Saltaron los dos equipos al campo queriendo mantener la posesión de pelota. Spalletti y Valverde querían de arranque lo mismo, y con la misma disposición en el campo: 4-4-2 y largas posesiones para no dejar pensar mucho al adversario. El plan les salió inicialmente bien a los dos ya que ninguno de los dos equipos disparó a puerta hasta el minuto 17, y fue un remate de Lenglet tras un córner.
El Inter de Milán estaba más aplicado en defensa, pero con muy poco llegaba a la contra buscando a Icardi, pero nunca logró crear verdadero peligro. Igual de difusas eran las llegadas del Barça, con un Luis Suárez fallando lo habitual en sus primeras intervenciones. No había un líder, no había un auténtico dominador. Messi lo miraba desde la grada y la gente se acordó de él un par de veces con el cero a cero en el marcador.
Los locales tuvieron un par de llegadas y lograron que el Inter empezara a encerrarse poco a poco. La pelota ya era del Barça cuando el orden inicial empezó a romperse, por el bien del espectáculo. Los dos nueves tuvieron opciones, pero las defensas estuvieron mejor que ellos hasta ese momento. Rafinha, cedido el año pasado al club italiano, combinaba bien con Alba y Suárez y crearon un par de buenas aproximaciones por la izquierda. Del él nacían las ocasiones, y con él llegó el primero del Barça. Pared larga con el uruguayo por el centro entre tres rivales y buen remate con la izquierda. Minuto 33 y las cosas se ponían de cara para los culés, que parecían haberse sacado de encima el fantasma de la messidependencia.
Borja Valero, Perisic y Candreva corrían como locos hacia arriba por cada pelota que lograba recuperar el Inter, pero los contragolpes neroazzurri cada vez eran menos. Arthur empezó a guardar la pelota con Busquets mientras Rafinha seguía haciendo su mejor partido del año. Icardi lo miraba todo desde lejos y el descanso llegó con los italianos cerrados para no encajar el segundo.
Luciano Spalletti les debió gritar mucho a los suyos en el vestuario porque el Inter saltó mucho más agresivo en la segunda parte. Cambio a Candreva por Politano buscando llegar más por dentro. Con él llegó la primera ocasión del Inter, que presionaba muy arriba para no volver a caer en el catenaccio del primer acto. Primera gran intervención de Ter Stegen y primeros murmullos en la grada azulgrana. El mismo Politano tuvo la segunda opción, tras un pase de tacón de Icardi. Definitivamente el Inter salió decidido a demostrarle al Barça por qué había ganado sus dos partidos anteriores en Champions.
Pero el Barça estaba decidido a desesperar al Inter con la posesión, que previsiblemente tenía que empezar a bajar la presión ante tanto desgaste. Y como siempre, tras varios fallos llegó al buena y Luis Suárez se vistió de Messi para hacer un jugadón que casi acaba en gol. Empezaba a destacar el charrúa al ritmo que empezaba a menguar el equipo transalpino. Lenglet se quedó solo ante Handanovic pero el arquero se la sacó bien en el mano a mano. Se repetía el guión de la primera mitad y el Inter no tenía más remedio que retroceder y apretar los dientes.
Lautaro Martínez saltó al campo en lugar de Valero como última esperanza de reacción interista a falta de media hora para el final. Pero el Barcelona ya estaba en modo matador y estuvo varias veces de lograr el segundo. La más clara, una jugada coral que Coutinho remató al larguero antes de que Semedo sustituyera al jugador del partido, Rafinha, a veinte del final y tras el aplauso unánime de las 86.200 almas que llenaban el Camp Nou.
A falta de un cuarto de hora Spalleti metía delanteros y Valverde sacaba mediocampistas. Baldé entró por Perisic y Arturo Vidal sustituyó a Arthur Melo. La necesidad de cambiar algo contra la obligación de mantener lo conseguido.
Lautaro tocó su primera pelota en el minuto 80 en un intento de remate que no encontró puerta. A los italianos se los notaba cansados en este último tramo de partido y las instrucciones de no arriesgar se notaban mucho en los locales. Y así llegó el segundo del Barça, con una incursión de Jordi Alba por la izquierda que vio perfectamente Rakitic para meter el segundo y matar el partido en el 83.
Primer capítulo del drama la vida sin Messi y gran resultado para el Barça, que gana crédito y confianza en sí mismo de cara al Clásico del domingo. El Inter se fue cansado, a cero y con ganas de revancha. Veremos si Icardi toca alguna pelota en el próximo partido de vuelta.
