Cornejo cerró su tercer año de gobierno sin mayores sobresaltos, con las cuentas controladas y, por lo tanto, sin conflictos políticos y sociales. En todo el año los dolores de cabeza los generaron los problemas económicos, que mayoritariamente derivan de la Nación. Hay, sí, una fuerte crítica de la oposición al nivel de endeudamiento de la provincia durante su gestión, pero ese será tema de discusión cuando la campaña electoral se largue, o en la Legislatura, si el Gobierno insiste en que se debata su proyecto para viabilizar el “roll-over” y la autorización a los municipios para tomar crédito con organismos internacionales a través de la Provincia. Son los temas que la gestión de Cornejo debió dejar afuera de la discusión para lograr la aprobación del Presupuesto de 2019.
El tema interesa a la gestión de Cornejo porque sin “roll-over” la Provincia deberá afrontar vencimientos importantes con recursos previstos para el plan de inversión en obras públicas, un contraste importante en un año electoral si se tiene en cuenta que no abunda el financiamiento para ese rubro.
El Gobernador cerró el año de trabajo y se trasladó unos días a Chile para descansar en familia, aunque se sabe que la obsesión por la gestión difícilmente le permita olvidarse temporalmente del ritmo de su gobierno. Cornejo no quiere que sus principales colaboradores se ausenten mucho tiempo. La mayoría de los ministros y demás funcionarios estarán en sus despachos en pocos días más. Aunque no todos participarán de la “rosca” del tiempo electoral, el estilo de Cornejo no permite ningún tipo de ventaja.
Llegan semanas en las que al jefe del Ejecutivo se le reclamarán decisiones propias de quien no goza de posible reelección. En primer lugar, y atendiendo al difícil contexto político y económico nacional, deberá decidir el calendario electoral local. Unificar con las elecciones nacionales sería un gesto de apoyo y confianza clarísimo al macrismo, pero también un riesgo innecesario si los sondeos no acompañan y la gestión nacional termina siendo una traba.
Y sabiendo que su imagen entre los mendocinos sigue siendo claramente superior a la del presidente Macri, le queda decidir a Cornejo con quién buscar su propia sucesión. El asunto no parece muy fácil por la percepción generalizada de que sus “delfines” no son los más conocidos o mejor valorados por la ciudadanía. Sin embargo, uno de sus principales apuestas, el ministro Martín Kerchner, seguiría corriendo con ventaja porque es co-responsable del orden que hoy muestran las cuentas y también del manejo de una deuda provincial considerable, como la que ha asumido la actual administración.
Más allá del círculo cornejista, dicen que Cobos, alentado por algunas encuestas, expresaría finalmente su decisión de anotarse en la puja por la sucesión ni bien pase el tiempo de vacaciones. Lo habría asegurado no hace muchos días en una reunión entre dirigentes cercanos.
Estiman en el radicalismo que si el ex gobernador anuncia su postulación podrían adelantarse los tiempos para la definición de candidaturas y fórmulas para fines de enero.
En cuanto a De Marchi, su oficialización de la precandidatura provincial constituyó una jugada fuerte en la interna del oficialismo. El lujanino obliga al Gobernador a apurar las decisiones con respecto a sus propios postulantes. En la mayoría de los sondeos, no en todos, el intendente del Pro supera en intención de voto a los cornejistas.
De Marchi sigue asegurando que lo que anunció con un video en las redes sociales es una decisión que no tiene retorno. Su desafío es grande, puesto que públicamente Cornejo prácticamente no lo avaló. El jefe del Ejecutivo se refirió varias veces en los últimos meses a la continuidad de su gobierno a través de un radical y más de una vez presentó a su ministro Kerchner y al intendente Suárez como sus preferidos para pelear en las urnas. Esto, en parte, es lo que llevó al jefe departamental macrista a picar en punta. ¿Hubiese sido otra su estrategia si hubiese mediado algún “mimo” del Gobernador?
En el entorno del lujanino creen que un posible lanzamiento de Cobos jugaría a favor de De Marchi por el quiebre que podría ocasionar dentro de la UCR. La ilusión de “pasar por el medio”. Sin embargo, no habría que desmerecer las chances del actual senador nacional, que en las dos últimas presentaciones electorales por bancas en el Congreso obtuvo porcentajes envidiables para muchos. Si Cobos finalmente no se presenta, en el comando del lujanino esperan que el buen trato actual se traduzca en algún tipo de apoyo para competir con el radicalismo cornejista, una expectativa que todavía genera dudas en virtud de la fidelidad del voto radical, más allá de las diferencias que pueda haber entre referentes.
Quien también se mantiene atento a estos movimientos es el intendente de Junín, Mario Abed, quien conserva expectativas provinciales, pero no dudaría en dar un paso al costado si en algún momento Cobos, un aliado y amigo, decide postularse. En ese caso podría aceptar con gusto acompañar en una fórmula siempre y cuando no sea una mujer la que figure junto al ex gobernador.
Abed es otro de los radicales de buen diálogo con De Marchi y demás dirigentes de partidos que forman parte del espacio liderado por la UCR. Pero su relación con el Gobernador es buena, lo mismo que con los integrantes del Gabinete. Su protagonismo territorial y su fuerza interna en la UCR lo llevan a seguir siendo tenido en cuenta por el cornejismo como eventual compañero de fórmula de quien resulte ser el candidato de Cornejo. “Sin duda, debo ser para muchos el mejor segundo...”, suele comentar con humor.
Todo un desafío para Cornejo en tiempos no muy lejanos: valerse del gran poder político obtenido imponiendo el candidato, o resignarlo sin que ese poder se diluya.