Sobrecumplimiento de la meta fiscal: a no subestimar el déficit

Para el economista, el cumplimiento del objetivo de la Nación se debió a la recuperación que mostró la economía durante el año pasado.

Sobrecumplimiento de la meta fiscal: a no subestimar el déficit
Sobrecumplimiento de la meta fiscal: a no subestimar el déficit

El Ministerio de Hacienda se había fijado como meta que en 2017 el déficit primario se ubicara en el 4,2% del Producto Bruto Interno (PBI).

Finalmente, el déficit primario se ubicó en 3,9% del PBI, lo que implica un sobrecumplimiento de 0,3 puntos porcentuales de la meta fiscal establecida. 

En el último mes del año pasado se registró un déficit primario de 119.607 millones de pesos, esto es un incremento de 103,5% con respecto a diciembre de 2016. Por otra parte, el déficit financiero -que incluye el pago de los intereses de la deuda pública- alcanzó los 150.108 millones de pesos en diciembre, con un incremento de 79%, en términos interanuales. En el acumulado de enero a diciembre, el déficit primario se ubicó en 404.142 millones de pesos, con un incremento de 17,6% con respecto al mismo periodo del año anterior, mientras que el déficit financiero alcanzó los 629.050 millones de pesos, incrementándose 32,5% con respecto a igual periodo del año anterior.

Con respecto a los ingresos y gastos, en diciembre los primeros cayeron 18,6% en términos interanuales, mientras que los gastos primarios aumentaron 5,9%. Sin embargo, en el acumulado anual, los ingresos totales aumentaron más que los gastos primarios, 22,6% versus 21,8%, lo que le permitió al Gobierno sobrecumplir en 0,3 puntos porcentuales la meta fiscal establecida en 4,2% del PBI para todo 2017. 

Tanto en diciembre como en el acumulado de 2017, hubo un incremento importante de los impuestos relacionados con el consumo, la actividad económica y el empleo. El IVA neto de reintegros aumentó, en términos interanuales, 38,1% en diciembre y 25,5% en el acumulado anual; ganancias aumentó, respectivamente, 26,2% y 22,7%; y los aportes y contribuciones a la seguridad social aumentaron 21,5% en diciembre y 30,3% en todo el 2017. 

Por el lado de los gastos primarios, las prestaciones sociales (jubilaciones y pensiones contributivas, asignaciones familiares y por hijo, pensiones no contributivas y otros programas) tuvieron un incremento de 28,6% en diciembre y de 36,7% en el acumulado anual, con respecto a 2016. El componente gastos de capital (transporte, vivienda y agua potable, entre otros) cayó casi 25% en diciembre comparado con diciembre de 2016, pero en el año tuvo un incremento de 14,2%. Como contrapartida, los subsidios económicos se redujeron, en términos interanuales, 26,6% en diciembre y 22,5% en el acumulado anual, destacándose la quita de subsidios al sector energético, 38,1% y 39,9%, respectivamente. 

Este sobrecumplimiento, de 0,3 puntos porcentuales de la meta fiscal, se debió en parte a la recuperación que mostró la economía durante el año pasado, traccionada por la obra pública (8,7% del gasto primario), lo que permitió aumentar la recaudación de impuestos como IVA y Ganancias sin tener que incrementar las alícuotas (e incluso con algunas reducciones). Por otra parte, se redujo el gasto primario vía eliminación de subsidios económicos (9,4% del gasto primario). Mientras que las prestaciones sociales, principal componente del gasto primario (54%), tuvieron un incremento muy superior (36,7%) a la inflación en 2017 (24,8%). Tanto es así que en el acumulado anual las jubilaciones y pensiones aumentaron 41% y las asignaciones (familiares y por hijo) 31%.

Por lo tanto, no sorprende que los resultados lleguen de manera gradual, y que le resulte difícil al Gobierno Nacional reducir el gasto público y con ello el déficit fiscal. Para 2018 el planteo es similar al del año pasado, por una parte continuar dinamizando la economía vía obra pública y reactivación de algunos sectores mediante reducción de alícuotas impositivas, y por otra una reducción del gasto vía eliminación de subsidios económicos y endeudamiento para financiarse, tal y como quedó plasmado en el Presupuesto 2018 que, en líneas generales, apuesta por una reducción gradual del gasto junto con una reforma tributaria que busca una reducción también gradual de las alícuotas impositivas.

Si bien en 2017 se sobrecumplió la meta fiscal -desde 2004 los ingresos no crecían más que los gastos-, y el gasto primario en términos del PBI se redujo 1,1 puntos porcentuales (pasando de 24,5% a 23,4%), no hay que subestimar el déficit financiero (déficit primario más intereses de la deuda pública), que en el acumulado anual aumentó 32,5% con respecto a 2016 y alcanzó los 629.050 millones de pesos, pasando de 5,9% del PBI en 2016 a 6,1% del PBI en 2017.

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