Esto es una noche medio oscura, más que azul. Una noche medio negra donde sale un arcoiris", dice L. que prefiere no identificarse por medio a las represalias.
L. tiene un plato humeante de locro vegetariano, por el 25 de Mayo que acaba de pasar. Lo recibe de Ayuda Urbana, el grupo de la Iglesia Adventista que todos los lunes se presenta en la plaza Chile para ofrecer una cena a quienes se encuentran en situación de calle o a quienes la crisis económica no les dejó otra opción.
L. usa la cuchara de plástico como la batuta de un director de orquesta mientras cuenta de qué se trata vivir en la calle. "Hace 15 inviernos que estoy así, porque nosotros contamos los años por inviernos. Ahora se ha puesto más complicado porque hay muchos 'wachines' sin códigos que te roban las pocas miserias que tenés", agrega.
L. dice que esta será una noche dura, aunque no tanto como la semana pasada, cuando refrescó en serio. L. asegura que ya está acostumbrado y que espera que no lo "chupen" por salir en el diario. L. tiene miedo. Dice que lo peor es el frío que viene.
Una esperanza
Silvina Passalacqua es miembro de Ayuda Urbana, un grupo que desde hace 5 años trabaja con unas 100 personas en situación de calle brindándoles un plato de comida por las noches junto a una frazada o ropa que reciben de donaciones. La voluntaria cuenta que antes se reunían en la plaza Independencia, los lunes, pero ahora lo hacen en la plaza Chile, porque es "menos complicada". Los martes, en tanto, el punto de encuentro es la "plaza del Indio", que está cerca de la terminal, en San José.
El menú de hoy es locro, porque el grupo siempre trata de ofrecer comidas especiales en fechas especiales. También dan torta cuando alguna de los habitués cumple años.
"Tratamos de darles una cena contundente, con postre. También abrigo y frazadas para el invierno. Si nos enteramos de algún trabajo, les avisamos", dice Silvina agregando que realizan una meditación espiritual para transmitirles esperanza. La mujer cuenta que lo que más rescatan quienes se acercan a pedir un plato de comida es que los miran a los ojos, que los dignifican porque charlan con ellos y se acuerdan su nombre.
"No es toda gente que está en situación de calle" advierte y sigue: "pero se ha incrementado la gente que viene a pedir comida. Hay muchas mujeres que vienen de la Favorita o Las Heras y luego regresan a sus casas. También hay señoras grandes que viven en la calle, pero tienen un perfil muy bajo. Se mueven en grupos porque el ambiente es muy agresivo", relata Silvina agregando que también se acercan muchos jóvenes violentos, que generalmente están borrachos o drogados y que generan disturbios porque no tienen los "códigos" de la calle.
Atención médica
El grupo es acompañado por profesionales de diversos rubros como parte de un proyecto de extensión universitaria de la Universidad Nacional de Cuyo.
"Comenzamos con el objetivo primario de que la gente en situación de calle tuviera acceso a la salud. Pero con el tiempo logramos instrumentarlo y articularlo con el ministerio de salud y generamos un espacio que se llama Uapsi (Unidad de atención primaria de salud itinerante)", comentó el médico Guillermo Funes quien agregó que trabajan además de médicos, psicólogos, trabajadores sociales y agentes sanitarios. También incorporan estudiantes avanzados de medicina.
"Nuestra idea es generar una puerta al sistema de salud. También les realizamos algunos exámenes clínicos básicos los derivamos en caso de una patología prevalente", comentó Nahuel Ríos.
Por último destacaron que la intención de este espacio es generar un diálogo de saberes horizontal donde se reconoce al otro como poseedor de conocimientos que les permiten acercarse a las diferencias sociales y culturales.
Matrimonio solidario ofrece bebidas calientes
Lo que para algunos puede ser tan solo un poco de agua caliente con café y azúcar, para quien nada tiene es un desayuno y un aliciente para las gélidas mañanas.
Dante y Andrea, una pareja que vive en la Sexta Sección, quisieron aportar su granito de arena y ayudar a personas que están en situación de vulnerabilidad. En su casa ubicada en la calle Huarpes colocaron un cartel con el fin de brindar bebidas calientes a los más necesitados.
"Un día en la mañana que Dios quiso que fuera así, me desperté y quise ayudar al más que necesita, pero no sabía de qué manera", explicó Andrea a Radio Nihuil cuya situación económica le permite colaborar de manera modesta con otros que menos tienen. "No soy una persona que tiene mucho dinero. Es decir, a mí me salió del corazón, y bueno con este pequeño gesto poder de a poco, tipo dominó, que se vaya enganchando mucha gente", agregó.