Un presente que no cambia y un panorama que cada vez es más oscuro en el Tomba. Si bien en Bahía Blanca no había hecho un mal partido, otra vez un error puntual termina por tirar al piso una actuación que hasta el momento del gol local era aceptable.
El equipo de Gabriel Heinze estaba llevando adelante el partido con una buena actitud y un rendimiento parejo en todas sus líneas. Pero cuando la cosa no viene bien cualquier equivocación termina siendo fatal. Y anoche no fue la excepción.
Así fue que tras el error de Esteban Burgos en la última línea y el posterior festejo de Acuña llegó otra vez la noche para Heinze y sus muchachos. El equipo se cayó y no fue capaz de reaccionar ante el golpe. Pero como son las cosas, que el propio Burgos había hecho un gol legítimo y fue anulado por una supuesta posición adelantada.
Nada le sale bien a este Tomba que sigue sumando derrotas y ya llegó a la sexta en la era del Gringo como DT. Un momento negativo que crece en el tiempo y que, más allá del "buen" trabajo del entrenador, como manifiestan orgullosamente jugadores y dirigentes, nada cambia.
La levantada sigue sin aparecer y ya ni siquiera alcanza con una actitud diferente, como con la que empezó la noche en Bahía Blanca. Con un equipo metido y con ganas de cambiar la historia, pero que se topó con una equivocación que desmoronó todo una vez más.
Luego del gol la cosa siguió complicándose con las expulsiones de Sebastián Olivares y Kevin Mercado. Con dos hombres menos la ilusión de llegar al menos al empate quedó muy lejos en el horizonte. Prácticamente no llegaron más al arco de Viola y el panorama se oscureció más aún.
Es cierto que el plantel del Tomba en esta temporada no es el de los mejores en los últimos años pero es ahí cuando debe aparecer el trabajo colectivo para sobrellevar los bajos rendimientos individuales.
La historia se complica cada día más y la continuidad del trabajo de Heinze parece no alcanzar porque los resultados siguen sin aparecer y al fin y al cabo son los que mandan en el mundo del fútbol. Nada bueno se aprecia sin triunfos.