El inicio del gobierno de Mauricio Macri vino cargado de promesas, entre la cuales se aseguraba que habría un tratamiento especial para las pequeñas y medianas empresas (pymes), y entre ellas se sancionó una ley que les otorga una serie de ventajas en materia impositiva que son importantes pero para muchas de estas empresas, inalcanzables.
Uno de los problemas más graves es la falta de conocimiento por parte de los directivos de las pymes. Estas son empresas, muchas veces, de origen familiar y en gran cantidad de casos unipersonales. Muchos de estos empresarios debieron encarar esta forma de trabajo por falta de otras oportunidades.
Otro de los problemas graves es la burocracia a la que deben someterse para poder acceder ya que insumen gran cantidad de tiempo que estos empresarios no pueden dedicarlos a hacer trámites o a seguir expedientes, y esto les hace perder las posibilidades de acceder a algunos beneficios.
Para estas empresas siempre el problema fue acceder al capital. En algunos casos, se complica el obtener créditos para incorporar vehículos, máquinas o instrumental necesario para el desarrollo de su empresa. En otros casos, el problema es lograr el capital de trabajo.
Hasta hace algunos meses se mantenía una línea de créditos con tasa subsidiada que los bancos debían otorgar afectando un 5% de su masa prestable, lo cual no era complicado ni trastornaba demasiado el negocio financiero. Pero el Banco Central decidió suspender esta operatoria y desaparecieron las líneas vigentes que habían permitido sobrevivir a muchas empresas.
Más cerca en el tiempo, la suba abrupta de las tasas de interés complicó mucho más el panorama. Ya no permitió acceder al crédito bancario, sino que afectó seriamente la operatoria de descuento de cheques, que era una forma que tenían las pyme a fin de hacerse de recursos para seguir operando.
La suba del costo del crédito también afectó a las grandes empresas, las cuales han estirado los plazos de pago a sus proveedores, la mayoría delos cuales pertenecen a la categoría de las pymes, que tienen que aguantar plazos de hasta 90 y 120 días. Estas, sin crédito y con imposibilidad de acceder a mecanismos de créditos de capital de trabajo, están en condiciones muy comprometidas.
También existe una normativa, sancionada hace poco, que posibilita a las pymes la emisión de obligaciones negociables, pero son poco difundidas, sobre todo en el interior del país. La mayoría de los que acceden están en el área metropolitana de Buenos Aires, pero es muy poco lo que llega al interior del país
En la Argentina hay más de 800.000 pequeñas y medianas empresas que abastecen casi el 50% del consumo interno y son generadores de una gran cantidad de puestos de trabajo. Las pymes contribuyen a estructurar un tejido social no solo productivo sino con valores transmitido a través de su grupo familiar y social a todo su entorno.
En el mundo este tipo de empresas reciben apoyo, lo que no significa protección, porque los emprendedores lo son ya que no tienen aversión al riesgo, pero necesitan condiciones que les permitan desarrollar sus tareas en un clima razonable.
En el Día de las Pymes el gobierno se comprometió a dar un paquete de medidas que apoyen a las pequeñas y medianas empresas, que incluiría créditos para capital de trabajo a tasas preferenciales. Incluso, se prometió estudiar la posibilidad de rehabilitar el plan Ahora 12, al menos hasta transitar la coyuntura actual que es muy complicada
Sería muy bueno que las medidas lleguen lo antes posible para evitar males mayores. Normalmente, estas empresas tienen un ciclo no muy largo, ya que el 70% no supera los 8 años de vida, aunque en el último bienio se ha registrado un balance neto negativo, ya que en el mismo han desparecido 4.500 empresas.
