Mónica Sombra tiene cinco hijos y cinco nietos. Vive en un asentamiento del barrio 5000 Lotes y desde hace casi 100 días es una desocupada más: hasta entonces trabajaba en la planta recicladora Coreme que funcionaba en Las Heras y que fue clausurada por el municipio debido a irregularidades de salubridad.
“Ya ni siquiera pienso en las fiestas de fin de año sino en cómo sobrevivir el día a día. Estamos al límite, ya no podemos más. El cálculo es simple, si no trabajo no tengo ingresos y la angustia se hace insoportable”, relató, en diálogo con Los Andes.
La planta se clausuró el 3 de septiembre pasado y desde entonces 45 trabajadores quedaron en la calle. De esa cifra, existen numerosas mujeres sostén de hogar. El total de niños afectados es de 118.
La semana pasada, un nutrido grupo de personas afectadas se reunió en las puertas del municipio de Las Heras para continuar presionando. Hasta ahora, no hay respuestas. “A los chicos les damos de comer como podemos. No hay más plata. En mi caso no recibo nada del gobierno. Me las rebusco saliendo con el carro por los barrios antes de que pase el camión recolector. Vendemos lo que obtenemos en la chacharita, pero es poco lo que paga”, resume Mónica. Dos de sus hijos también trabajaban en la planta. Y remata: “Para llegar a ganar 10 mil pesos tenemos que salir dos semanas con este calor. Así no se puede. Es límite”.
Gisel Díaz, también mamá de 5 hijos y sustento de familia, estuvo en la protesta de ayer. “Queremos que levanten esta clausura para poder seguir trabajando. Vienen las fiestas y duele decirles a los chicos que no hay plata”, sostiene. “No tengo ni para comer ni para vestirlos. ‘Tiro’ con la asignación, pero no alcanza. Coreme tiene que abrir, estamos luchando por nuestra fuente laboral”, agrega.
Juan Guzmán, secretario de la cooperativa y uno de los fundadores, sostuvo que actualmente un grupo de trabajadores está clasificando en los propios hogares. “Así la vamos pasando. La gente nos ayuda, se solidariza, acompaña con alimentos, dinero y aliento. Nuestro reclamo es al municipio, que fundamenta falta de seguridad, pero la tenemos. La verdad, no entiendo el origen de la medida que tomó el intendente”, se quejó. Agrega que el municipio nunca ayudó con la habilitación ni con otros servicios. “Solo pagaba la luz de obra porque nunca gestionaron el medidor”, amplió.
Celeste Alam, esposa de Juan y una de las principales referentes de Coreme, explicó que los trabajadores sobreviven a partir de algunos puntos verdes. “Y la asignación por hijo, por supuesto”, aclara, para reiterar que la crisis climática mundial afecta cotidianamente y que el rol de recuperadoras y recuperadores urbanos es esencial para la mitigación y concientización de sus consecuencias.
“Necesitamos seguir trabajando. Le pedimos al intendente de Las Heras, Daniel Orozco, que habilite la planta de separación y acopio de materiales. Muchas familias dependen de este trabajo y necesitan comer”, agrega Celeste, quien se dedicó a esto toda su vida y fue premiada poco antes de la clausura con un importante reconocimiento de Fundación Avon por un proyecto dentro de la planta que brinda trabajo a un grupo de mujeres.
Lo cierto es que la planta continúa clausurada y los reclamos parecen no tener respuesta.
“Nuestro programa es más claro, cristalino y verde”, dijo el municipio
El director de Asuntos Legales, Mauro Homan, dijo a Los Andes que el municipio implementó un programa en el denominado Centro Verde Las Heras, a escasos metros de Coreme, donde los trabajadores fueron “invitados” a trabajar allí con las medidas de seguridad y salubridad pertinentes, aunque se negaron.
“A pocos metros de la planta clausurada contamos con un lugar más moderno y con las máquinas correspondientes. Nadie aceptó”, sostuvo el funcionario. Según dijo, numerosas situaciones, sobre todo relacionadas con la falta de seguridad e higiene, llevaron a la clausura.
“Entre ellas, que no trataban residuos secos sino húmedos, hecho que generaba proliferación de ratas e insectos. Tampoco había medidas contra incendios, algo latente por los plásticos y el papel que utilizaban”, sostuvo. Manifestó, finalmente, que Coreme fue una iniciativa de la anterior gestión municipal.
“Hoy hemos modernizado el tratamiento de residuos a través del mencionado programa, pero ningún trabajador de Coreme se presentó. Nuestra iniciativa es más clara, cristalina y verde”, concluyó.