Símbolo del deporte mendocino

Comenzó a construirse en 1976, de frente a la Copa Mundial de Fútbol de 1978 y con un diseño del arquitecto uruguayo Rafael Viñol. Fue inaugurado el 14 de mayo de 1978 con un partido entre las selecciones de Mendoza y San Rafael.

Símbolo del deporte mendocino

Comenzó a construirse en 1976, en la antesala de la Copa Mundial de Fútbol de 1978, por el arquitecto uruguayo Rafael Viñol y, sobre una "ollada" natural, donde funcionaba el ex autódromo General San Martín. Fue inaugurado el 14 de mayo de 1978 con un partido entre las selecciones de Mendoza y San Rafael. Luego, sería utilizado para diversos eventos de renombres deportivos, artísticos y culturales que generan orgullo en todos los mendocinos.

El nombre de "Estadio Malvinas Argentinas" data de 1982, en honor a la gesta argentina en las islas. Hasta esa fecha era llamado "Estadio Ciudad de Mendoza".

La medida del campo de juego es de 106 m por 68 m. La  capacidad total del estadio es de aproximadamente 42 mil espectadores distribuidos de la siguiente manera: 11 mil personas en popular Norte, 11 mil personas en popular Sur, 8 mil en platea Este y 12 mil en platea Oeste.

El Gobierno, por medio del Ministerio de Deportes, continúa remodelando su infraestructura con el fin de ofrecer más comodidad y mayor seguridad. Las exigencias que demandan los eventos deportivos de primer nivel mundial, cada vez son mayores. Además del cuidado de las obras realizadas en ocasión de la Copa América disputada en 2011, el compromiso es que el Malvinas ofrezca a sus visitantes cada día más.

El 2013 fue especial. Marcó la temporada con mayor uso, siendo quizás el estadio que más partidos oficiales registró de todo el país. Los torneos sudamericanos juveniles sub 17 y sub 20; los encuentros de AFA, tanto de primera división como reserva; algunos encuentros por los torneos Argentino A y B; la presencia de Los Pumas por el Rugby Championship y hasta la superfinal Argentina entre Vélez y Newell's dieron la inédita suma de 74 partidos oficiales durante el pasado año.   

En 2012, el Malvinas continuó su metamorfosis. Desde el detalle más imperceptible, hasta distintas adaptaciones técnicas imprescindibles para cumplir con las exigencias que contemplan los diferentes espectáculos deportivos de carácter nacional e internacional.

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