"Será ley". La frase sonó fuerte en el hemiciclo de la Cámara Baja en la mañana del 14 de junio de 2018, entre aplausos y lágrimas, tras casi un día entero de sesión. La pronunció Silvia Lospennato, con el puño derecho levantado y el pañuelo verde atado como pulsera. Fue la encargada del cierre del debate sobre el proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), que en Estados Unidos fue seleccionado entre los siete mejores discursos feministas de la década. Ese día la iniciativa obtuvo la media sanción pero dos meses después el Senado la rechazó.
Ahora, la diputada del Pro cree que el escenario es diferente y que esta vez sí debe avanzar la ley por un motivo específico: el proyecto le pertenece al Poder Ejecutivo, que tiene la mayoría en el Senado, que a su vez está conducido por Cristina Fernández de Kirchner, quien no solamente como senadora, el 9 de agosto del mismo año, votó a favor sino que proclamó al peronismo como "nacional, popular y feminista".
En una entrevista que le concedió a Los Andes, la secretaria parlamentaria del interbloque Juntos por el Cambio de la Cámara Baja -el segundo cargo en importancia después del presidente, que es el radical cordobés Mario Negri- afirmó también que a este espacio opositor no lo unen solamente el antikirchnerismo y el 40 por ciento de los votos de octubre, sino el respeto por "la Constitución, la república, el federalismo y su vocación democrática y pacífica".
-¿Será ley esta vez?
-A diferencia de hace dos años, estamos en muchas mejores condiciones para que el proyecto se apruebe. En primer lugar, porque hay una sociedad que entendió el tema, lo conoce y no la toma de sorpresa. Hay mucha gente que está informada y tiene incorporado esto, sobre todo mujeres y jóvenes, como una demanda. En segundo lugar, es significativo que ahora haya un proyecto del Poder Ejecutivo. Esto hace que esto deba tener un peso dentro del bloque oficialista. Más allá de que habrá oficialistas que puedan abstenerse o votar en contra, la mayoría no va a darle la espalda a la convicción manifiesta del Presidente de que esta es una política de salud pública que él quiere impulsar. ¿Y por qué esto es relevante? Porque en el Senado a la mayoría la tiene el oficialismo.
-¿El desenlace en el Senado entonces debería ser diferente al de 2018?
-Si el Gobierno quiere que la ley salga, va a tener que mostrar su vocación. Más allá de enviar el proyecto, hablar con sus propios senadores para que lo acompañen. Hablar con todos. Además, la conducción del Senado en manos de una vicepresidenta que cambió su posición histórica por el convencimiento al que llegó, según expresó, gracias a la militancia de su hija (Florencia Kirchner). Además, en 2018, al votar a favor del proyecto como senadora, fue muy enfática: dijo que a partir de este momento el peronismo iba a ser nacional, popular, democrático y feminista. Esa impronta transformadora del peronismo debería provocar que el Senado apruebe este proyecto que envía el Presidente.
-¿Por qué usted está a favor del aborto legal?
-Por la autonomía física de las mujeres, que aún hoy, en pleno siglo XXI, sigue siendo amenazada diariamente por varias cosas. Lo vemos con la violencia de género: claramente el aumento de los femicidios que observamos en los últimos meses es una muestra cabal de que la autonomía física de las mujeres no está garantizada. Y sin dudas el no acceso a los derechos sexuales y reproductivos es otra manera de no garantizar la autonomía física de las mujeres. Por eso este proyecto tiene una connotación profundamente liberal: garantizar la libertad plena de las mujeres en la autonomía de su propio cuerpo.
-¿Tiene que ser un debate exprés, de cuatro meses o algo intermedio?
-En ningún caso creo que el Congreso tenga que dar debates exprés en las leyes. Pero también es cierto que entre Senado y Diputados ya escuchamos sobre este proyecto a más de 800 expositores y que casi todas las voces públicas importantes en las distintas materias, derecho penal, derecho constitucional, salud pública, organizaciones de la sociedad civil, fueron escuchadas. No es imprescindible repetir la cantidad de exposiciones de la vez anterior. Todo lo que dijeron los expositores está disponible en internet, los ciudadanos accedieron a esa información. Necesitamos un debate con los tiempos lógicos de la construcción de consensos. En su momento necesitábamos información, miradas, voces; hoy necesitamos trabajar en el consenso político para que esta ley avance.
-¿Macri ya fue? ¿Qué futuro tiene en la política?
-El Pro tiene la suerte que tienen muy pocos partidos políticos en la Argentina, que es tener a un expresidente entre sus filas. Eso es un valor agregado para toda la construcción que nosotros hagamos de aquí en adelante, es una opinión que no puede ser nunca soslayada hacia adelante. Pero a los liderazgos los define la sociedad en cada momento histórico. En 2023 habrá demanda de algún formato de candidatura y en Juntos por el Cambio tenemos que disponer de todos esos liderazgos para ofrecer una propuesta electoral que se ajuste a las necesidades de la sociedad.
-¿Qué cosas unen a Juntos por el Cambio, además del antikirchnerismo y el 40 por ciento de octubre?
-El respeto a la Constitución nacional en primer lugar, no solamente un respeto formal sino de convencimiento profundo sobre los valores que están incorporados en nuestra carga magna, como el federalismo, del que nuestro espacio es sumamente respetuoso; la división de poderes y la República. Para nosotros la Argentina tiene que volver a transitar un camino de respeto de la ley para ser una república con división de poderes plenos en la que los ciudadanos se puedan desarrollar. Además, tenemos una vocación profundamente democrática y pacífica.
Perfil
Edad 42 años
Profesión Politóloga.
Trayectoria política Es diputada nacional del Pro por la Ciudad de Buenos Aires desde 2015. Antes, desde 2011, fue funcionaria de Mauricio Macri durante su gestión como jefe de Gobierno porteño.