Entre la noche del 14 y la madrugada del 15 de de abril de 1912, tras impactar contra un iceberg mientras navegaba por el Océano Atlántico (cerca de las cosas de la isla de Terranova, Canadá), comenzó el hundimiento del RMS Titanic. Se trata de una de las tragedias históricas más impactantes de la historia mundial, no solo por la cantidad de víctimas fatales (1.500 personas entre pasajeros y tripulación) sino por las condiciones en que se produjo el accidente y la conmoción que generó.
El hundimiento del Titanic se convirtió en un de los hitos históricos más importantes de comienzos del siglo XX, siendo materia obligatoria de historia en las currículas de Historia. Y hasta se convirtió en la columna vertebral de uno de los mayores éxitos cinematográficos de Hollywood, de la mano del director James Cameron y quien estrenó su producción Titanic en 1997. Con Leonardo Di Caprio (en el papel de Jack) y Kate Winslet (como Rose) como protagonistas, la película ganó 11 premios Óscar.
Este miércoles 14 de abril se cumplen 109 años del hundimiento del gigante durante su viaje inaugural, en el que el itinerario incluía conectar por vía marítima las ciudades de Southampton (Inglaterra, de donde partió la embarcación) y Nueva York (Estados Unidos). Y, además del eterno debate entre quienes conocen de memoria la película de Cameron (¿¡realmente no había lugar para Jack en la misma tabla en la que quedó flotando y a resguardo Rose antes de ser rescatada, mientras el joven moría congelado y ahogado!?); una serie de interesantes revelaciones se convirtieron en tendencia en las últimas horas. Principalmente, en la red social Twitter.
La doctora en Físicas y responsable de Meterorología del sitio El Tiempo (España), Mar Gómez compartió un interesante hilo en su cuenta de Twitter donde se explayó sobre las condiciones meteorológicas y atmosféricas que incidieron en el accidente y posterior hundimiento del transatlántico británico gigante.
“La noche del 14 al 15 de abril de 1912 se hundió el buque más famoso del mundo: con casi 270 metros de eslora y con más de 2.200 pasajeros a bordo, la tragedia del hundimiento del Titanic pasó a la historia. Pero ¿jugaron los factores atmosféricos un papel clave? y... ¿La Luna?”, fue el primer mensaje de la científica, quien -a partir de este mensaje- procedió a explicar la situación.
Mayor presencia de Icebergs
Además de referirse a las fallas humanas (como la falta de botes salvavidas y el aumento de la velocidad del buque, entre otras); Gómez también se refirió a los factores meteorológicos que jugaron “un papel determinante” en el hundimiento.
“El 14 de abril, cuando el #Titanic ya había recorrido 2.335 km, varios buques relativamente próximos informaron de la presencia de varios icebergs en la zona. La primera pregunta es si 1912 fue un año con más presencia de icebergs de lo habitual (o no) en la zona”, explica al comienzo la investigadora, en alusión a las condiciones.
En ese sentido, y acompañado con un cuadro estadístico, Mar Gómez detalla que precisamente en 1912 fueron observados 1.038 icebergs a lo largo del paralelo 48ºN, la zona donde se produjo el hundimiento. En el mismo documento, se detalla -en detenimiento- el avistamiento de icebergs en la zona entre 1900 y 2012.
Al hacer hincapié en el análisis de los datos, detalla que el pico de avistamientos de icebergs en el lugar se dio en la década de 1980, situación asociada al cambio climático. “Por lo tanto, el riesgo de tener un mayor número de icebergs en el año 1912 fue muy alto, pero no excepcional”, argumenta la especialista. Y agrega que el hecho de que el mes de abril sea el que más probabilidades de encontrarnos uno de estos colosales bloques tengamos, “las posibilidades se incrementan de forma significativa”.
Mareas de primavera y la luna
Además, la investigadora enumera -entre otros fenómenos meteorológicos- a las denominadas “mareas de primavera” que se produjeron el 4 de enero; también de 1912. “(Estas mareas) pudieron provocar la ruptura de icebergs de los glaciares en Groenlandia. Aunque estos no viajan tan rápido, sí que algunos de ellos pudieron ser arrastrados desde las costas de Labrador y Terranova”, resalta Gómez.
Y detalla que este fenómeno se analiza en el trabajo del oceanógrafo californiano Fergus J. Wood, quien determinó que la luna estaba en ese momento en el perigeo (la posición más cercana del satélite natural a la Tierra en 1.400 años). “El perihelio (máximo acercamiento del sol) sucedió el día anterior (NdA: al hundimiento), algo que creó esas mareas excepcionales”, continúa.
El accidente y los fenómenos atmosféricos
En cuanto a la colisión de la embarcación con el iceberg aquella noche y madrugada de entre el 14 y el 15 de abril de 1912; la investigadora española detalló que no se trató de “uno cualquiera”.
“Según los supervivientes, sus dimensiones oscilaban entre los 15 y los 31 metros de altura, y los 122 metros de largo. Si tenía tal tamaño, ¿cómo no pudieron verlo?. Aquí entran en juego los factores atmosféricos”, agrega.
Y detalla que los partes meteorológicos del día de la tragedia indicaban un potente anticiclón en la ruta del buque; lo que -sostiene- fue fundamental para no advertir el peligro con anticipación. “Tiempo estable, viento en calma y poco o nada de oleaje; algo que impidió que los vigías pudieran ver las olas rompiendo contra el iceberg. Esto les habría alertado de su presencia”, concluye Gómez.
La teoría del espejismo
La referente destaca, además, la existencia de otra teoría de la que -según se habla- podría haber incidido en el accidente. Y la identifica como una teoría del Espejismo Superior. “Este ocurre cuando el aire más cálido y menos denso se encuentra sobre un aire más frío y denso. Esto pudo impedir ver el iceberg, o incluso ser vistos por el carguero SS Californian, el más cercano”, detalla la investigadora. Y acompaña la explicación con una foto y un gráfico que explican este fenómeno.
“A las 23:40, el vigía vio el iceberg a menos de 500 metros del buque. A las 23:50, el nivel del mar había aumentado 4 metros en la proa. A las 2:20, el Titanic se depositó a unos 4.000 metros de profundidad, permaneciendo en la más absoluta oscuridad hasta 1985, año en que fue encontrado”, concluye la española.