Más allá de las consecuencias afectivas y psicológicas, la ausencia de relaciones sexuales tiene derivaciones físicas. Los especialistas explican que es muy saludable para nuestro organismo mantener relaciones sexuales. Y en este asunto la edad no tiene nada que ver. Eso no significa que durante los períodos de abstinencia sexual vayamos a enfermarnos inmediatamente: el cuerpo sabe, como todo organismo natural, adaptarse a las circunstancias.
Pero varios estudios señalan que se producen cambios físicos y anímicos. Por un lado se puede comenzar a sentir cierta apatía en el área sexual y afectiva que, como un círculo negativo, nos lleva a buscar menos encuentros sexuales o conexiones eróticas: cuanto menos sexo tengamos, menos deseo se despierta.
Pero no solo el cambio se registra en el aspecto menos “tangible” de nuestro organismo como lo es la psiquis sino que también hay asuntos relativos a las defensas contra las enfermedades.
Esa frase que parece de perogrullo pero no lo es de que, cuando estamos felices nos enfermamos menos, tiene su explicación en los cambios y transformaciones hormonales. Y el contacto entre humanos, está probado, es una fuente de felicidad. Ante la ausencia de él se suelen venir mayores niveles de estrés, que llevan a aumentos en la presión sanguínea y del cortisol, hormona que se libera como consecuencia del agobio y la angustia (y que también lleva al aumento del nivel de azúcar en sangre y la supresión del sistema inmunológico entre otras funciones).
Según la investigación de la Wilkes University en Estados Unidos, gozar del sexo una o dos veces a la semana eleva hasta un 30% los niveles de inmunoglobulina, con lo que aumenta la protección del organismo. En tanto que científicos de la Universidad de Maryland observaron que la actividad sexual en ratones mejora la producción de nuevas neuronas en el hipocampo. "Después de la exposición continua a largo plazo de la experiencia sexual, la función cognitiva mejoró. Pero cuando se produjo un periodo de abstinencia prolongado, las mejoras en la función cognitiva se perdieron a pesar de la presencia de nuevas neuronas".
En la Universidad de Konkuk (Corea del Sur) vieron que, además, las relaciones sexuales pueden "favorecer la función de la memoria de reconocimiento" y contrarrestar los efectos negativos del estrés crónico.
Mientras que los expertos del Hospital Universitario de Tampere (Finlandia) llegaron a la conclusión -publicada en la prestigiosa The American Journal of Medicine- de que : "El coito regular protege contra el desarrollo de la disfunción eréctil entre los hombres de 55 a 75 años. Esto puede tener un impacto en la salud general y la calidad de vida".