Después de los ocho años presidenciales de CFK sumados a los cuatro de Kirchner no tengo dudas de que se trató de los gobiernos más corruptos de la historia argentina. Después de más de dos décadas dedicadas exclusivamente por ambos a la función pública en Santa Cruz y en la Nación, sin actividades privadas, el crecimiento exponencial de sus patrimonios es obsceno y con seguridad incurrieron en enriquecimientos ilícitos y otros delitos.
Ningún gobierno terminó con tantos ex funcionarios presos por graves asaltos económicos contra el Estado, coronados por Julio De Vido, cajero durante doce años del matrimonio Kirchner. Que al menos ella fue la jefe de una asociación ilícita, lo dicen los jueces en sus imputaciones y procesamientos. Al morir Kirchner se extinguieron todos los posibles procesos contra él.
El contexto de los acontecimientos
Entonces ciertamente CFK debería estar presa. Si sus ex funcionarios están presos, ¿cómo no ella, su jefe indiscutida? Pero ¿le conviene al país que lo esté? Analicemos el contexto de todos los acontecimientos que la rodearon.
Una psicóloga mediática dice que CFK es "admirablemente inteligente". Agrego que no es ningún mérito propio poseer inteligencia porque este don proviene de Dios, o de la naturaleza, para quienes son ateos o agnósticos. Esta inteligencia le permitió construir un relato mentiroso durante ocho años que sus seguidores y fanáticos le creyeron con claros signos de idolatría. Así inauguraba varias veces una obra multiplicando sus logros sin que dichas obras se hicieran o se terminaran. Pregonaba la inclusión social dejando al final un 30% de pobres e indigentes. Hablaba de su respeto a la democracia persiguiendo a periodistas o ciudadanos que no pensaban como ella, ignorando y sometiendo a su voluntad las instituciones republicanas. Se prodigaron robos en las obras sociales, medicamentos, sillas de ruedas, prótesis, etc, y aumentos en el narcotráfico, lavado de dinero y asaltos a los bienes del Estado, dineros y todo cuanto pudiera implicar sus enriquecimientos ilícitos. Se alió con un país enemigo, Irán, firmando un memorándum de entendimiento que le valió el proceso por traición a la Patria.
¡Pero todo se adornaba con una mística nacional y popular que apabullaba a sus seguidores pero no a quienes nunca creímos en ella ni en su marido!
El relato mentiroso después de 2015
Continuó con su mentiroso relato agravado. Comenzó a inculcar a sus fanáticos que todos los procesos penales contra ella son nada más que persecuciones políticas de los jueces comandados por el gobierno de Macri. Así entonces nunca dio explicaciones a los jueces ni a la comunidad a la que debió informar y jamás lo hizo, de los presuntos delitos contra el Estado y la Administración Pública que habrían cometido ella, su marido y sus ex funcionarios.
Últimamente agrega que el gobierno de Macri es una dictadura y que en el país no hay estado de derecho. Compite el 22 de octubre en una elección impropia para quien ha ejercido por dos períodos la Presidencia nacional, con un solo propósito: obtener fueros que le brinden inmunidad, junto con su hijo Máximo.
Por qué debería ser encarcelada
Por esto y mucho más a CFK los jueces deberían haber decretado su prisión preventiva en los procesamientos. Cuenta con todos los medios materiales y económicos y los auxilios necesarios para entorpecer los trámites judiciales. Es verdad que al no tener condenas se "presume" inocente mientras por sentencia no se demuestre lo contrario. Pero es una presunción sospechada de culpabilidad. Las denuncias desde 2007 en adelante y aún antes, están plagadas de plenas pruebas. La última, el encuentro en una caja de seguridad bancaria a nombre de su hija Florencia de más de cinco millones de dólares, pese a que nunca ha trabajado ni demostrado su tenencia lícita. En materia de enriquecimiento ilícito no son el juez ni el fiscal quienes deben demostrar la culpabilidad, sino ella acreditar su inocencia, porque es el único delito en el que se invierte la carga de la prueba (Art. 268 (2) Código Penal, pena de reclusión o prisión de 2 a 6 años, multa del 50% del valor del enriquecimiento e inhabilitación perpetua).
O sea que hoy se podría dictar sentencia condenatoria sin más trámite, con más la asociación ilícita, lavado de dinero y demás delitos imputados.
(Los más graves, traición a la patria, arts. 214, 215 inc. 1, reclusión o prisión perpetua; enriquecimiento ilícito 268 (2) ya citado; sustracción de caudales, malversación de fondos públicos arts. 260, 261, 2 a 10 años de reclusión o prisión e inhabilitación absoluta perpetua, todos del Código Penal).
No es conveniente encarcelarla
Pero estimo que aunque sea necesario no es conveniente dictar su prisión ya. Ha preparado a sus electores, tres millones y medio el 22/10/17, para que la consideren una víctima y perseguida de la Justicia: falso. Los ha preparado también junto a los países del mundo y organismos internacionales, a considerar que el gobierno de Macri es una dictadura y ella, perseguida política: falso. Se ha hecho elegir senadora para auto protegerse con fueros indebidos y resistir cualquier arresto. Ha logrado que Miguel Ángel Pichetto, hoy alejado políticamente de ella, diga que no votará favorablemente su desafuero si no tiene condena firme.
Viajará posiblemente a Europa invitada para dar conferencias, seguro en organizaciones de izquierda, en donde, sospecho, podría solicitar asilo político, invocando el escarnio de la causa por traición a la patria que ha denostado hábilmente como todo lo que hace. Y si aquí fuera arrestada, los más de tres millones de fanáticos provocarían revueltas y destrozos de tal magnitud que nos dañarían a los cuarenta millones de argentinos.
Para quien ha sido dos veces Presidente de la Nación, creo prudente esperar con paciencia la o las sentencias de condena para su arresto. Aun así los fanáticos actuarán pero en posiciones más endebles y con absoluto rechazo de las mayorías. Pensemos que el poder de fuego de la señora es cada día menor; que el daño que puede seguir haciendo quedará relegado a su verborragia insoportable y, lo más importante, no podrá volver a presidir este querido país que quiso destruir y quedarse con medio producto bruto con la banda cómplice que la acompañó durante ocho largos e interminables años.
Las opiniones vertidas en este espacio no necesariamente coinciden con la línea editorial de Los Andes.