Otra vez, un torneo Vendimia que no termina o tiene la suspensión de su partido final. En el 2016, con los mismos actores, hubo que reprogramar el partido definitorio.
El divorcio entre el gobierno y los dirigentes del fútbol mendocino viene desde hace un largo tiempo y parece que ya no hay chances de reconciliación.
Por el lado del fútbol, la cosa está clara. Se asegura que el gobierno siempre pone palos en la rueda y no se da el apoyo que se necesita para hacer crecer la actividad. Rápidamente se recurre a una vieja fórmula: “los clubes damos contención a miles de chicos” y entonces se espera que el Estado subvencione.
Desde el gobierno, cómo ya han dejado bien en claro, aseguran que no respaldará ningún espectáculo en el que se cobre entradas. “Acá los únicos que se benefician son los organizadores del torneo”, contó uno de los funcionarios gubernamentales blanqueando lo que muchos piensan en el ámbito futbolístico.
Cada uno tiene su verdad y cada uno puede ponerse de uno u otro lado. La realidad de esta suspensión es que se intentó hacer un certamen que no tenía bases sólidas, principalmente porque las fechas no estaban claras.
Se lanzó una cruzada en favor de los hinchas visitantes a los campos de juego, de hecho cada vez que hay un partido clásico que termina sin incidentes se lo toma como bandera para reivindicar la causa. Pero la verdad es que todos en el ámbito futbolístico sabemos que aún no están dadas las condiciones para que ello ocurra. Y acá el problema no es de los dirigentes, ni del fútbol. Es nuestra sociedad en su conjunto la que todavía no está preparada para ello.
Independiente y Godoy Cruz tienen una rivalidad muy fuerte. Son innumerables los hechos violentos que se han producido entre las facciones de uno y otro lado en las calles. Lo saben los dirigentes, que a fuer de ser sinceros, son quienes se terminaron dando cuenta que este partido iba a traer más problemas que soluciones. Ganar el título sirve para que los hinchas se puedan gastar un par de semanas, pero no otorga nada a la institución.
Un tema que poco se hizo público, pero que es importante destacar es que Godoy Cruz tendría la posibilidad de jugar contra River con público visitante, lo que le aportaría un buen dividendo a sus arcas, pero esas negociaciones que están teniendo con las autoridades se puede caer si algún inadaptado se le ocurría hacer lío en el Vendimia. La verdad que esa final ya estaba enterrada desde hace bastante tiempo pero se buscó que los dirigentes no quedaran expuestos como los responsables.
Acá está el problema. Los dirigentes no fueron sinceros y salieron a a esgrimir una negativa del gobierno que nunca existió. Un argumento que se derrumbó como un castillo de naipes.
Mientras los dirigentes y los policías se pelean, la realidad es que los que volvieron a ganar son los violentos. Ahí está el foco al que hay que atacar.
Pero para eso se debe trabajar en conjunto. Todo lo otro es chicana y no le sirve a nadie. ¿O sí?
