El gobierno provincial ha lanzado, a través del Ministerio de Transporte, dos interesantes campañas viales para aconsejar y educar a los conductores y peatones, a propósito de los reiterados incidentes viales que se producen en la vía pública y, en especial, con motivo del desplazamiento del Metrotranvía por nuestra ciudad y otras partes del Gran Mendoza.
Se llaman “Yo me cuido” y “Respeto las vías, cuido la vida”.
En líneas generales nos parecen acertadas por su fin didáctico y porque a todos nos hace falta recordar que la prudencia y los desplazamientos responsables favorecen el desarrollo de una comunidad en armonía y respetuosa del prójimo.
La primera, identificada con el mensaje “Yo me cuido”, apunta a los usuarios que viajan en colectivo, sugiriendo esperar a las unidades en los lugares señalizados, y subir y bajar de las mismas cuando sus choferes han detenido totalmente la marcha. Nada más atinado cuando el apuro y las exigencias diarias provocan que muchas personas sufran accidentes por bajar de los vehículos incumpliendo esas mínimas y sencillas recomendaciones.
La restante promoción oficial es igualmente valiosa, al procurar concientizar sobre la importancia de acatar a rajatablas la señalización de las vías del tren (en Mendoza son convoyes de carga que se desplazan por varios departamentos) o los rieles del Metrotranvía.
En este último caso, las recomendaciones son sencillas y elementales, no obstante lo cual ya se han producido colisiones entre ese medio de transporte inaugurado hace poco tiempo en Mendoza y automotores guiados por personas desaprensivas que han intentado cruzar las vías cuando se acercan las formaciones, sólo para ganar segundos.
Reiteramos entonces que los dos operativos de alerta de la cartera de Transporte, que el público visualiza en afiches pegados en los edificios escolares o en las unidades de transporte público, nos parecen importantes y todos esperamos que promuevan que más personas se cuiden y adopten actitudes defensivas en sus movimientos en la vía pública.
Con todo, habrá que insistir en la prevención porque la única reserva que tenemos al respecto es que este tipo de campañas tienen un impacto inicial y luego sus recomendaciones o mensajes tienden a ser olvidados o evadidos en su estricto cumplimiento por parte de los usuarios.
Sin embargo, es atinado que los carteles se hayan instalado en las escuelas porque confiamos en la capacidad de los niños para instruirse en las necesarias normas de conducta y en su poder de disuasión frente a sus padres y mayores de la casa.
Este comentario se escribe a propósito de las campañas de concientización vial con el claro objetivo de llegar a usuarios de micros y del Metrotranvía pero no podemos sustraernos a comentar que, al mismo tiempo, las crónicas policiales de los diarios locales revelan el alto número de víctimas fatales que se han producido en los últimos 3 meses en calles y rutas mendocinas, que han sumado 61 fallecidos, sin contar los heridos graves ocurridos en los mismos percances, de los cuales desafortunadamente algunos quedarán con secuelas permanentes a raíz de esos episodios.
Ahí sí que estamos frente a un problema insoluble en la sociedad que integramos. Por falta de una adecuada capacidad de las autoridades de control vial y por la elevada inconducta de quienes conducen automotores, la terrible realidad es la que manda con su penosa carga de muerte y dolor.
Mientras el protagonista de tanta tragedia, nosotros mismos, los conductores, no meditemos seriamente sobre las formas de conducir un vehículo, y más cuando se transportan menores, seguiremos lamentándonos frente a una realidad que no supimos modificar.
