalizar numerosas inquietudes, generarán efectos perjudiciales a largo plazo.
“El vínculo médico-paciente cambia cuando no es presencial. Por un lado, entiendo que, si es un problema menor y uno está lejos, poder tener contacto con un centro como el Hospital Notti es fundamental. Por eso no dejo de reconocer que la tecnología es una herramienta poderosísima”, dijo.
En este nuevo debate, aseguró que aflora un dilema ético y moral, aunque no dejó de admitir que las tecnologías digitales son extremadamente costo-efectivas. “Generan gran expectativa y mejoran la sobrevida, además de permitir contar con datos certeros y tomar decisiones adecuadas”, consideró.
Finalizó señalando que cuando estuvo al frente del ministerio se enfocó en tres importantes ejes a los que hoy sigue considerando claves y sustanciales: atención primaria de la salud, transformación digital y expansión de los indicadores de calidad para mejorar el acceso y la cobertura.