Con 88 años, Alberto todavía se admira del bosque que siempre tuvo frente a su casa. Y agradece que el lugar sea punto de reunión de amigos, familias y vecinos religiosos. Desde niño vio crecer los eucalpitos y cuando era un muchacho se encargó de regarlos. Lo cierto que este bosque de casi una decena de manzanas parece pequeño, pero toma una gran dimensión e importancia porque se encuentra en pleno corazón de Gutiérrez, Maipú.
Comienza en calle Yrigoyen, “la variante”, y se extiende hasta el carril Maza. Es un pulmón verde para la amplia actividad que se desarrolla en el lugar, vinculado principalmente a la agroindustria.
Don Montenegro, como todo el mundo conoce a Alberto un histórico sodero gutierrino, recuerda que el sitio tiene más de 100 años. “Un señor, un obrero que trabajaba en el frigorífico, fue el que plantó estos árboles. Era un ‘criollón’ grandote y nos contó que lo hizo con la idea de mantener un ambiente fresco, especialmente para el frigorífico”, recuerda.
Don Alberto cuenta que el establecimiento estaba en el medio del bosque y perteneció a la Cooperativa de Fruticultores del Este. “Allí se almacenaban frutas y verduras en gran cantidad porque era una construcción muy amplia. En determinado momento, el Ejército utilizaba estas instalaciones para guardar carne también”, asegura Montenegro.
Y agrega: “Nosotros, con mi familia, vinimos de Ridavavia cuando tenía 5 años, por eso siempre tengo presente el bosque. Era un espacio cerrado al público, sólo se podía ingresar al frigorífico y también a comprar hielo porque por muchos años esa fue una de las actividades principales que tuvo también este lugar. Todo el mundo venía a comprar hielo aquí”, cuenta el anciano.
También rememora que de joven regó el bosque. “Con amigos nos juntábamos a regar, a profundizar los surcos, porque había acequias pero había que conducir el agua hacia el interior, que estaba lleno de hojas y los surcos se borraban con el tiempo. Después nos sentábamos a descansar en unos bancos que habían colocado y la frescura del lugar era la principal característica. Es decir que cumplía con el objetivo: aire fresco para esta zona”, rememora.
Patrimonio municipal
Parte de las instalaciones estaban destinadas a la vivienda del encargado del frigorífico. Hace muchos años que cesó su actividad la compañía y esta casa se convirtió en sala de primeros auxilios.”Con el Club de Leones ayudamos a construir el lugar”, afirma este sodero.
A pesar de la competencia que siempre tuvo, ahora asegura que gran parte de la soda que se vende por la zona proviene de otros sitios. “Además, antes era más fácil instalarse una sodería, ahora están muy caros los equipos”, explica.
Por varios años el bosque y parte de las instalaciones estuvieron prácticamente abandonadas pero desde hace unos meses se logró recuperar el lugar y ahora el municipio lo ha convertido en un paseo. “Prácticamente es la continuación del Paseo Canota y hemos logrado recuperar este espacio luego de 7 años, que estaba tomado por un grupo de personas”, señala Eduardo Mezzabotta, secretario de Infraestructura y Servicios de Maipú.
“Es un predio de origen dominial del municipio. En la zona había un frigorífico y cámara de hielo, ahora se recuperó el espacio, fue declarado patrimonio municipal porque consideramos que este bosque de eucaliptos pertenece a los maipucinos”, agrega el funcionario.
Mezzabotta comenta que se están optimizando los sistemas internos de riego para aprovechar al máximo los turnos asignados por el Departamento General de Irrigación. Y utilizan camiones regadores como suplemento. A esto se suman trabajos de iluminación para que el espacio sea más seguro, ya que mucha gente transita por este sitio, próximo a la estación del Metrotranvía y al centro de salud.
Añade que con autorización por resolución de Recursos Naturales de la provincia se realiza el reemplazo de ejemplares que producen riesgo por una posible caída. Mezzabotta señala que cada árbol extraído es suplantado por la incorporación de tres ejemplares para garantizar la forestación y el cuidado del paseo. También informa que disponen de un presupuesto de 4 millones de pesos este año para iluminar y reacondicionar elementos dañados y que la idea a mediano plazo es vincular todos los espacios verdes (Canota, Eucalpitos, Los Leones y Metropolitano) mediante la construcción de una serie de ciclovías.
Ricardo Pérez, otro histórico vecino de Gutiérrez, se entusiasma con la idea de las mejoras que observa en el bosque. “Me acuerdo que había una fábrica de hielo muy importante, también en otra época había animales, supongo que los cargaban aquí para transportarlos en el tren. Pero los últimos años estaba muy abandonado todo el predio y ahora da gusto pasear por el lugar y hasta hay un sector reservado a un oratorio con la imagen del Sagrado Corazón de Jesús y allí se reúnen muchos fieles todos los días”, cuneta.
Mezzabotta destaca el plan de forestación que lleva adelante el municipio: se plantaron 8.000 árboles en 2021. Específicamente en el bosque de eucaliptos de Gutiérrez se erradicaron 30 forestales que estaban en mal estado y se plantaron 90.
