La mañana del miércoles transcurrió con mucha tensión, emociones y revuelo en el Polo Penal de la Justicia de Mendoza. Y es que, pasadas las 13, se conoció la sentencia a través de la cual las juezas Gabriela Urciuolo, María Belen Renna y María Belén Salido absolvía de todas las imputaciones que pesaban contra ellas a las monjas Kumiko Kosaka y Asunción Martínez, así como también a Graciela Pascual, Gladys Pinacca y Noemí Paz. Las 5 mujeres estaban imputadas como partícipes primarias de los abusos sexuales cometidos -y ya confirmados- en el instituto religioso Antonio Próvolo contra chicos sordos y chicas sordas, episodios por las que ya fueron condenados 4 hombres (entre ellos, 2 curas).
La sentencia de Urciuolo, Renna y Salido causó una gran conmoción y malestar en las víctimas y familiares. Muchos de ellos, que seguían por video la resolución en una sala distinta a aquella donde transcurría la audiencia, estallaron en un llanto desolado y desconsolado al conocer el fallo, para ellos sorpresivo. El fiscal de la causa, Alejandro Iurbide, y quien realizó la acusación con la que las mujeres llegaron al juicio -que duró casi dos años y medio-, también se mostró sorprendido. Y es que Iturbide había pedido 25 años de prisión para Kosaka, 18 años de cárcel para Pascual, 10 para Martínez y 3 años de prisión para Pinacca y Paz.
“Estoy muy decepcionado por la decisión del tribunal. Hay cuestiones que pueden ser más o menos discutibles, pero no me esperaba que absolvieran a todas por todo”, destacó Iturbide. En tan sentido, el fiscal adelantó que recurrirá la sentencia, buscando que un órgano máximo la revise.
“Me parece inaceptable que no se les crea a los denunciantes. Una de las cosas que más me sorprende es que en la misma sentencia en que se rechaza iniciar compulsas por falso testimonio, se absuelve a aquellas personas a quienes los chicos dijeron haberles contado lo que vivieron, resulta muy contradictorio”, detalló Iturbide.
Tanto la Suprema Corte de Justicia de Mendoza como la Corte Suprema de Justicia de la Nación confirmó y dejó firme la sentencia de la Justicia Penal de Mendoza, con fecha de noviembre de 2019, y en la que se condenaba a los curas Nicola Corradi y Horacio Corbacho, además de al jardinero Armando Gómez como autores de los abusos ya confirmados.
“Vemos que esas mismas personas que son creíbles para un fallo que queda doblemente confirmado, ahora no son consideradas creíbles”, destacó el fiscal. E insistió en que, con los estudios y las lesiones constatadas por el Cuerpo Médico Forense, pretendían demostrar que las mujeres sabían de esas lesiones.
FALTA DE PERSPECTIVA DE DISCAPACIDAD
Tanto Iturbide como los abogados de las víctimas resaltaron que en el fallo del tribunal compuesto por Urciuolo, Renna y Salido faltó perspectiva de discapacidad”.
“El fallo nos deja una sensación de angustia, de tristeza. Pero eso no significa que no se vaya a hacer nada más. Esta sentencia no tiene nada de perspectiva de discapacidad. Después de 2 años y medio de audiencias de las que participaron personas sordas y con todas sus dificultades, al momento de leer la sentencia lo hace dejando en evidencia que lo hicieron pensando en personas oyentes. Ahora tenemos que trabajar en buscar un tribunal con perspectiva de discapacidad”, destacó por su parte el abogado querellante Sergio Salinas.
En ese sentido, insistió en que -una vez concluida la lectura de la conciencia- debieron pasar una importante cantidad de minutos junto a las víctimas para que entiendan que este fallo no implica que dejen de ser víctimas, sino que las magistradas consideraron que las mujeres enjuiciadas no fueron partícipes de ninguna manera en los abusos que sufrieron.
El uso de la palabra “Sordomuda” también es otro factor que, de acuerdo a lo manifestado por los abogados querellantes, demuestra la falta de perspectiva de discapacidad en el fallo. Y es que las recomendaciones internacionales y las normas referidas a personas con discapacidad coinciden en que el término correcto con que se denomina a estas personas es “sorda” o “sordo”.
“Hay una falta de perspectiva de discapacidad concreta. El tribunal no ha sabido apreciar que las víctimas son personas que pertenecen a una cultura diversa”, acotó a su turno el también abpgado querellante Oscar Barrera.
LA PALABRA DE LAS VÍCTIMAS: “LA JUSTICIA ES UNA MIERDA”
Casi una hora después de concluida la lectura de la sentencia, las víctimas que la habían seguido en otra sala del Polo Penal abandonaron el lugar. Con muecas de tristeza, dolor e impotencia -y por medio de intérpretes de Lengua de Seña- hicieron saber sus sensaciones post sentencia.
“Hoy todo está muy mal, todo es muy triste. Las juezas son un desastre, veo que Kumiko Kosaka y Graciela Pascual van a poder salir en libertad. ¿Por qué están libres? ¿Por qué no nos creen? ¿Cómo las van a dejar salir con todo e daño que hicieron?”, destacó -intérprete de por medio- Daiana Lizarraga, una de las principales denunciantes y víctimas del Caso Próvolo.
“La Justicia es una mierda, todos se pueden ir a la mierda. Tengo mucha bronca, dolor y depresión, estoy muy mal”, concluyó la joven.