A un mes de la tragedia, murió la única sobreviviente del derrumbe en el hotel de Villa Gesell

María Josefa Bonazza tenía 79 años. Su esposo fue el primer fallecido confirmado tras la madrugada trágica de aquel 29 de octubre.

A un mes de la tragedia, murió la única sobreviviente del derrumbe en el hotel de Villa Gesell
Murió Josefa Bonazza, la única sobreviviente del derrumbe en el hotel de Villa Gesell (Foto gentileza)

Murió María Josefa Bonazza (79), quien era la única sobreviviente del derrumbe del 29 de octubre pasado en el Hotel Dubrovnik de la ciudad costera de Villa Gesell. Sufrió una descompensación luego de pasar varios días en terapia intensiva.  

Según fuentes policiales indicaron a NA, Josefa, conocida como “Pelusa”, había enfrentado una compleja recuperación tras ser rescatada de los escombros del edificio en octubre de este año. Pasó unas diez horas atrapada bajo los escombros y recurrió al código Morse para señalar su ubicación y ser rescatada.

El hecho de su fallecimiento ocurrió este jueves a la madrugada, casi un mes después de la tragedia, mientras la mujer permanecía alojada en el Hospital Municipal Felipe A. Fossati en el centro de salud , ya fuera de terapia intensiva.

La mujer había llegado a ser entrevistada en televisión tras el rescate. Falleció casi un mes después del derrumbe. (Telefe)
La mujer había llegado a ser entrevistada en televisión tras el rescate. Falleció casi un mes después del derrumbe. (Telefe)

María había viajado con su esposo, el artista plástico fallecido Federico Ciocchini de 84 años, para arreglar su departamento en Villa Gesell porque lo habían alquilado. Tras oír un estruendo en la madrugada, el techo se desplomó sobre ellos. “Nos despertó un ruido ensordecedor; él me preguntó si lo había oído, y después, enseguida, hubo otros dos ruidos como explosiones y se nos vino todo encima. Escuché solo un quejido de él. ‘Quedate tranquilo’”, contó la mujer.

María, a pesar de la devastación, mantuvo la calma y aplicó técnicas de respiración de yoga para conservar energía y mantenerse consciente.

A pesar de la tragedia, cuando escuchó sirenas, supo que la ayuda estaba en camino. “En ningún momento perdí la calma porque tenía la certeza que nos iban a salvar. Todavía no sabía que mi maridito había muerto. Decidí que no tenía que gastar energía, y de pronto sentí una sirena lejana. ¡No te puedo explicar la emoción que sentí cuando la escuché!”, recordó sobre los instantes antes de comenzar a dar golpes en código Morse para que la localizaran.

El cuerpo de su esposo había sido el primero en ser sacado de entre los escombros. “Sentí cómo lo sacaban. Vivimos 48 años de amor, felices, una vida hermosa. No estoy angustiada, ni furiosa, estoy triste por mi amorcito, porque me falta mi amor. Me queda recordarlo”, expresó la mujer ante la prensa días atrás.

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