Ni Ramón ni Silvia lo pueden creer del todo todavía, y es probable que nunca terminen de creerlo. En cierto modo, es como si no terminaran de caer. Y, aunque es un sentimiento que desde hace 1.096 días los invade a menudo, cada 26 de noviembre pega peor. Ramón Lucio Dupuy y Silvia Noemí González son los abuelos de Lucio Dupuy (5), el niño de La Pampa y quien un 26 de noviembre como hoy -pero de 2021- fue asesinado a golpes por su madre Magdalena Espósito Valenti y la novia de ella, Abigaíl Páez.
“La sensación siempre es jodida, y más un día como hoy, es muy pesado para nosotros. Se cumplen 3 años del asesinato de Lucito, y lamentablemente padecemos estos días -como cada 26 de noviembre desde entonces- con mucha angustia, mucha impotencia y mucho dolor”, describió Ramón a Los Andes.
“Lucio era toda ternura, toda dulzura. Y así me lo imagino hoy, como fue siempre. Me lo imagino jugando conmigo en una plaza, me lo imagino de mil maneras”, agregó el hombre, quien está en San Rafael participando de un conversatorio.
“No pensé que nos iba a pegar tan fuerte el tercer año, pero acá estamos. Si pudiese decirle algo, le diría que lo amo mucho”, continuó Ramón Dupuy.
“ESAS ASESINAS NO EXISTEN PARA MÍ”
Espósito Valenti (la mujer que dio a luz a Lucio, porque ser madre es otra cosa) y su novia, Páez fueron condenadas a prisión perpetua por el asesinato del niño. Y hasta mediados de este año, las dos mujeres permanecían en el mismo establecimiento penitenciario.
Sin embargo, en mayo se tomó la decisión de separarlas en distintos complejos. “Se les acabó la luna de miel a las asesinas de Lucio Dupuy”, anunciaron oportunamente desde la Nación y al momento de confirmar esta decisión
“Esas asesinas para mí no existen, no me interesa nada de ellas. Solo quiero que paguen lo que tengan que pagar”, destacó, sintético, el abuelo de Lucio al ser consultado sobre los sentimientos para con las asesinas de su nieto.
Christian Dupuy, padre de Lucio, también recordó a su hijo esta mañana en las redes sociales y con un posteo repleto de dolor y angustia. “Ojalá la vida se me pase rápido, para volver a verte”, destacó el hombre en su perfil de Facebook.
Tras el asesinato del pequeño (quien hoy tendría 8 años), en Argentina se aprobó la Ley Lucio (27.709), una norma orientada a abordar los casos de violencia infantil y para que no hayan “más Lucios”. Los abuelos paternos del niño se han convertido en los principales abanderados de esta ley, visitando todas las provincias argentinas para adhieran con leyes provinciales a la ley nacional. Mendoza lo hizo en junio del año pasado.
EL CRUEL ASESINATO DE LUCIO
El 26 de noviembre de 2021, los médicos de un centro de salud de Santa Rosa (La Pampa) constataron la muerte del niño de 5 años. En los últimos 3 meses había registros de 5 ingresos a distintas guardias de efectores de salud, por golpes, fracturas y traumatismos.
El día de la muerte de Lucio Dupuy, su madre y la novia relataron que al niño lo había golpeado un ladrón que había ingresado a robar a la casa y que ello le había ocasionado la muerte.
“Gracias a un policía que se dio cuenta que había algo más pudimos saber lo que ocurrió realmente”, acotaron los abuelos del niño Ramón y Silvia, en una nota con Los Andes de junio del año pasado.
“Inventaron todo, comprendiendo lo que habían hecho ellas mismas. El objetivo que tenían era que Lucio desapareciera. A Lucio lo mataron porque era varón y eso les molestaba. Hay 6.000 hojas de chats en el expediente que lo confirman”, agregaron.
En la autopsia se confirmó que el niño había muerto a raíz de una violenta golpiza, y la Fiscalía llevó a juicio a Valenti Espósito y a Páez con la imputación por homicidio, por “maltrato crónico” y por “agresiones físicas y sexuales”.
En 2019, cuando el niño tenía 3 años, Christian Dupuy y Magdalena Espósito Valenti -padres de Lucio- se separaron. Por entonces, él trabajaba en Luján (Provincia de Buenos Aires), mientras que ella no tenía un trabajo estable. Al comienzo, Lucio se quedaba en General Pico, en la casa de sus tíos paternos: Maximiliano Dupuy (hermano de Christian) y Leticia Hidalgo. Este acuerdo fue homologado por la Justicia, con el consentimiento de los padres del niño.
Mientras tanto, Magdalena Espósito Valenti había fijado domicilio en Santa Rosa. Es decir, Lucio estaba con su padre cuando él regresaba a General Pico, mientras que con su madre se comunicaba por videollamada.
En enero de 2020, Espósito Valenti volvió a la Justicia a pedir la tenencia de su hijo. Argumentó que ya tenía un trabajo estable junto a su pareja.
Según relataron los abuelos paternos del niño, Espósito Valenti “abandonó” a Lucio cuando tenía 1 año y 5 meses. Contaron que los dejó con ellos y se fue de mochilera.
“Después de 2 años y de 7 denuncias falsas, de repente se acordó de que tenía un hijo y quiso pedir su tenencia. Ahí se la dieron”, describió Ramón Dupuy. Fue en este momento cuando entró en escena la jueza Ana Clara Pérez Ballester, muy cuestionada por los abuelos de Lucio.
En un primer momento, la magistrada fijó que Espósito Valenti pudiese ver a su hijo cada 15 días, por lo que -fin de semana por medio- el padre lo llevaba a Santa Rosa el viernes por la tarde para que estuviera con su madre, y lo iba a buscar de nuevo el lunes a primera hora. Hasta que, un día, Lucio no regresó más con la familia Dupuy.
“La última vez que lo vi a Lucio fue para el Día del Padre de 2021. Mi hijo lo llevó conmigo y fue el mejor regalo que pude tener. Estuve todo el día jugando con él y después lo subí a la camioneta y fuimos al parque. De ahí, lo llevaron a Santa Rosa, a la casa de la madre. Y nunca más volví a verlo”, rememoró hace poco más de un año Ramón a Los Andes, con la voz ahogada por las lágrimas contenidas.
TODOS FALLARON
Una vez que Lucio se mudó a Santa Rosa con su madre y la novia, las comunicaciones con sus abuelos se hicieron más esporádicas.
Los abuelos paternos de Lucio contaron que, cada vez que recibían mensajes de Espósito Valenti donde les avisaba que Lucio quería hablar con ellos. Era una forma de presionarlos también para pedirles plata.
“Yo le pasaba lo que tenía y, cuando lo recibía, de inmediato me hacía una videollamada. Estábamos 15 minutos hablando y riéndonos hasta que cortábamos. Pero si yo quería llamar en otro momento, me figuraba que estaba bloqueado”, reconstruyó Ramón.
Para Ramón Dupuy y Silvia Gómez, fallaron múltiples actores en todo el caso. Desde la jueza que le dio la tenencia a la mujer hasta los encargados de advertir, dentro del sistema de salud que el niño había ingresado 5 veces a distintas guardias y con golpes.
Incluso, según relatan, el pequeño hacía dibujos en el jardín donde se advertía que algo no estaba bien en su entorno.
“El Caso Lucio desnudó todas las fallas del sistema. La jueza dijo que nuestro nieto no iba a estar nunca mejor en otro lado que no sea con su madre y al año y 3 meses nos lo trajeron muerto”, agregaron, compungidos, los abuelos.
“Como abuelo, enterrar a un nieto no tiene explicación. Cuando eso pasa, dejás la vida”, concluyeron.
LA LEY LUCIO
Ramón Dupuy y Silvia Gómez crearon la Asociación Civil Lucio Abel Dupuy. Y desde este espacio impulsan la adhesión a la Ley Lucio.
Con su campaña buscan ponerle fin a la idea de no meterse ‘por miedo’. A nivel nacional, por ejemplo, existe la línea 102 que permite denunciar -anónimamente- cualquier situación de violencia infantil.
La ley prevé, además, capacitaciones a todos los funcionarios públicos, pero también para otros actores sociales, como clubes y comedores.