Por tercer año consecutivo el gobierno de Alfredo Cornejo y el mayor sindicato estatal de la provincia -el SUTE- no llegaron a cerrar un entendimiento paritario.
Y -una vez más- el Ejecutivo prepara un aumento por decreto. Será del 15,7 por ciento en tres veces y sin la cláusula gatillo que incluyó en los acuerdos con otros gremios estatales, según anticiparon.
En tanto, el Sindicato Unido Trabajadores de la Educación encara un plan de lucha a partir de la 'contramarcha' de esta mañana en el Carrusel de la Vendimia.
Continúa el lunes y el martes próximos con dos días de paro dispuestos en todo el país por la Ctera y ratificados en Mendoza por el plenario del SUTE. Se prolonga hacia adelante con otras acciones "a definir", remarcan en el gremio.
"Queremos dejar un mensaje claro. Las clases comienzan el lunes. Todas las escuelas estarán abiertas y está garantizado el inicio del ciclo lectivo", dijo el paritario del Estado, Ulpiano Suárez, repitiendo textualmente al Gobernador.
Sin embargo, para el titular del SUTE, Sebastián Henríquez, "las clases no empiezan el lunes porque habrá un paro por 48 horas en todo el país y esto incluye a Mendoza".
Agregó: “Esto es independiente de las presiones del gobierno mediante amenazas y descuentos a docentes y celadores”, remarcó.
Aunque el nivel de acatamiento a las huelgas docentes en Mendoza se ha visto disminuido en los dos años anteriores por el descuento del Ítem Aula, la dirigencia del SUTE apuesta a un crecimiento progresivo en la adhesión a los planes de lucha, incluidas las huelgas.
“A pesar de los sabotajes del gobierno a las protestas docentes, en los plenarios vienen creciendo los mandatos de paro que están trayendo los delegados”, remarcó Henríquez.
Según trascendió, en la dirigencia del SUTE se evaluó la aplicación de un paro 'en los lugares de trabajo' como modalidad del paro en Mendoza, tal como llevarán a cabo los docentes privados agrupados en Sadop. Pero se descartó 'por evaluaciones legales'.
En tanto, el paritario del gobierno, Suárez, manifestó que "ha concluido la instancia de negociación salarial porque el sindicato ha reiterado su postura intransigente de reclamar un incremento adicional de 7,6%. Nosotros lo hemos considerado inviable porque desfinanciaría al sistema educativo y de salud en mil millones de pesos", subrayó.
"Hemos negociado de buena fe incluyendo cinco reuniones técnicas. El gremio ha rechazado nuestro máximo esfuerzo de un 15,7% en tres veces con cláusula gatillo en caso de acuerdo, más $ 2.500 de útiles escolares para docentes y $ 2.000 de vestimenta para celadores". Concluyó: "Por este rechazo el aumento por decreto saldría la semana entrante".
Esta negociación paritaria docente arrancó en diciembre de 2017. A diferencia de otros años la conducción del SUTE hoy está a cargo de una agrupación que nuclea a distintas vertientes de la izquierda política y encabeza Henríquez.
Logró ganarle la última elección de autoridades a dos listas del kirchnerismo que acudieron divididas entre sus máximos dirigentes: Gustavo Correas y Gustavo Maure.
Aunque por momentos existió la impresión de que el Gobierno y el SUTE acercaban posiciones, lo cierto es que las diferencias se mantuvieron y -en algunos casos- se profundizaron. El SUTE rechaza de plano que el Gobierno fije unilateralmente las propuestas y los plazos de la negociación salarial con los estatales.
Busca instalar la instancia de la ‘contrapropuesta’ y de la continuidad de la negociación salarial más allá del comienzo del ciclo lectivo, plazo final para el Gobierno.
En medio de una puja en la que cada negociador intenta poner límites al de enfrente, tanto el Gobierno como el SUTE han salido a buscar la adhesión de los padres y alumnos. El Gobierno se muestra como el garante de la prestación del servicio educativo mientras el gremio remarca que hay niveles crecientes de apoyo en la comunidad.