Pasaron ya varios meses de las últimas elecciones (legislativas) y como todo año preelectoral, este 2018 debería ser una "meseta" en la cual los políticos dejan de lado la campaña y sus intentos de encantar de manera directa a la ciudadanía, y se dedican a gobernar unos y ser oposición los otros, además de posicionarse internamente en cada partido.
Sin embargo, las redes sociales parecen haber terminado con eso. Estamos recién en abril -aún no asumen los legisladores provinciales electos en octubre- y aparecen diariamente figuras de la política local publicitándose en Facebook, Twitter y hasta incluso Instagram, la red social preferida hoy de los jóvenes.
Bailando zumba, en fiestas familiares, charlando con vecinos, con programas vía Facebook o simplemente opinando sobre temas de actualidad. De manera descontracturada, los políticos se vuelcan a las redes sociales para medirse con la población.
Y al parecer, no es raro que lo hagan, ya que para algunos encuestadores las redes representan el nuevo diamante en bruto para publicitarse, sin desmerecer a los medios tradicionales, quienes finalmente van a concentrar la oferta política en plena campaña.
La consultora Martha Reale afirmó a Los Andes que las redes "van ganando terreno cada vez más" y sostuvo que, más allá de los usuarios, "el 66% de la población de Mendoza se informa a través de ellas", por lo que considera que una buena porción de ciudadanos puede interactuar o conocer a los políticos que se publicitan allí.
Reale explicó que generalmente “los jóvenes sólo leen los diarios por las redes y son los mismos medios tradicionales los que se retroalimentan de las redes, ya que los tuits, declaraciones o publicaciones de ellos muchas veces sirven para realizar notas”.
“A los políticos les cierra, porque además el costo de publicidad es sensiblemente más bajo que una inversión en los medios tradicionales”, acotó.
Por otro lado, comentó que de esta manera, la activa participación de ellos -más las inversiones en publicidad- pueden generar un grado de conocimiento mayor en la gente, que les sirve como plus en épocas más electorales.
No obstante, a diferencia de la radio, diario o TV, los políticos con las redes suelen mantener activos a los propios simpatizantes, ya que el posteo en raras ocasiones será visto por usuarios que no lo conozcan o que no les interese su ideología o pensamiento.
"El político se relaciona con sus seguidores en un ámbito con un feedback inmediato, pero cuando quiere amplificar esa plataforma recurre a las pautas o posteos promocionados#, consideró Reale.
Sin embargo, el consultor Elbio Rodríguez relativizó el impacto real de las redes sociales y opinó que sólo se va a poder dirigir a quien le interese, salvo con publicidad.
Indicó además que si bien en la televisión o la radio se produce una escucha pasiva de las personas, llega a todo el mundo que lo esté viendo; pero en las redes “los seguidores son los interesados”.
En este sentido consideró que el político en Twitter o Facebook generalmente mantiene una "práctica onanista", ya que "activa las moléculas, pero no activa a personas nuevas", disparó, y explicó que "el trato es solamente con quien lo sigue o le interesan sus publicaciones".
Otro enfoque que suelen utilizar en las redes es el de “segmentación de audiencia”, en el cual el político se adapta a determinados tipos de personas.
“Si a la gente le gustan los gatitos, ellos van a posar con los animalitos; y si son veganos, van a comer verduras”, ejemplificó Rodríguez.
Si bien aclaró que ninguna publicidad es negativa, opinó que las redes sociales son más cómodas por ser más rápidas y económicas que las publicidades en TV, radio o diarios, pero que no tienen un gran efecto sobre la población.
“En las redes solo te ve el que te quiere ver. Que al menos pueda encantar a una parte del electorado por gustos en común puede ser la estrategia”, analizó.