A 55 años de “La Noche de Los Bastones Largos”: cuando la Universidad Pública se convirtió en la resistencia

Docentes, científicos y estudiantes de las universidades públicas fueron reprimidos por orden del presidente de facto Juan Carlos Onganía.

A 55 años de “La Noche de Los Bastones Largos”: cuando la Universidad Pública se convirtió en la resistencia
La tristemente llamada Noche de los Bastones Largos, ocurrida el 29 de julio de 1966, provocó un serio avasallamiento a la autonomía universitaria, a la vida académica y a la ciencia de nuestro país.

Funcionarios, legisladores, instituciones educativas, políticas, y referentes sociales recordaron hoy la Noche de los Bastones Largos, al cumplirse el 55 aniversario de la represión que sufrieron docentes, científicos y estudiantes de las universidades públicas por parte de la dictadura cívico militar de Juan Carlos Onganía.

Desde la cuenta oficial de la red social Twitter del Ministerio de Educación se destacó el valor de la fecha al recordar que “un día como hoy se 1966 sucedía uno de los eventos más abominables de nuestra historia: La Noche de los Bastones Largos”.

”Hace 55 años, universidades nacionales fueron intervenidas por las fuerzas militares, quienes reprimieron a estudiantes y profesores”, señalaron desde la cartera educativa. La Noche de los Bastones Largos fue el desalojo por parte de la Dirección General de Orden Urbano de la Policía Federal Argentina, el 29 de julio de 1966, de cinco facultades de la Universidad de Buenos Aires (UBA), ocupadas por estudiantes, profesores y graduados, que se oponían a la decisión del gobierno de facto de intervenir las casas de altos estudios.

Desde la cuenta de la Universidad de Buenos Aires (UBA), publicaron una foto bajo la explicación de que esa imagen, en blanco y negro, “recorrió el mundo” en la que se observa la represión desatada por las fuerzas de seguridad. En el mismo sentido se manifestaron desde la Facultad de Ciencias Forestales UNaM y otras casas de altos estudios.

El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, manifestó: “Es el 55º aniversario de la Noche de los Bastones Largos, cuando la brutalidad contra la resistencia pacífica de quienes defendían la autonomía universitaria dio inicio al mayor exilio de talento de nuestra historia”.

También hizo memoria la titular del partido GEN y precandidata a diputada nacional por Juntos por el Cambio, Margarita Stolbizer, quien destacó su “compromiso con la construcción y consolidación de la Universidad Pública y Reformista”. Desde la provincia, la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, escribió: “Hoy se cumplen 55 años de La Noche de los Bastones Largos: el primer intento de poner fin a los ideales de cientos estudiantes por parte de la dictadura de Ongania”.

Bastones largos: la gran noche negra de la universidad pública

El golpe militar de Onganía supuso no solamente el derrocamiento de un gobierno democrático, sino además la destrucción sistemática de la usina de pensamiento e investigación que representaba la Universidad de Buenos Aires. La tristemente llamada Noche de los Bastones Largos, ocurrida el 29 de julio de 1966, provocó un serio avasallamiento a la autonomía universitaria, a la vida académica y a la ciencia de nuestro país.

Esa noche le hizo mucho daño a la Argentina. Se atacó la libertad y también un proyecto de desarrollo de país. Y marcó un punto de inflexión en la historia de la Universidad. Cuando la policía irrumpió a la fuerza en la Universidad de Buenos Aires, con sus bastones sacaron violentamente a docentes, investigadores y estudiantes que resistían la intervención. Profesores y estudiantes molidos a palos por querer seguir formándose en libertad. Esa fue una gran noche negra para la universidad pública, y también el prólogo de la noche más negra de todas.

Fue un momento muy traumático para la UBA: más de 1.300 docentes e investigadores renunciaron o se exiliaron del país para no avalar la intervención. Quienes continuaron sus carreras en el exterior, a pesar de irse físicamente, permanecieron en contacto con colegas y estudiantes: ese es el espíritu de la UBA. Así se logró que la universidad se mantuviera en pie.

La autonomía es la columna vertebral de la vida universitaria, y debe ejercerse de manera responsable, para que se pueda debatir y generar conocimiento con total libertad, y así poder brindar las mejores soluciones a los problemas de la sociedad. Su defensa es un signo distintivo de la universidad pública en nuestro país y de la UBA en particular. En el pensamiento crítico está la base para el verdadero desarrollo, algo que solo puede darse en entornos democráticos.

A pesar del tiempo transcurrido, la relevancia histórica de este episodio perdura en la conciencia social de las nuevas generaciones. Gracias a los docentes, los libros y los debates generados en las cátedras se pudo mantener viva esa memoria. Debemos recordar de dónde venimos no solo para el presente sino para construir un futuro mejor. En este nuevo aniversario de la Noche de los Bastones Largos, quiero agradecer a esos docentes, estudiantes, no docentes e investigadores que pusieron el cuerpo y algunos incluso su vida para defender los valores de nuestra Universidad. *Por Prof. Dr. Alberto E. Barbieri, rector de la Universidad de Buenos Aires

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