Sin tregua: del Mundial a los Juegos Olímpicos

Brasil vive momentos únicos en su historia y que son de gran impacto en todo el mundo. En 2014 organizó la Copa del Mundo de Fútbol y en el próximo año, las primeras Olimpíadas de la historia para Sudamérica.

Sin tregua: del Mundial a los Juegos Olímpicos

La historia puede sonar algo trillada. Brasil se maquilla para albergar un evento deportivo internacional, los preparativos marchan con retrasos, los costos exceden los cálculos iniciales y los observadores internacionales se escandalizan. No hablamos sobre la Copa del Mundo de fútbol que se realizó el año pasado en ese país.

Se trata de los Juegos Olímpicos que organizará Río de Janeiro en 2016, los primeros en la historia en Sudamérica.

Si bien sufrió en la cancha, Brasil pasó con buenas calificaciones la prueba del Mundial, el primero en este país desde 1950.

Fueron años de planificación, miles de millones de dólares invertidos en infraestructura y estadios, e incontables dolores de cabeza para la FIFA y los organizadores locales, desde las protestas que amenazaron con descarrilar el torneo y que finalmente no se materializaron como se temía, hasta los accidentes y retrasos en las obras.

“¿Dónde están las protestas?”, preguntó con ironía el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, antes de la final del Mundial que Alemania le ganó 1-0 a Argentina.

“Tengo que felicitar a los brasileños. Era necesario que el Mundial fuese un éxito en este país, donde el fútbol es más que una religión”.

Ni siquiera el estrepitoso fracaso en semifinales, en las que la Seleçao sufrió un humillante revés 7-1 ante los alemanes, fue suficiente para empañar una fiesta de fútbol alegre, con muchos goles, golazos y gratas sorpresas como Costa Rica, que superó un grupo con Italia, Uruguay e Inglaterra para llegar a cuartos de final.

Pero la pelota dejó de rodar hace rato para Brasil, y ahora lo espera otra tarea titánica. Se trata de unos JJ.OO que llegan por primera vez al Cono Sur, y que costarán unos 14.200 millones de dólares.

Al igual que pasó en la previa al Mundial, la organización de la olimpíada tuvo su buena cuota de críticas y escepticismo, con retrasos en construcciones, una demanda que amenaza la sede del campo de golf, y preocupación por los altísimos niveles de contaminación en la bahía donde se realizarán varias de las pruebas de mar abierto.

La situación era tan preocupante que a principios de año un funcionario del Comité Olímpico Internacional llegó a calificar los preparativos como los “peores”' en la historia reciente, y varias federaciones pidieron contemplar la posibilidad de cambiar la sede.

Pero los organizadores locales pusieron la casa en orden, el COI envió un supervisor para las obras, y a fin de año todo estaba encaminado, y Brasil debe completar la mayoría de las instalaciones e infraestructura en este año para que se realicen eventos de prueba a principios de 2016.

“Hay obras que tienen que ser entregadas a diario”, dijo Christopher Dubi, el nuevo director ejecutivo del COI a cargo de los Juegos. “No tenemos una preocupación puntual que nos quite el sueño. Pero estamos en una etapa crítica y falta mucho por hacer”.


Aún se piensa en cambios
Los JJ.OO de Río podrían contar con una o dos sedes más para el fútbol ante las preocupaciones sobre la capacidad de las canchas para soportar un programa de partidos tan ajustado, indicó el presidente del comité organizador, Carlos Nuzman. De hecho ya se habla con FIFA para hacer cambios.

En caso de que sean necesarias sedes adicionales, ambos organismos estarían a favor de seleccionar otros estadios mundialistas. Hasta ahora cinco ciudades han sido asignadas dentro del calendario para el fútbol en las Olimpíadas, y todas ellas recibieron a su vez partidos de la Copa del Mundo del año pasado.

Brasil ha sido fuertemente criticado por haber hecho uso de 12 estadios en el Mundial, algunos de los cuales de antemano se han convertido en elefantes blancos.

Por ahora, lo único cierto es que, el legendario Maracaná albergará las semifinales y final de fútbol olímpico. Dicho escenario fue remodelado para el Mundial en donde se gastó más de 11.000 millones de dólares en sedes. Habrá que esperar hasta el próximo mes, cuando el COI realice una nueva visita a las obras.

Llueven las Críticas sobre el nuevo titular de deportes

Los nuevos ministros de la reelecta presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, recién están asumiendo sus cargos y varios ya generan fuertes reacciones.

Es el caso del nuevo titular de Deportes, George Hilton. El diputado federal del Partido Republicano Brasileño (PRB) por el Estado de Minas Gerais y pastor evangélico, llama la atención por la poca afinidad con la cartera para la que ha sido designado.

Tiene, además, un currículo oscuro: en 2005, este pastor de la Iglesia Universal fue detenido por la Policía Federal en el aeropuerto de Pampulha, con 11 cajas con cheques y billetes que sumaban 600.000 reales (224.000 dólares).

Es más, cuando su nombre fue anunciado la semana pasada, sectores del Partido de los Trabajadores (PT) y de la coalición que sostiene al Gobierno empezaron a presionar para que el nombramiento fuera revertido. De hecho, el pasado lunes, representantes del mundo deportivo se manifestaron públicamente.

El grupo Atletas por Brasil (ONG) criticó la decisión de que Hilton ocupe el cargo. El colectivo, en el que están deportistas de alto nivel como los futbolistas Kaká y Rogério Ceni, el piloto Rubens Barrichello, el DT de la Selección de voleibol Bernardinho, el nadador Gustavo Borges, el exfutbolista Raí y la ex basquetbolista Hortência, dijo en un comunicado que la presidenta “renunció a la oportunidad de mejorar la gestión deportiva” al destinar al pastor a este Ministerio. ¿Seguirá Hilton?

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