El epicentro de la guerra civil siria se volvió a instalar este fin de semana en el norte del país con al menos 135 muertos por el asedio y bombardeo del ejército gubernamental contra la ciudad de Alepo y la lucha intestina de la insurgencia en la frontera con Turquía, denunció ayer un grupo opositor.
Mientras en Suiza las negociaciones de paz entre el gobierno y la oposición sirios están en receso hasta el 10 de febrero, en Siria al menos 85 personas murieron en los bombardeos con "bombas de barril" lanzadas el sábado por el ejército sirio contra diferentes zonas de la provincia de Alepo.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una organización opositora con sede en Londres, informó que entre las víctimas mortales hay trece menores de edad y al menos diez combatientes del Frente Al Nusra, uno de los dos grupos vinculados a Al Qaeda que pelea contra el gobierno de Bashar Al Assad en Siria.
Las zonas más castigadas por los bombardeos fueron el barrio de Tarik Bab, donde perecieron 34 personas, y las áreas de Al Salihin y Al Marya, en las que se registraron al menos 22 muertos.
El ejército también se enfrentó en el terreno con insurgentes en las afueras de Alepo. Al menos 9 combatientes murieron, según el observatorio.
Al mismo tiempo, los enfrentamientos entre las milicias insurgentes siguieron marcando el ritmo de la escalada de violencia en el norte sirio.
El Estado Islámico de Irak y el Levante, el segundo grupo vinculado a Al Qaeda que pelea en Siria, se enfrentó durante el fin de semana a otras milicias insurgentes, lo que dejó un saldo de al menos 26 muertos. Además, ese grupo islamista, que también opera en el oeste de Irak, hizo explotar ayer un coche bomba en una base militar de un grupo opositor sirio. Al menos 15 personas murieron.
Por otro lado, a última hora de ayer, otro atentado suicida en el norte de Siría, perpetrado por un grupo yihadista, el Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), dejó un saldo de al menos 16 muertos, incluido el atacante. El autor del atentado se hizo estallar en un cuartel general rebelde en la provincia de Alepo.
Los combates también continúan en la periferia de Damasco, la capital del país, pero en menor intensidad.
La violencia y el creciente número de víctimas registrados en los últimos días demuestra que las negociaciones de paz inauguradas hace más de una semana en la ciudad suiza de Ginebra aún no han conseguido ningún efecto real en el campo de batalla.
Después de una semana de conversaciones directas, el gobierno y la principal alianza opositora en el exilio, la Coalición Nacional Siria, no lograron avanzar demasiado, excepto por un acuerdo humanitario para ayudar a los civiles atrapados en la ciudad de Homs. El acuerdo aún no se ejecutó.
Pese a la crisis de legitimidad de la delegación opositora y la determinación del gobierno sirio de hablar solamente de "terrorismo", el mediador del proceso, Lahkdar Brahimi, pidió seguir negociando.
