Se cumplen 5 años desde la irrupción del Sars CoV-2, el virus que provoca el Covid-19, en la vida de los argentinos y del mundo entero. Se trató de una enfermedad que puso patas arriba absolutamente todo y que causó millones de muertes.
Muy lejos se está de las notificaciones de varias muertes diarias por el virus: en 2025 no hubo ninguna. Pero está afectando más a los niños pequeños.
Se cumplen 5 años desde la irrupción del Sars CoV-2, el virus que provoca el Covid-19, en la vida de los argentinos y del mundo entero. Se trató de una enfermedad que puso patas arriba absolutamente todo y que causó millones de muertes.
Sin embargo, aunque no desapareció, la situación en la actualidad dista radicalmente de la que se vivió aquellos primeros años, sobre todo entre 2020 y mediados de 2022.
Hoy circula como cualquier otra enfermedad respiratoria y sus vaivenes estacionales, su presencia los últimos meses en la provincia va en baja desde fines del año pasado. En lo que va del año 2025 no ha habido defunciones asociadas a esta enfermedad en Mendoza, hasta mediados de febrero, últimos datos oficiales disponibles.
Hoy la cantidad de personas con el diagnóstico es ínfima en Mendoza en relación a la época de pandemia: este año, hasta la semana epidemiológica 7, que terminó el 15 de febrero, han sumado 21 casos. Es 4.000 veces menos que los casos semanales que se registraban en la peor época de la crisis epidemiológica.
El mayor número se registró en la primera semana de enero, cuando fueron 7. Para tener una noción, durante la que podría decirse que fue una de las peores semanas de la pandemia, se habían notificado 29.572 nuevas infecciones en 7 días. Fue la segunda semana de 2022, cuando la variante ómicron causaba estragos; aunque menos letal, tenía un poder de contagio mucho más potente que sus antecesoras, por lo que esa semana se marcó el pico de la tercera ola, que duplicó la cantidad de casos de los picos de la primera y la segunda olas juntas.
La circulación del virus y las infecciones se ha ido atenuando año a año y se está muy lejos de las condiciones de brotes. Actualmente ocasiona en general cuadros leves y pocas internaciones.
“El virus Covid hoy es un virus más dentro de los virus respiratorios que circulan en el mundo”, afirmó Andrea Falaschi, directora de Epidemiología de Mendoza.
Hay que recordar que el patógeno había aparecido en Wuhan, China, a finales de 2019 y se diseminó rápidamente al resto del mundo. Fue devastador: se trataba de un microorganismo nuevo, no se sabía siquiera cómo diagnosticarlo, mucho menos sobre un tratamiento y no existían vacunas. El 11 de marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que la situación ya podía calificarse como pandemia, el 5 de mayo de 2023 la dio por terminada. Para ese entonces ya habían muerto unas 20 millones de personas.
Los informes epidemiológicos de Mendoza informaban sobre varias muertes por día, la mayoría adultos mayores de más de 75 años, los más susceptibles al patógeno.
Con la calma lograda, sobre todo a partir de la incorporación de la vacuna que comenzó a aplicarse en Mendoza el martes 29 de diciembre de 2020, hoy el escenario es radicalmente distinto.
El año pasado se presentó una situación mucho más serena incluso que la de 2023. Según datos del Ministerio de Salud de Mendoza, durante 2024 bajó la circulación del virus respecto del año anterior, pero se incrementó la mortalidad. Los casos confirmados se redujeron 61% durante 2024 respecto a 2023, con una Tasa de Incidencia de 83,7 x 100000 habitantes. La tasa de mortalidad fue de 1,1 x 1.000 habitantes. Sin embargo la letalidad tuvo un leve incremento; fueron 1,3 defunciones por cada 100 enfermos en 2024, respecto a los 0,8 por cada 100 enfermos durante 2023.
Durante 2023 se confirmaron 4.421 casos mientras que en 2024 fue prácticamente un tercio: 1711, por eso bajó notoriamente la tasa de incidencia y pasó de 216,1 por cada 100,000 habitantes a 83,7.
“Los casos confirmados semanales continúan siendo pocos como en las últimas semanas del año 2024”, aseguran desde el ministerio.
En 2023 murieron 36 personas por esta causa mientras que en 2024 fueron 22. De los fallecidos en 2024, 13 pacientes tenían 75 años o más y 9 pacientes eran menores de esa edad.
“El protagonismo que tuvo durante la pandemia, al surgir como un virus nuevo, en donde la población no tenía inmunidad, hizo que rápidamente se contagiara y a través del mundo globalizado que tenemos hoy en día, la infección pasara de ser un pequeño brote en la ciudad de Wuhan a terminar siendo una pandemia, una de las pandemias más graves que hemos tenido en la historia”, relató Falaschi.
“Hoy en día, el Covid, gracias a que las personas tuvieron Covid o se inmunizaron a través de las vacunas, ha pasado a ser un virus de circulación estacional como otros virus, y la letalidad de la enfermedad se redujo en forma muy importante”, destacó.
Tras reconocer que los cuadros son más leves, advirtió que sigue generando cuadros graves en los pacientes que tienen enfermedades comórbidas y en los adultos mayores. Pero dijo que si están vacunados pueden pasar incluso como cuadros banales. Por eso dijo que es importante que se sostenga la vacunación.
Una de las particularidades que presenta la circulación de la enfermedad del último tiempo tiene que ver con que está afectando más a niños menores de 9 años y en particular a los más pequeños. Así lo demuestra la información epidemiológica del año 2024 y lo que va de este. De los casos notificados en 2025, 33% ha correspondido a esta franja etaria. De ellos, 5 de cada 7 han sido menores de 1 año.
“Al ser los grupos pediátricos menos inmunizados, la enfermedad ha empezado a tener más incidencia en los niños y en realidad es el grupo, junto con los adultos jóvenes que muestran poca adherencia a los esquemas de vacunación y hemos visto en niños algunas manifestaciones graves de enfermedad”, dijo la médica.
En proporción los adultos jóvenes siguen estando entre los que más se contagian luego de los niños. Los adultos mayores siguen con una baja proporción de contagios: los mayores de 70 años acumulan menos del 10% de los casos sin embargo como siempre ha sido en esa edad hay mayor letalidad.
Falaschi detalló que específicamente para esta vacuna, los grupos que se siguen vacunando son los adultos mayores, que siguen teniendo la percepción del riesgo, y personal de salud, por ser grupo de riesgo de la enfermedad. “Pero los adultos jóvenes ya dejaron de vacunarse hace mucho tiempo, a pesar de que es una dosis anual de vacunación, no cumplen. No es una vacuna que esté en calendario y no es obligatorio. Pero la recomendación es una dosis al año, y en los que tienen factores de riesgo o son mayores de 50 años, una dosis cada seis meses”, apuntó.
El descenso en la cantidad de casos no implica que el virus tienda a desaparecer sino que los especialistas ya han advertido que continuará circulando como una respiratoria más.
Una prueba de esto es que en las muestras analizadas por virus respiratorios en lo que va de 2025 en Mendoza, 60 fueron positivas. De ellas, casi la mitad (45,2%) correspondieron a Sars CoV-2.
Entre todos los virus respiratorios de los que se hace vigilancia, este en particular tiene mayor presencia en menores de un año y en personas de entre 25 y 65 años.
Sin embargo, hay particularidades que hacen al contexto: la gente ha perdido el miedo, ha relajado las medidas preventivas y la vacunación.
“En cuanto a la percepción de riesgo de la enfermedad, es claro que las personas perdieron el miedo al Covid gracias a lo efectivas que fueron las vacunas en disminuir la letalidad de la enfermedad. Esto pasa en muchas situaciones, cuando dejamos de percibir el riesgo de muerte, nos relajamos”, expresó la funcionaria. “Sin embargo -continuó- hay medidas en las que hay que hacer mucho hincapié, sobre todo en la comunidad educativa”. Se refirió a toser en el pliegue del codo, la ventilación de los ambientes y evitar concurrir a lugares cerrados cuando se está enfermo, sobre todo para las infecciones respiratorias. “Hay que seguir insistiendo en que estas medidas que son para la totalidad de las infecciones respiratorias, es bueno que se adopten, que la comunidad las adopte y que no las deje de lado”, remarcó.
Además consideró que hay “un poco de relax” en el uso del equipo de protección que se usa en esta situación en el personal de salud. Aunque no es así en las unidades de terapia intensiva o en las unidades de cuidados críticos.
Para la Organización Mundial de la Salud, la patología sigue representando una amenaza de salud mundial. “No debemos bajar la guardia, es importante seguir vacunando a los grupos vulnerables y reforzar la vigilancia”, ha apuntado la entidad.