A 2 años de su caída en Luján, la reconstrucción de los puentes está al 40%

Sobre los arroyos Chañares y Los Pozos reconstruyen las estructuras que colapsaron en febrero de 2020 y 2021. Las bases se hicieron casi al doble de profundidad. Esperan terminarlos en enero de 2024.

A 2 años de su caída en Luján, la reconstrucción de los puentes está al 40%
Creen que los puentes cayeron porque aguas abajo habían realizado movimientos y extracciones no permitidas. | Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Pudo haber sido una tragedia. La noche del 27 de febrero de 2021, en medio de una fuerte lluvia, los ocupantes de un móvil policial fueron alertados de que un auto particular se desplazaba a muy la alta velocidad por la ruta 40, a la altura de Anchoris. Los uniformados decidieron esperarlo en el puente del arroyo (río seco) Los Pozos para averiguar las causas de tal infracción, ya en medio de una feroz tormenta.

Fue una decisión que les salvó la vida a ellos, a los del auto y probablemente a otros automovilistas que circulaban a esa hora. Es que el puente sobre el arroyo había desaparecido, estaba a 5 metros y gran parte de éste se lo había llevado el furioso cauce pluvioaluvional que desagua en el embalse El Carrizal.

El paso que cedió fue el más antiguo, levantado en 1972 sobre el lado Este para vehículos que circulan de Sur a Norte. Un año antes había ocurrido lo mismo, unos 5 kilómetros más al Sur, en el puente Chañares Sur. El 8 de febrero de 2020 la estructura sufrió daños irreparables pero no colapsó y fue también en medio de otra tormenta de verano, aunque con luz diurna. Los inspectores viales advirtieron el daño a tiempo, clausuraron el paso e hicieron un by pass por el puente del lado Oeste (que tiene dirección Norte-Sur) y corresponde a la segunda vía de la ruta 40 entre Luján y Tunuyán. La obra, que se inauguró en 2014, tuvo inicio en 2002 y 70 kilómetros de extensión. Por esta vía transitan más de 40.000 autos por día.

Puentes en obras en la zona de Anchoris
Puentes en obras en la zona de Anchoris

A más de dos y tres años de aquellos sucesos viales a 50 kilómetros de la Capital, y pandemia en el medio, las obras de reparación marchan a ritmo lento. Tienen un avance de 40% y una demora de acuerdo al plazo de ejecución de cinco meses.

Las obras tiene una demorada de casi 6 meses respecto a lo que estaba planificado. | Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Las obras tiene una demorada de casi 6 meses respecto a lo que estaba planificado. | Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Los técnicos responsables de estas construcciones viales esperan poder inaugurarlas en enero de 2024, siempre y cuando no surjan imponderables. Desde la Dirección Nacional de Vialidad afirman que las demoras de los trabajos están relacionadas a la definición de las soluciones de protección de ambos puentes frente a futuras tormentas que generen grandes crecidas sobre los arroyos.

Finalmente, se acordó realizar una serie de obras de protección hidráulica y se aprobaron los trabajos que debe realizar Vialmani, la compañía adjudicataria. Entre las mitigaciones principales y defensas aluvionales típicas de estas obras se destaca la construcción de un azud aguas abajo de cada uno de los puentes, además de muros de protección, afirmación de terreno y desagüe entre los puentes de ambas manos.

Los trabajos fueron adjudicados en octubre de 2021 por $624.353.253 y, según la actualización de enero de este año, el presupuesto es de $1.303.972.636.

Desde la base

Facundo Aguirre, ingeniero de Vialidad y uno de los supervisores de los trabajos que se están haciendo en los puentes, señala que recién en estos meses comenzará a emerger la estructura, ya que hasta el momento los operarios trabajaron en las fundaciones y bases del conjunto, que se encuentran entre los 10 y 12 metros de profundidad (casi el doble que antes).

Ahora se pueden observar las grandes columnas que soportarán los puentes sobre Los Pozos y Chañares Sur. Aguirre explica que en mayo estarán en condiciones de colocar las vigas, que ya están en el lugar de la obra, y luego colocar el tablero (base del puente) y posterior asfaltado. Todo esto esperan realizarlo entre los próximos meses y el segundo semestre del año. Y, en forma paralela, se ejecutarán las obras de protección hidráulica, las más costosas y que más tiempo ha llevado aprobarlas. Aguirre destaca que los materiales utilizados son de primera calidad.

Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Es que lo que ocurrió en 2020 y 2021 estaba fuera de los cálculos. Los técnicos explican que el daño y colapso de los puentes fue la resultante de una sumatoria de causas y el objetivo es que no se repita la situación. Por un lado, fortísimas tormentas que superaron los caudales medios, incluso se afirma que alcanzó niveles que se presentan cada 200 años.

Y por otro, la acción humana, específicamente la extracción y acumulación de áridos. Esta es una de las actividades principales, junto a la agrícola y petrolera, en esta zona del Sur de Ugarteche y Anchoris. La extracción de áridos se realiza de manera legal, pero se suma la actividad sin control.

De acuerdo a lo explicado por Aguirre, los puentes ubicados sobre el Este de la doble vía no se cayeron por antiguos, a pesar de que estaban ya cerca de cumplir su vida útil. No fue por este motivo sino porque aguas abajo de tales puentes habían realizado movimientos y extracciones no permitidas. Cuando se produjeron las tormentas y comenzó a escurrir el agua, piedra y arena (material aluvional), en el lugar en cuestión se fue generando un fenómeno de retro socavamiento que fue avanzando aguas arriba hasta llegar a las estructuras de los puentes.

Tareas clave

Antes de la tormenta, la luz entre los puentes y los lechos de los cauces era de 5 metros. El socavón en Los Pozos, por ejemplo, superó los 10 metros, se llevó las defensas de hormigón y piedras atadas con cables de acero. La construcción de un azud (un muro) aguas abajo de cada uno de estos puentes, servirá para “cortar” un fenómeno de retro socavamiento en un futuro.

“El azud es una especie de pequeña represa de dos metros de profundidad, allí se acumula el agua que trae el cauce. Al ingresar el agua, pierde energía y luego se restituye al cauce”, comenta el ingeniero. Servirá como fusible, es decir que una nueva tormenta severa podrá impactar sobre el azud y no sobre la estructura del puente.

Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

En relación a la fuerte tormenta que azotó aquellos días a esta zona, Aguirre explica que se trató de eventos extraordinarios, especialmente la de Los Pozos, el 27 de febrero. “Los cálculos para las obras se hacen en base a estadísticas, pero en esta oportunidad se debió sumar una serie de factores que influyeron”, agrega Facundo Aguirre.

Entre los datos, figuran los caudales promedio máximos cada 50, 100 y 200 años. También los caudales registrados en cauces cercanos. Así, el 27 de febrero el arroyo Los Pozos tuvo un caudal pico de 400 m3 por segundo, un valor cercano que se da en el registro bicentenario. Una tormenta normal en la zona tiene un caudal que supera apenas los 30 m3 por segundo. El técnico no descarta que “probablemente este aumento del caudal se deba a que en los últimos 20 años se han sumado aportes a este cauce, provenientes de la actividad agrícola y otros emprendimientos aguas arriba”. Y a este nuevo panorama, se suma la amenaza que presentan los efectos del cambio climático, con un pronóstico de tormentas severas, pero de corta duración.

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