Sigue el cierre de jardines maternales porque las familias dejan de pagar la cuota

A mediados de mayo, habían cerrado nueve jardines maternales en toda la provincia. Hoy, los cierres llegan a 13, porque estos espacios se sustentan con el pago de las cuotas, que muchos padres no han podido sostener. Desde la Asociación de Jardines Maternales manifestaron que esperan les permitan volver a trabajar pronto, porque no dependen de la DGE, tienen un número mucho menor de niños que las escuelas, cumplen una función social y ya han desarrollado un protocolo.

Verónica Díaz, integrante de la asociación, detalló que tienen alrededor de 300 jardines contabilizados en toda la provincia y que en cada uno trabajan, como mínimo, 5 personas. Además, reciben un promedio de 40 pequeños, ya que hay algunos que tienen hasta 80 niños pero otros apenas 20.

Díaz destacó si bien los jardines maternales ofrecen una preparación para la inserción en la educación formal, no forman parte de la obligatoria, por lo que no dependen de la DGE ni reciben ningún tipo de subsidio estatal. De hecho, están habilitados como comercio en el municipio que corresponde. Pero sí se los considera el primer eslabón social educativo y una ayuda para las familias en las que trabajan ambos padres y necesitan de un lugar donde estén sus hijos mientras lo hacen.

Así, se les plantea que, pese a que están categorizados como comercio y la actividad comercial se habilitó, por recibir niños no pueden abrir. Y por cumplir una función educativa deberían recibir ayuda del Estado, pero no son considerados centros educativos. Entre tanto, en abril varios plantearon una cuota solidaria, con una reducción por entender que no estaban prestando el servicio -aunque sí deben pagar alquileres, sueldos, 931, impuestos y servicios-, que la mayoría de los papás pagó. Pero en mayo, el pago se resintió.

Es que, detalla Díaz, son pocas las familias que siguen cobrando todo su sueldo, ya que a algunos les han reducido el salario y a otros la cantidad de horas de trabajo. Por otra parte, hay quienes tuvieron que buscar una alternativa para que sus hijos estén mientras ellos trabajan y no pueden pagar el jardín y una niñera. Aún más, hay quienes no han tenido disminución de ingresos pero sí tienen temor a lo que pueda ocurrir en los próximos meses, por lo que prefieren ser cautelosos con los gastos.

Pese a esta situación, muchos de estos espacios han seguido en contacto con las familias, enviando tareas y algunos videos. Pero como la función esencial es el cuidado y los niños son muy pequeños, es difícil lograr que mantengan la atención y, además, no es recomendable el uso de pantallas a ciertas edades.

Apenas un 10% de los jardines maternales, estiman desde la asociación, pudo acceder al ATP, porque muchos quedan excluidos por la "letra chica": suelen aumentar la cuota en agosto por la inflación y el requisito es no haber tenido una facturación 5% superior en marzo de 2020 a la del mismo mes de 2019; algunas directoras son jubiladas o trabajan también para organismos del Estado y por ello quedan fuera.

Mientras observan que cada semana se producen nuevos cierres, ya han tenido reuniones con diversos municipios para entregar un protocolo de reapertura (elaborado con el asesoramiento de técnicos en higiene y seguridad, pediatras y psicólogos), ya que la habilitación comercial la otorgan las comunas. Cada una deberá elevar la propuesta al gobierno provincial para que éste la haga llegar al nacional.

Verónica Díaz comentó que esperan poder abrir antes de que se permita la vuelta a las aulas, porque el número de niños en los jardines maternales es mucho menor y estiman que lo será aún más con el retorno, porque habrá familias sin empleo y otras que se hayan visto obligadas a recurrir a una alternativa de cuidado durante la cuarentena.