Comienzan a evidenciarse en Malargüe las consecuencias del temporal de nieve registrado los días 22 y 23 de agosto pasado, que se llevó la vida de dos puesteros, además de la de numerosos animales, principal sustento de la zona.
Superados los momentos más dramáticos de los puesteros, cuando la mayoría aún no conocía la cantidad de animales muertos debido a la imposibilidad de poder acceder por la cantidad de nieve, hoy comenzaron a notarse abortos y escasas pariciones, tal como se había anticipado en un primer momento.
Julieta Carrasco, nacida y criada en el mismo puesto donde hoy vive, llamado Rincón Arenino, a unos 55 kilómetros de Malargüe, perdió gran parte de su capital. Hoy, a escasos días de iniciarse las pariciones, los animales están debilitados y muchas cabras y ovejas no podrán tener sus crías.
“Todos en esta zona sabíamos lo que nos esperaba ya que fue una inclemencia climática muy dura, como hacía tiempo que no sucedía. Aún hoy sentimos una profunda angustia”, confesó a Los Andes la mujer, que vive con su esposo y sus tres hijos, todos dedicados a las tareas rurales.
“Aproximadamente el 15 de este mes comenzaremos con las pariciones, que serán muy reducidas. Nos mandaron maíz y forraje para distribuir entre los puesteros, pero el daño está hecho y es irreversible”, advirtió.
Jorge Correas, socio y fundador de la Sociedad Rural del Secano Mendocino, sostuvo, en diálogo con Los Andes, que el impacto económico es apenas uno de los temas que dejó el temporal de nieve.
“Nos encontramos con un tema social y político, no partidario. Para empezar, pocos hablan de las personas fallecidas, que las tuvimos. La solidaridad demostrada en este triste momento es algo bueno para resaltar, gente trabajando de sol a sol para poder mandar forraje a los puesteros, asociaciones de otros puntos de Mendoza enviando equipos de maíz, centeno y rollos”, indicó, para agregar: “Ninguno estaba obligado a hacerlo. Todos lo hicieron desde la actividad privada”.
“En esta zona, que vive de la cría de animales, es incierto qué pasará con esas familias en estos días comience la parición. Son familias desoladas”, manifestó el dirigente, quien valoró el gesto de la Sociedad Rural del Oeste y del Valle de Uco, que se pusieron a disposición del desastre ocurrido en Malargüe.
Explicó el dirigente que el panorama es y seguirá siendo oscuro debido a la escasez de materia prima. En ese sentido, dijo que la Sociedad Rural está evaluando instrumentar un banco de ovejas para entregar a los productores. La devolución sería tras un año de gracia con animales de la misma categoría. “Ya hemos comenzado a dialogar sobre este punto, que involucraría a nuestra entidad, municipio y secretaría de Ganadería”, indicó.
“Desde el primer día nuestros socios nos fueron comentando que la situación era complicada y por eso nos fuimos poniendo en contacto con las autoridades provinciales de ganadería, Fundación COPROSAMEN, como así también otras entidades similares a la nuestra, para denunciar la gravedad de lo que estaba pasando y lo que se venía” comentó, por su parte, Lisandro Jaeggi, titular de la Asociación Rural del Secano Mendocino.
“La Sociedad Rural del Oeste Argentino nos envió un equipo de rollos de pasto que fue distribuido entre los productores más afectados. La Asociación Ganadera del Centro, conformada por productores de la zona de San Carlos, nos envió 26 mil kilos de grano de centeno como aporte nutricional para los animales, que lo estamos entregando a 200 kilos por productor, por ahora”, puntualizó el directivo.
Agregó que un ganadero de la provincia compró un equipo de maíz embolsado por un total de 600 bolsas de 40 kilos cada una.
“En este caso coordinamos su entrega con el Comité de Emergencia Malargüe y la Dirección de Ganadería para determinar cuáles son los establecimientos que más lo necesitan. Para esa entrega, los destinatarios tienen que contar con REMPA (Registro Nacional Sanitario de Productores Agropecuarios)”, acotó Jaeggi.
Habló, además, de un compromiso del gobierno provincial, a través de la dirección de Ganadería, de la llegada de 3 o 4 equipos más de maíz.
“También contamos hace poco con picado de cebada, producto alimenticio con mucha fibra que necesitamos para nuestro ganado”, añadió.
Hizo saber que el principal objetivo de la entidad es tratar, en esta etapa de la emergencia, de asistir a los animales para buscar recuperar el estado de aquellos que se salvaron, ya que las zonas afectadas presentan numerosas pérdidas.
“Sabemos que habrá disminución en la producción, por lo que, en otra etapa, hay que pensar en cómo asistir al productor porque sus ingresos se van a ver disminuidos en los próximos meses”, manifestó, para agregar que existe buena voluntad de instituciones intermedias de otros departamentos y especialmente del sector privado, que estuvo siempre a la altura de las circunstancias, con camiones combustible, personal y voluntarios.
La importancia de la emergencia ganadera
Dirigentes de las distintas entidades señalaron que la emergencia ganadera, cuya ley aún se sigue aguardando, se instrumentó “de hecho” a través de una gran cantidad de ayuda y de acciones solidarias por parte de distintas entidades.
La declaración de la ley, coinciden los dirigentes, permitiría recibir los recursos necesarios para sacar a flote a esta zona tan castigada y, además, un trabajo mancomunado.
Decretar la Emergencia Ganadera implicaría, entre otros puntos, que las distintas áreas cuantifiquen las pérdidas y actuar en consecuencia, así como determinar las zonas más afectadas y en base a ello distribuir esa ayuda forrajera. Luego, en la medida de las posibilidades, controlar un poco que esa alimentación sea dada correctamente a los animales”, manifestó.
Una nevada histórica
La histórica tormenta duró 48 horas. Julieta Carrasco, que quedó aislada junto con su familia, la recuerda de este modo: "
“Comenzó a nevar intensamente pero nunca nos imaginamos que al salir nos íbamos a encontrar con un metro y medio de nieve. El stock de leña que teníamos para calefaccionar estaba totalmente tapado, pero lo peor fue cuando mi esposo y mis hijos caminaron hacia el campo para ver cómo estaban las cabras y encontraron que algunas estaban muertas. Eso no fue nada, ya que con el correr de los días otras también fallecieron. Frente al temporal se amontonaron, se refugiaron como pudieron y se asfixiaron, mientras que otras no soportaron el frío o quedaron bajo la nieve en las cavernas que improvisaron”, relató.
Hoy, dijo que comienzan de a poco a sufrir las consecuencias, que no son inesperadas. “Soy nacida y criada aquí y sabemos que las condiciones climáticas son extremas, aunque hacía muchos años que no vivíamos una situación como esta”, recalcó.
Desde fines de agosto, algunos grupos, en su mayoría particulares y organizaciones solidarias, lograron acercar una ayuda importante materializada en leña, alimentos, ropa, calzado de nieve y forraje para los animales.
Uno de esos grupos es “Fuera de Ruta Malargüe”, particulares que poseen vehículos 4x4 y aún hoy sigue recolectando donaciones.