En tiempos de crisis económica, tal vez uno de los logros más difíciles es conseguir trabajo. La actualidad ofrece escasas oportunidades y la competencia suele ser mayor.
Con la situación actual, el mercado de trabajo es más competitivo que nunca y muchísimos jóvenes quedan fuera del sistema.
Joaquín Montbrun, abogado; Luciana Cano, docente y Paloma Di Marco, estudiante, todos mendocinos, se sienten privilegiados: ingresaron en estos días a sus primeros trabajos en uno de los contextos más adversos de los que se tenga memoria en la Argentina.
Luciana Cano: “Siento que es un milagro”
Luciana Cano (29) no puede ocultar su felicidad: este año, después del correspondiente concurso departamental, tomó sus primeras horas en el Estado como docente de tercer grado en la escuela Orfelina Mercedes Acosta, en El Sauce (Guaymallén).
La invadió una tranquilidad difícil de describir, no sólo por el trabajo, “digno y fijo”, sino porque la docencia fue su pasión toda la vida. Desde niña pensaba en ser maestra.
“Siento que es un milagro, una bendición. Todo está muy difícil y tener trabajo es fundamental, algo que, lamentablemente, no les sucede a todos los argentinos”, señaló.
Luciana vive en Guaymallén, no tiene hijos y está en pareja. Su mamá tiene algunos problemas de salud y ella colabora con todo lo que está a su alcance en materia económica. Para sumar más ingresos, también trabaja en el área de Fortalecimiento de las Trayectorias y Fluidez Lectora en la Escuela Tierra de Huarpes, en Buena Nueva.
“El rol docente es abarcativo y trasciende la enseñanza. Uno en el aula es un poco mamá, un poco psicóloga. Las escuelas donde trabajo son urbanas-marginales y las necesidades económicas son numerosas, por eso siempre hay que estar atenta a los chicos”, reflexionó Luciana, quien dijo que el grupo con el que debutó como docente es “hermoso”.
“Creo que no tiene precio trabajar de lo que uno ama. Estoy profundamente agradecida y, aunque sé que los sueldos de los docentes nunca fueron abultados, me siento feliz de estar al frente del aula y, como si fuera poco, en dos establecimientos con equipos docentes muy comprometidos”, finalizó.
Joaquín Montbrun: “Conseguí empleo en tiempo récord”
Muchísimo más pronto de lo que hubiera imaginado, porque se recibió de abogado el pasado 13 de marzo y empezó a trabajar el 27 del mismo mes, Joaquín Montbrun (28) es consciente de lo mucho que significa estar “en carrera”, sobre todo en estos tiempos tan difíciles.
Si bien siempre trabajó en forma paralela como árbitro para poder costear sus estudios, no es lo mismo integrar el plantel de un estudio jurídico dedicado al derecho laboral.
Joaquín estudió en la UNCuyo y años atrás una profesora le pidió que cuando estuviera graduado le escribiera. Así lo hizo: preparó su currículum vitae, lo presentó y lo llamaron.
“La gratitud que siento se debe a varios motivos: primero por haber tenido la posibilidad de estudiar y, claro, también por haber iniciado tan pronto el mundo laboral. De todos modos, lo veo como un desafío, como una responsabilidad muy grande y espero estar a la altura”, sostuvo.
Enfocado en aprender todo lo máximo posible, Joaquín admitió que para un joven profesional llegar a ser propietario, viajar o, simplemente, adquirir un vehículo son objetivos casi imposibles en un país signado por la crisis permanente, la inflación, el desempleo y la pobreza. “Vivo con mis padres y, por ahora, ni pensar en poder independizarme”, ejemplificó.
“Entiendo perfectamente el contexto en el que empiezo este camino y sé que no es fácil. Sin embargo, nunca pensé en alejarme del país más allá de alguna experiencia corta, un semestre, un intercambio…. Digamos, alguna vez pensé en irme, pero siempre volvería”, reflexionó.
Hijo de Alberto, abogado, docente (y senador provincial en los 90), y de Analía, funcionaria en la Legislatura provincial, Joaquín vive en Ciudad y tiene tres hermanos más: Juan, que es médico; Leandro, politólogo, y Alejandra, que estudió Gestión de Empresas. Siempre sus padres les inculcaron que una carrera profesional representa la mejor salida en este mundo competitivo.
Entusiasmado y feliz por esta oportunidad, anticipó: “Voy a explorar todas las ramas del Derecho. Empecé por lo laboral, pero estoy seguro de que hay un mundo por descubrir en esta profesión”.
Paloma Di Marco: “Me siento honrada y privilegiada”
Paloma Di Marco tiene 19 años, cursa segundo año de la carrera Comunicación Digital e Interactiva en la Universidad Católica Argentina (UCA) sede Mendoza y hace dos semanas pasó a integrar el staff administrativo de la institución.
Concretamente, Paloma trabaja en el sector de Ingresos, algo que, de alguna manera, también está ligado a su futuro trabajo. “Estoy feliz, apenas me enteré de la convocatoria llegué a casa y me puse a adecuar mi curriculum vitae para el puesto que se solicitaba. Más tarde tuve una entrevista y poco después me comunicaron que había quedado seleccionada. Me dijeron que mi actitud fue clave y eso me llenó de orgullo”, reflexionó, en diálogo con Los Andes.
El rol que debe cumplir es “mostrar” la facultad a los futuros ingresantes. Para eso debe dar charlas en escuelas, activar sus redes y hacer relaciones públicas. Todo esto, admitió, le apasiona.
“No puedo creer que a mi edad ya tenga un empleo formal, horarios, francos y condiciones laborales adecuadas. Me siento una persona privilegiada porque entiendo la situación que está viviendo el país”, sostuvo.
Si bien había tenido una experiencia fugaz como moza en un local de la calle Arístides, trabajaba en negro y, además, sentía que no era lo suyo. “Recién ahora, cuando me convocaron, sentí por primera vez que este trabajo me lo gané en buena ley. Hubo muchos postulantes, todos valiosos. Creo que es muy importante que la universidad les dé oportunidades de trabajo a los jóvenes”, opinó.
Paloma dio el primer gran paso, porque entiende que su carrera tiene mucho de oficio. “Ya estoy en marcha y me siento honrada”, concluyó.