Entidades defensoras de las minorías sexuales repudiaron el ataque sufrido en una fiesta de San Isidro, Buenos Aires, por un joven homosexual, cuyo agresor invocó el nombre del
Papa
.
La Comunidad Homosexual Argentina (CHA) exigió en un comunicado "que los responsables respondan ante la Justicia por el delito cometido y que los referentes religiosos repudien públicamente tales agresiones".
Al mismo tiempo,
ahora los cuestionamientos también llegan a la médica que atendió la emergencia,
quien, a pesar de que había golpiza de por medio, puso que uno de los atacados simplemente se había caído y les advirtió que el ataque les había sucedido por “obscenos”.
"Estamos orgullosos de ser putos, estamos orgullosos de vivir en un país laico e igualitario, y esperamos que las instituciones religiosas, en su diversidad, entiendan de una vez y para siempre que la homo-lesbo-trasfobia mata, que el fundamentalismo religioso debe ser condenado y repudiado", afirmó la CHA.
La Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT) también condenó el ataque, sobre el que expresó que "renueva el debate sobre la necesidad que el Congreso Nacional sancione una nueva ley de penalización de actos discriminatorios".
"Es llamativo que los agresores invocaran la argentinidad del papa Francisco a la hora de emprender la golpiza. Esperemos no estar frente a un rebrote fanático que nada tiene que ver con el espíritu de la enorme mayoría del pueblo católico", advirtió la entidad.
Ayer, un joven de 21 años llamado
Pablo Robledo
denunció que fue golpeado y discriminado por su condición sexual durante una fiesta privada realizada en una vivienda y a la que había concurrido con su pareja.
Según el relato de la víctima, en el lugar de la fiesta dos hermanos lo agredieron argumentando que como el papa Francisco es de nacionalidad argentina "no puede haber putos argentinos".
La discriminación, dijo la pareja, se extendió también al Hospital Las Lomas, de San Isidro, hacia donde Robledo debió ser trasladado tras perder el conocimiento a raíz de la golpiza sufrida.
Allí, una médica se refirió a la situación vivida por los jóvenes y justificó: "Eso les pasa por darse besos obscenos", relató Robledo.
El joven, junto a su pareja
, Agustín Sargiotto
, esta mañana radicaron la denuncia ante el INADI, con el apoyo de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (FALGBT).
La filial bonaerense del Instituto contra la Discriminación anunció hoy que intervendrá "de oficio" en el hecho, al que calificó de "vergonzoso".
Según contó la víctima, el sábado había acudido junto a su novio, sus hermanas y un grupo de amigos a una fiesta privada en una quinta convocada por unos amigos.
Allí, la pareja se encontraba tomada de la mano cuando un joven se acercó y le ordenó que debían "separarse".
"Pensamos que era un chiste", señaló la víctima, y agregó: "No reaccionamos, seguimos de la mano porque no consideramos que sea una ofensa para nadie".
En ese momento se acercó el hermano del joven y continuaron las advertencias.
"Nos empiezan a gritar que (la dueña de casa) era una familia católica y que estábamos ofendiendo a la fiesta" y luego continuaron: "Putos de mierda, váyanse de acá".
"Ustedes no pueden procrear y por lo tanto son deformes, se tienen que ir de acá", fue otra de las frases que pronunciaron los agresores, comentaron las víctimas.
En este momento, Robledo reaccionó y dijo "que también era católico".
"¿Quién era él para venir a decirme que me tenía que ir, o qué podía o no hacer con mi novio?", contestó.
Luego, los agresores señalaron: "El Papa es argentino: no puede haber putos argentinos", recordó la víctima, al señalar que esa frase fue lo que le "causó más angustia".
"Eso fue el colmo", enfatizó el joven, y recordó que les respondió: "¿Que tiene que ver? Yo soy católico y comulgo".
En ese momento, el atacante lo golpeó "en la cara", por lo que cayó al piso tras perder el conocimiento, y según contaron los testigos, mientras permanecía tendido en el suelo, le gritaban al oído: "'Puto de mierda, levantate'".
El joven fue derivado al sanatorio Las Lomas de San Isidro, donde recibió atención médica, aunque junto a su pareja denunciaron que fueron víctimas de comentarios discriminatorios, porque dijeron, una médica justificó la agresión al señalar: "eso pasa cuando por darse besos obscenos".
Los jóvenes radicaron la denuncia en la comisaría quinta de San Isidro y hoy, a las 12.30, concurrirán al INADI junto al equipo jurídico de la FALGBT para asentar la denuncia.
En tanto, la FALGBT renovó a través de un comunicado el reclamo de una "nueva ley de penalización de actos discriminatorios".