La imagen ilustró la comunión técnico-jugador en Brasil. Roberto Firmino acaba de convertir el segundo gol para que la 'Selecao' liquidara la victoria ante México y sacar su boleto a los cuartos de final de la Copa del Mundo. Firmino fue a festejar al punto de córner y hasta allí llegó Tite para unirse en el abrazo grupal.
El técnico tuvo otro gesto cuando acudió con Neymar, el autor del primer gol, a la rueda de prensa. Un periodista inquirió al astro sobre lo dicho críticas que acaba de proferir el entrenador de México, de que exageraba con el teatro.
Tite posó su mano en el brazo de Neymar y tomó la palabra: "el entrenador contesta cosas de entrenador y el jugador las de jugador".
Tite procedió a una encendida defensa de su cuestionado delantero que ratificó su liderazgo y la estrecha relación que mantiene con el plantel.
Es muy importante destacarlo dentro de todas las virtudes de un Brasil que marcha a paso firme, un conjunto sobrio, fiable y contundente.
La victoria ante México fue la tercera seguida de los pentacampeones sin recibir goles. Contra México, los brasileños primero ofrecieron su versión mecanizada, con Thiago Silva y Miranda como muros impenetrables en la zaga central, para resistir las embestidas de un rival que se fue extenuando por el gasto físico. Con el paso de los minutos, empezó el despliegue de transiciones rápidas.
Pero Brasil no ha renunciado a su riqueza creativa, encarnada en la imaginación de Neymar, la velocidad de William y la precisión de Philippe Coutinho. Juan Carlos Osorio, el técnico de México, elogió su efectividad en el último tercio.
Tras conseguir la 20ma victoria en 25 partidos como técnico de Brasil, Tite se expresó orgulloso de su obra al frente de un equipo con pegada e indomable defensa.
Están segundos en el torneo en cuanto a remates a puerta con 29, uno detrás de Bélgica. Solo han visto cinco remates contra su arco, la menor cantidad.
“Nuestro punto más fuerte es el equilibrio", afirmó. La racha de 310 minutos sin recibir goles, en marcha desde que el suizo Steven Zuber les hizo uno en el partido inaugural y que debió ser anulado por un empujón en el área, ha hecho evocar la similar trayectoria del Brasil que se consagró en el Mundial de 1994, en la que llegó a cuartos con apenas un gol en contra.
Brasil no encandilará como antes, pero sabe rematar al rival. Y con ello puede transitar por el campo minado de un Mundial que ya dejó fuera a un nutrido lote de candidatos