El Gobierno del Presidente Mauricio Macri tuvo ayer el primer paro de trabajadores en su contra. Horas antes de que recibiera en la Casa Rosada al presidente de Francia, François Hollande, la Plaza de Mayo fue el escenario de una concentración convocada por la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), a la que asistieron, según los organizadores, unas 20 mil personas.
Las dos CTA (la conducida por Pablo Micheli y la que dirige Hugo Yasky), partidos de izquierda como el PO y el PTS, además de las agrupaciones kirchneristas Kolina, La Cámpora, Miles, entre otros, apoyaron el paro de empleados estatales. La jornada de lucha fue convocada bajo las consignas “no a los despedidos” y “por paritarias sin techo”. Las concentraciones y marchas de los trabajadores se replicaron en distintas ciudades del interior.
Desde los despachos de los ministerios nacionales de Trabajo, del Interior y de Seguridad, hubo “silencio oficial” en relación al paro. Ninguna autoridad del gobierno nacional, al menos públicamente, realizó una evaluación del impacto de la huelga de los estatales en la administración pública.
“La verdad, estuvimos todo el día con la discusión paritaria con los docentes”, se excusó un funcionario allegado al ministro de Trabajo, Jorge Triaca, cuando se le preguntó sobre el paro.
Previo al acto en la plaza, los manifestantes marcharon por distintas calles del centro porteño. Mucho se conjeturó respecto a cuál sería la respuesta gubernamental ante las calles cortadas. Fuentes del Ministerio de Seguridad dijeron que el llamado “protocolo anti-piquetes” no se puso en práctica “porque no hubo piquetes sino marchas”. “Hablen con (el gobierno de) la Ciudad”, respondió ayer Bullrich, en misión oficial en Washington.
Callao y Corrientes, un cruce clave del centro porteño, fue cortado por la mañana por militantes del Partido Obrero y el PTS, aliados en el Frente de Izquierda, y el MAS, precisamente en repudio al protocolo anti-piquetes. La diputada nacional del FIT, Myriam Bregman, justificó el corte por considerar “ilegal” al protocolo. Los manifestantes, cerca de las diez de la mañana, levantaron el piquete para sumarse a la marcha.
Hugo Godoy, titular de ATE nacional, destacó los niveles de adhesión del paro en las oficinas estatales. “Hubo cientos de miles de trabajadores en las calles de todos el país en repudio a los despidos y para romper el techo de las paritarias”.
Según ATE, en el gobierno nacional, más las provincias y municipios, hubo 27 mil estatales despedidos desde el 10 de diciembre, día en que asumió la presidencia Mauricio Macri. “Hay una política de ajuste en el Estado”, afirmó Godoy.
Tanto la CGT que conduce Hugo Moyano como la que representa el metalúrgico Antonio Caló, no adhirieron al paro impulsado por ATE.