Sobre llovido, reprogramado

El tan esperado choque entre Argentina y Brasil fue suspendido anoche y se jugará hoy, a la misma hora, en el Monumental. La gran cantidad de agua caída obligó al juez Arias a postergarlo.

Sobre llovido, reprogramado

Las intensas lluvias que castigaron anoche a la Capital Federal obligaron la suspensión y reprogramación para hoy del encuentro entre Argentina y Brasil por la tercera fecha de las Eliminatorias camino a Rusia 2018. Después de algunas reuniones las autoridades de la Conmebol resolvieron que se disputara en el mismo horario que estaba previsto para ayer, o sea desde las 21.

Por momentos ayer el estadio Monumental de River pareció una verdadera laguna. Cerca de las 19.30 prácticamente el verde del césped se transformó en un manto homogéneo de agua, que cubrió el terreno de juego de arco a arco haciendo imposible el arranque del partido.

La lluvia mermó y el árbitro del partido, el paraguayo Salvador Arias salió a recorrer y constatar por su cuenta el estado del campo de juego. Si bien con el correr de los minutos el sistema de drenaje funcionó a la perfección y el agua prácticamente desapareció, las condiciones en general no estaban dadas para que comenzara el partido.

De todas maneras, la incertidumbre que existía ayer, no ha desaparecido para la noche de hoy. Lejos de su mejor versión y otra vez sin Lionel Messi, el panorama no parece muy alentador para la Albiceleste. Sin encontrar aún el juego que lo llevó a la final del Mundial de Brasil, con Sabella en el banco, y también a la definición de la Copa América de Chile, el de esta noche resulta un partido clave por dónde se lo mire.

Pero Martino no solo no podrá contar con el mejor jugador del mundo, sino además tampoco estarán Sergio Agüero, Pablo Zabaleta, Ezequiel Garay y Carlos Tevez, que fue esperado hasta último momento y finalmente fue desafectado por su condición física. En una situación parecida aparece Javier Pastore, quien se recupera de una dolencia y sueña con poder estar ante Colombia la próxima semana.

Será una prueba de carácter para la Selección, que apena sumó un punto de seis en juego, y  jugará en un estadio repleto (se recaudaron más de 24 millones de pesos) que espera más del equipo y podría transformarse en una caldera si los resultados no llegan. Además, otro traspié lo dejaría lejos de los puestos de clasificación, aunque este camino recién arranque.

En cuanto a la formación, Martino la tiene definida desde hace un par de días con las variantes obligadas por los lesionados. Por la banda derecha Roncaglia reemplazará a Pablo Zabaleta, Ramiro Funes Mori a Ezequiel Garay, Ever Banega a Pastore y en la delantera Ángel Correa a Lionel Messi.
Pero esos no serán los únicos cambios y quizá el más importante sea la vuelta de Gonzalo Higuaín al equipo.

Sin el “Kun” Agüero ni Tevez, el nueve del Nápoli será la principal carta de gol.

El ánimo de Martino, envuelto en un rumor sobre una posible salida si la Selección no vence a Brasil y tampoco suma ante Colombia, no parece ser el mejor, aunque en la previa se mostró fuerte y despreocupado. “Estoy en un lugar de privilegio y hay muchos intereses...”, dijo para alejar fantasmas.

Pero cuando el río suena...

Coincidencia general sobre la suspensión

Los principales dirigentes de la AFA, CONMEBOL y del arbitraje coincidieron anoche en que la mejor decisión era suspender el clásico Argentina-Brasil debido al intenso temporal que afectó al campo de juego del estadio Monumental y reprogramarlo para mañana.

“El pronóstico indicaba que iba a seguir lloviendo y la cancha estaba llena de agua. Lo lamento por la gente que ya había entrado, peor esto es una fatalidad que nadie podía prever. La AFA, Brasil, árbitros y veedores estuvieron de acuerdo en que no se podía jugar así”, expresó el presidente de la AFA, Luis Segura.

Por su parte, el veedor uruguayo Alvaro Silva comentó: “Era inhumano jugar en estas condiciones, por suerte hubo unanimidad de criterios de jugarlo mañana. Hubo dirigentes de Brasil que querían jugarlo en otro horario, más temprano, pero Segura les explicó el problema del público y quedó para las 21”.

“Era imposible jugar. Todas las partes acordaron que se juegue mañana. Por reglamento hubiera tenido que esperarse hasta las 11 de la noche a ver si mejoraba pero la gente hubiera sido que irse a la una de la mañana de la cancha, lo cual hubiese sido una herejía”, dijo Juan Carlos Crespi, vice segundo de Boca y titular del Departamento de Selecciones de AFA.

“Los argentinos recordamos el River-Boca que se jugó con tanta lluvia. Hoy era imposible jugar un partido de fútbol en un campo con tanta agua porque se llovió todo. Aunque puede verse tardía la decisión de suspenderlo las partes nos pusimos de acuerdo para postergarlo y hubo que recibir el visto bueno de la FIFA, que por reglamento obligaba a esperar dos horas.”señaló Rodolfo D'Onofrio, presidente de River y vice de AFA.

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