Israel continuaba ayer con el bombardeo de la Franja de Gaza e intensificaba sus preparativos para un posible ataque terrestre en el marco de esta ofensiva, que ha dejado más de 130 palestinos muertos en cinco días.
Por su parte, los palestinos volvieron a disparar en la noche de ayer varios cohetes contra Tel Aviv que fueron interceptados por la defensa israelí.
Treinta personas murieron en los diferentes bombardeos israelíes, entre los cuales se cuentan dos sobrinos del dirigente de Hamas en la Franja de Gaza, Ismail Haniyeh, según vecinos que los identificaron como Nidal y Ala Malach. Un ataque mató también a dos mujeres con discapacidad y tres resultaron heridas en una residencia para discapacitados.
En total, 135 personas han muerto y casi un millar han resultado heridas en los ataques israelíes desde que se lanzó el martes la operación “Protective Edge” (Barrera Protectora) contra la Franja de Gaza, de 360 km2.
La aviación ha alcanzado “158 objetivos relacionados con Hamas” en 24 horas en Gaza, entre ellos 68 lanzacohetes, 21 bases paramilitares y escondites de armas, uno de ellos disimulado dentro de una mezquita, según un comunicado militar de ayer por la mañana.
El ejército israelí aseguró haber "socavado significativamente las capacidades de Hamas", el movimiento islamista que controla este enclave palestino superpoblado de 1,2 millones de habitantes y con un índice de pobreza del 39% de la población, según datos del FMI de 2011.
Tras una mañana más tranquila, los disparos de cohetes contra Israel se intensificaron por la tarde.
A última hora de la tarde, unas explosiones resonaron en Jerusalén, que se encuentra a unos 80 km de Gaza. Los tres proyectiles cayeron en Cisjordania ocupada, donde se encuentran varios asentamientos israelíes, dañando una vivienda pero sin causar víctimas.
Un total de 43 cohetes cayeron ayer en territorio israelí. Desde el inicio de la ofensiva el martes, casi 600 proyectiles han caído en el Estado Hebreo y unos 140 han sido interceptados por el sistema antimisil de defensa Iron Dome, sin dejar víctimas mortales.
En pie de guerra
Este conflicto es el más mortífero desde la operación “Pilar de Defensa” en noviembre de 2012. Los ataques entre Israel y Gaza dejaron entonces 177 palestinos y seis israelíes muertos.
La nueva espiral de violencia se desencadenó con el secuestro y asesinato de tres estudiantes israelíes en Cisjordania, atribuidos por Israel a Hamas, seguido del asesinato de un joven palestino quemado vivo en Jerusalén por los extremistas judíos.
En el terreno, los preparativos en vista de un posible ataque por tierra continuaban.
Periodistas vieron decenas de tanques israelíes dirigiéndose el viernes y ayer hacia la frontera con Gaza, donde se acantonan varias tropas. Más de 30.000 reservistas han sido ya movilizados.
“Estamos preparando las próximas etapas de la operación, para que las fuerzas estén listas para entrar en el territorio”, declaró ayer a la radio militar el portavoz del ejército israelí, el general Almoz Moti.
Durante la tarde, un vehículo del ejército israelí, que patrullaba en la frontera entre Israel y la Franja de Gaza, resultó dañado por disparos, que no dejaron víctimas. Un misil antitanque hirió a dos soldados el viernes en esta zona, lo que ilustra el riesgo de una operación terrestre.
Contactos internacionales
En el frente diplomático, los ministros de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña, Estados Unidos, Francia y Alemania, reunidos hoy en Viena, abordarán la necesidad de llegar a un alto el fuego en el enclave palestino, anunció ayer Londres.
El Consejo de Seguridad de la ONU llamó de nuevo ayer a Israel y a Hamas a acordar un alto el fuego y respetar el derechos internacional, en particular en lo referente a “la protección de los civiles”.
Los ministros de Relaciones Exteriores de la Liga Árabe se reunirán mañana para abordar esta crisis en El Cairo, donde llegó este sábado el enviado del Cuarteto para Oriente Medio, Tony Blair, para emprender negociaciones sobre el conflicto en Gaza.
Sin embargo, Netanyahu dijo el viernes que Israel resistirá a toda injerencia internacional que les impida “atacar” a las “organizaciones terroristas que proclaman la destrucción” de Israel.