Se trata de un delito grave, potenciado por las nuevas tecnologías y que vulnera los derechos fundamentales de los niños, niñas y adolescentes. De hecho, el “child grooming” -tal como es la denominación internacional- es un tema de preocupación a nivel mundial, que llama a tomar conciencia desde el interior de las familias, justamente, para prevenir.
Se trata de una forma de abuso sexual que se comete por parte de adultos hacia menores de edad, en la que el medio principal son los dispositivos tecnológicos conectados a internet.
Así, quien comete esta agresión utiliza mecanismos de persuasión y manipulación sobre la víctima, amparándose en falsos perfiles, ofreciéndoles beneficios que no existen o bien ganando la confianza de su interlocutor/a a través de charlas virtuales.
Mendoza no es ajena a esta problemática. El martes pasado, un hombre de 40 años fue detenido por la policía en su casa de San Carlos, luego de comprobarse que se valía de las redes sociales (Facebook y Whatsapp) para practicar la pedofilia. Tal como publicó Los Andes, el abusador se hacía pasar por una mujer con el objetivo de acercarse y ganar la confianza de las niñas a las cuales tenía como víctimas.
La investigación por la que el ilícito salió a la luz surgió a raíz de la denuncia que la mamá de una de las niñas realizó en contra de una supuesta mujer que estaba agrediendo a su hija con mensajes y amenazas que le llegaban al celular, para -entre otras cosas- pedirle que le envíe fotos en las que aparecía desnuda.
La detención de este hombre se produjo una semana después del caso Magaly, la niña de 12 años de San Isidro (Buenos Aires) que conmocionó al país. Ocurrió que tras 17 horas de estar desaparecida, fue encontrada en compañía de un hombre de 24 años, quien había abusado sexualmente de ella. Si bien hasta ahora la investigación continúa y la fiscalía que lleva el caso atraviesa la etapa indagatoria, el acusado está detenido por el delito de abuso sexual.
Una de las hipótesis que los investigadores no descartan consiste en que la niña habría sido contactada a través de Facebook por el agresor y de esta manera, manipulada para llegar hasta el domicilio donde se efectuó la violación.
Otro antecedente reciente, ocurrido también en julio, sucedió en Salta, donde una adolescente de 15 años fue abusada por un hombre de 42. El contacto inicial se había producido vía Facebook y el acusado, que luego quedó detenido, había amenazado a la menor con publicar fotos de un encuentro íntimo si no continuaba accediendo a mantener relaciones sexuales. El hecho se conoció luego de que la chica contara todo a su madre.
En ese sentido, los especialistas insistieron en que el abuso sexual no se considera solamente al contacto físico entre la víctima y victimario, sino que implica diversas formas de atacar su integridad.
Acompañar a los hijos
Sonia González Herrera, psiquiatra infanto juvenil, detalló que en general quienes comenten esta clase de abuso extra familiar pueden presentar dos tipos de perfiles. Uno es aquél que coincide con una persona que muestra ser socialmente correcto/a y el otro está más relacionado a los individuos que manifiestan de manera explícita su perversión. “Es el caso de los violadores”, detalló la profesional y alertó que el mecanismo que utilizan los agresores para llegar a sus víctimas es la seducción.
Quienes cometen esta forma de corrupción contra los menores aprovechan, por ejemplo, circunstancias en las que el niño, niña o adolescente está vulnerable emocionalmente y no se siente comprendido en el entorno familiar. Por eso, la especialista alertó que el diálogo entre padres e hijos desde edades tempranas es indispensable. “Es primordial que los padres empiecen a dejar de lado las preocupaciones que les dan satisfacción personal y estén más cerca de sus hijos, que los acompañen”, recomendó la psiquiatra y detalló que esta es la única forma de fortalecer la confianza y lograr estar al tanto de las personas con las que ellos establecen vínculos.
Delito penado por Ley
Desde el Ministerio de Seguridad de la Provincia aseguraron que hechos como los mencionados no se producen de manera muy asidua en Mendoza. "Se trata de situaciones esporádicas y muy puntuales", aseguró el director de Investigaciones, Fernando Rosa. Sin embargo, en un contexto donde las nuevas tecnologías parecen ocupar todos los rincones de la vida cotidiana, la preocupación existe.
Incluso, el propio Código Penal argentino incluyó al grooming como una tipología más de delito, factible de ser sancionado con penas de seis meses hasta cuatro años de prisión. La Ley N°26.904, que contempla incorporar el artículo 131 en el Código, es reciente: fue aprobada en el Congreso en noviembre del año pasado. La lucha de un grupo de madres, padres y víctimas del ciberacoso, que conformaron la asociación Mamá en líne@ en Buenos Aires, fue esencial para que la normativa fuera sancionada.
Gracias a ello, en todo el país fue posible cubrir el vacío legal existente al momento de encarar las investigaciones. En ese sentido, el fiscal de Delitos Complejos, Daniel Carniello, confirmó que al estar tipificado el delito es factible de ser penado, algo que antes era imposible.
Unicef llama la atención sobre sus riesgos
Un informe elaborado por el Centro de Investigación Innocenti (IRC) de Unicef llamó la atención acerca del riesgo potencial que internet representa para los adolescentes debido a que sus victimarios suelen aprovechar la vulnerabilidad que presentan en esta etapa de la vida.
En ese documento, el organismo hace hincapié en la necesidad de que se coordinen los instrumentos jurídicos internacionales vigentes de tal forma que esta modalidad de abuso esté abordada de manera integral y completa a nivel mundial. Hay que destacar que hasta el momento no existen estadísticas sobre esta problemática.
La Convención Internacional de los Derechos del Niño (que considera como tales a todas las personas de hasta 16 años) es una de estas “leyes madres” que entre su articulado se refiere al derecho que tienen los menores de edad a que su integridad física, sexual y emocional sea protegida.
La Ley Nacional N° 26.061, de Protección Integral de los Derechos de los niños, niñas y adolescentes, está en sintonía con lo establecido en la Convención.
"Las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a la dignidad como sujetos de derechos y de personas en desarrollo; a no ser sometidos a trato violento, discriminatorio, vejatorio, humillante, intimidatorio; a no ser sometidos a ninguna forma de explotación económica, torturas, abusos o negligencias, explotación sexual, secuestros o tráfico para cualquier fin o en cualquier forma o condición cruel o degradante.Las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a su integridad física, sexual, psíquica y moral", dice el artículo 9 y hace referencia a la obligación de la sociedad y el Estado para garantizar este derecho.
Consejos para papás
Confianza. Es primordial para conocer los hábitos y preferencias de los hijos al utilizar los dispositivos móviles.
Límites. Los padres deben definir los lugares y tiempos permitidos para utilizar el dispositivo.
Estar alerta. En el smartphone toda la información almacenada (fotos, videos, mensajes) puede volverse pública en internet en caso de que el dispositivo sea intervenido o atacado. Es muy importante hacer hincapié en la importancia de mantener los datos en privado, para no perder el control sobre los mismos.
Evitar. Responder mensajes o llamadas de origen desconocido. Si se considera importante debe ser comentado con una persona mayor.
Acompañar. Cuando se efectúe una compra con el dispositivo móvil o al realizar la descarga de alguna aplicación, un adulto debe acompañar el proceso.
Atención con el GPS. Este dispositivo se debe utilizar con precaución, ya que mantenerlo siempre encendido permitiría que a través de las redes sociales puedan saber la ubicación del menor.
Protección. Tener contraseñas para acceder a las redes de WiFi o Bluetooth como así también evitar descargar aplicaciones de sitios no autorizados son recursos necesarios para proteger los equipos de posibles intromisiones y ataques.
FUENTE: ESET (Latinoamérica).